/ viernes 26 de mayo de 2023

Educación y Cultura | Preparación para los desafíos de la vida

Siempre nos hemos referido a las personas preparadas como quienes son capaces de resolver los problemas que le son propios de su trabajo, de tal forma que al trasladarlo al ámbito de la formación educativa, nos referimos a la capacidad que tiene un profesional para resolver los problemas que le son específicos.

Actitudes y capacidades son palabras que tienen una raíz común con otras de uso cotidiano que caracterizan al mundo globalizado, nos referimos a los desafíos de la vida.

En la educación se debe de estar por arriba de la preparación. Hay quienes defienden el principio “si la sociedad es competitiva, la educación debe serlo para preparar esa sociedad”

El mundo actual busca ser mejor, porque aquella instancia de principios o aquel profesional que no es competitivo no pueden seguir trabajando en algo especial para la vida.

La persona preparada no sólo sabe hacer algo, sino que también sabe justificar el por qué hace las cosas de una determinada manera. Si se buscará un término en la literatura o en el lenguaje pedagógico que fuera equivalente, se utilizaría la palabra capacidades, es decir una persona que es capaz, es una persona idónea.

Cuando el término preparación se vincula con actividades, se define como actividad a realizar, aquella que se nutre del conocimiento, que maneja los conocimientos, nadie es igual si no sabe.

Si tomamos en cuenta a la sociedad, no se debe pasar por alto a la misión de la escuela, principalmente la obligatoria, de preparar para la vida, para la ciudadanía, ya que no hay otro lugar para lograr ese cometido.

Los problemas que se resuelven son complejos, las habilidades podrían resolver problemas sencillos, la preparación resuelve problemas complejos.

El concepto de preparación nos refiere a un saber, a un saber hacer y a un compromiso situado; incluyendo criterios de eficacia, eficiencia, ser el indicado no solo resolver el problema, sino resolverlo de la mejor y más rápida forma, minimizando el costo.

En el sistema educativo se valora la preparación, pero sin perder de vista la capacidad crítica y advirtiendo que la educación no es una mera forma de adquirir conocimientos.

Las instituciones educativas han entrado a la dinámica de ser mejores entre sí y ante el público, por lo tanto, ese término es dado por la exigencia social.

El concepto de preparación debe permanecer en la educación con el matiz de conseguir algo excelente, pues la capacidad crítica con uno mismo siempre será más difícil que la que se proyecta hacia los demás.

Hablar de preparación en una dimensión práctica, es un saber hacer, pero este saber y ese saber hacer, deben de estar situados en la capacidad de resolver problemas.

Este término se instala como una exigencia y por lo tanto se pueden hacer todas las valoraciones críticas que se quieran.

Por lo tanto la preparación tiene un carácter interdisciplinario, aunque en nuestro sistema educativo se habla mucho, pero se aplica poco.

El término preparación generalmente es asociado en el ámbito económico, aunque realmente proviene del campo educativo, de la formación profesional, con el término lo que se hace es insistir en la habilidad que tienen los seres humanos por los desafíos de la vida, pero la buena actitud es algo más que las habilidades.

Siempre nos hemos referido a las personas preparadas como quienes son capaces de resolver los problemas que le son propios de su trabajo, de tal forma que al trasladarlo al ámbito de la formación educativa, nos referimos a la capacidad que tiene un profesional para resolver los problemas que le son específicos.

Actitudes y capacidades son palabras que tienen una raíz común con otras de uso cotidiano que caracterizan al mundo globalizado, nos referimos a los desafíos de la vida.

En la educación se debe de estar por arriba de la preparación. Hay quienes defienden el principio “si la sociedad es competitiva, la educación debe serlo para preparar esa sociedad”

El mundo actual busca ser mejor, porque aquella instancia de principios o aquel profesional que no es competitivo no pueden seguir trabajando en algo especial para la vida.

La persona preparada no sólo sabe hacer algo, sino que también sabe justificar el por qué hace las cosas de una determinada manera. Si se buscará un término en la literatura o en el lenguaje pedagógico que fuera equivalente, se utilizaría la palabra capacidades, es decir una persona que es capaz, es una persona idónea.

Cuando el término preparación se vincula con actividades, se define como actividad a realizar, aquella que se nutre del conocimiento, que maneja los conocimientos, nadie es igual si no sabe.

Si tomamos en cuenta a la sociedad, no se debe pasar por alto a la misión de la escuela, principalmente la obligatoria, de preparar para la vida, para la ciudadanía, ya que no hay otro lugar para lograr ese cometido.

Los problemas que se resuelven son complejos, las habilidades podrían resolver problemas sencillos, la preparación resuelve problemas complejos.

El concepto de preparación nos refiere a un saber, a un saber hacer y a un compromiso situado; incluyendo criterios de eficacia, eficiencia, ser el indicado no solo resolver el problema, sino resolverlo de la mejor y más rápida forma, minimizando el costo.

En el sistema educativo se valora la preparación, pero sin perder de vista la capacidad crítica y advirtiendo que la educación no es una mera forma de adquirir conocimientos.

Las instituciones educativas han entrado a la dinámica de ser mejores entre sí y ante el público, por lo tanto, ese término es dado por la exigencia social.

El concepto de preparación debe permanecer en la educación con el matiz de conseguir algo excelente, pues la capacidad crítica con uno mismo siempre será más difícil que la que se proyecta hacia los demás.

Hablar de preparación en una dimensión práctica, es un saber hacer, pero este saber y ese saber hacer, deben de estar situados en la capacidad de resolver problemas.

Este término se instala como una exigencia y por lo tanto se pueden hacer todas las valoraciones críticas que se quieran.

Por lo tanto la preparación tiene un carácter interdisciplinario, aunque en nuestro sistema educativo se habla mucho, pero se aplica poco.

El término preparación generalmente es asociado en el ámbito económico, aunque realmente proviene del campo educativo, de la formación profesional, con el término lo que se hace es insistir en la habilidad que tienen los seres humanos por los desafíos de la vida, pero la buena actitud es algo más que las habilidades.