/ jueves 5 de diciembre de 2019

1910: Puebla, cúspide de la lucha antirreeleccionista (Segunda de dos partes)

A pesar del boicot y las trabas impuestas por el gobierno de Puebla y los enviados de Díaz, la visita de Madero al estado fue todo un éxito. Carmen y Aquiles, junto con otras 30 mil personas, lo recibieron en la estación del ferrocarril. Durante esta visita, Madero logra sumar a su causa a diversos sectores sociales reacios al cambio, el cual, insistía, sería por la vía pacífica.

La reacción del dictador no se hace esperar: ordena eliminar el movimiento antirreeleccionista en Puebla y encarcelar a los líderes. El 7 de junio de 1910 Madero es arrestado en Monterrey y enviado a una cárcel de San Luis Potosí. El 26 de junio se realiza la elección ¾con Madero preso. En medio de múltiples atropellos y anomalías, el régimen logra impedir que los simpatizantes de Madero sufraguen libremente.

Aquiles Serdán y sus hermanos logran organizar una amplia protesta antirreeleccionista contra el fraude consumado (40 mil poblanos marcharon, según Palou, 2010), la cual fue brutalmente reprimida por el gobernador Mucio Martínez. En ese momento, Aquiles Serdán reafirma su convicción de que la única forma de evitar la reelección de Díaz sería mediante un levantamiento armado.

Aquiles huye a San Antonio, Texas, mientras que Madero afina los pormenores del Plan de San Luis y de la insurrección programada para el 20 de noviembre. Díaz dedica esos meses a sofocar levantamientos antirreeleccionistas —en Sinaloa, Sonora y Veracruz, organizados por los hermanos Flores Magón— y a organizar el festejo del centenario de la Independencia.

Con la representación del “Presidente Provisional” de la República, Aquiles Serdán regresa a Puebla con un plan perfectamente definido para organizar el levantamiento armado a partir del apoyo de las organizaciones obreras. La causa ya no solo era antirreeleccionista, era revolucionaria.

A principios de noviembre todo está listo. Carmen Serdán ha sido la encargada de traer, desde Monterrey, recursos para la causa revolucionaria destinados a la Ciudad de México y a Puebla. El resto de los hermanos se ha dedicado a repartir el Plan de San Luis. Máximo ha sido nombrado segundo al mando militar del plan insurreccional. El armamento ha sido debidamente acopiado en casa de los Rousset.

El 13 de noviembre, Díaz descubre los planes de Madero y confisca arsenales en la Ciudad de México y otras ciudades. Violando la correspondencia, conoce detalles de la conspiración en Puebla. Cabrera, jefe de la policía, le informa al gobernador Mucio que Aquiles Serdán dirige la insurrección en Puebla. Ante el temor de un cateo de la casa de los Rousset, los hermanos Serdán mueven el armamento a la Portería de Santa Clara.

El 18 de noviembre, muy temprano, Aquiles es informado que la policía va camino a su casa en busca de armas. En ese momento Aquiles toma la decisión de “adelantar” el estallido de la Revolución. Durante más de cuatro horas lograron repeler el ataque, hasta que los hermanos Serdán y una veintena de hombres, fueron superados por cerca de 500 soldados.

El resto de la historia la conocemos todos. Lo relevante es señalar que, sin saberlo, Mucio y, por consiguiente, Díaz, habían creado un mártir revolucionario: Aquiles Serdán, cuyo asesinato “prendió la mecha insurreccional” en el centro del país. (Olmedo, 2011). Así lo demuestran las palabras de Madero en julio de 1911: “Antes de Puebla yo era el candidato del Partido Antirreeleccionista… después de Puebla fui el candidato de todo el pueblo mexicano…Fue aquí en Puebla donde se encendió la primera chispa, fue aquí en la calle de Santa Clara en donde un grupo de patriotas, encabezados por el gran Serdán, dieron el primer golpe de muerte a la dictadura”.

A pesar del boicot y las trabas impuestas por el gobierno de Puebla y los enviados de Díaz, la visita de Madero al estado fue todo un éxito. Carmen y Aquiles, junto con otras 30 mil personas, lo recibieron en la estación del ferrocarril. Durante esta visita, Madero logra sumar a su causa a diversos sectores sociales reacios al cambio, el cual, insistía, sería por la vía pacífica.

La reacción del dictador no se hace esperar: ordena eliminar el movimiento antirreeleccionista en Puebla y encarcelar a los líderes. El 7 de junio de 1910 Madero es arrestado en Monterrey y enviado a una cárcel de San Luis Potosí. El 26 de junio se realiza la elección ¾con Madero preso. En medio de múltiples atropellos y anomalías, el régimen logra impedir que los simpatizantes de Madero sufraguen libremente.

Aquiles Serdán y sus hermanos logran organizar una amplia protesta antirreeleccionista contra el fraude consumado (40 mil poblanos marcharon, según Palou, 2010), la cual fue brutalmente reprimida por el gobernador Mucio Martínez. En ese momento, Aquiles Serdán reafirma su convicción de que la única forma de evitar la reelección de Díaz sería mediante un levantamiento armado.

Aquiles huye a San Antonio, Texas, mientras que Madero afina los pormenores del Plan de San Luis y de la insurrección programada para el 20 de noviembre. Díaz dedica esos meses a sofocar levantamientos antirreeleccionistas —en Sinaloa, Sonora y Veracruz, organizados por los hermanos Flores Magón— y a organizar el festejo del centenario de la Independencia.

Con la representación del “Presidente Provisional” de la República, Aquiles Serdán regresa a Puebla con un plan perfectamente definido para organizar el levantamiento armado a partir del apoyo de las organizaciones obreras. La causa ya no solo era antirreeleccionista, era revolucionaria.

A principios de noviembre todo está listo. Carmen Serdán ha sido la encargada de traer, desde Monterrey, recursos para la causa revolucionaria destinados a la Ciudad de México y a Puebla. El resto de los hermanos se ha dedicado a repartir el Plan de San Luis. Máximo ha sido nombrado segundo al mando militar del plan insurreccional. El armamento ha sido debidamente acopiado en casa de los Rousset.

El 13 de noviembre, Díaz descubre los planes de Madero y confisca arsenales en la Ciudad de México y otras ciudades. Violando la correspondencia, conoce detalles de la conspiración en Puebla. Cabrera, jefe de la policía, le informa al gobernador Mucio que Aquiles Serdán dirige la insurrección en Puebla. Ante el temor de un cateo de la casa de los Rousset, los hermanos Serdán mueven el armamento a la Portería de Santa Clara.

El 18 de noviembre, muy temprano, Aquiles es informado que la policía va camino a su casa en busca de armas. En ese momento Aquiles toma la decisión de “adelantar” el estallido de la Revolución. Durante más de cuatro horas lograron repeler el ataque, hasta que los hermanos Serdán y una veintena de hombres, fueron superados por cerca de 500 soldados.

El resto de la historia la conocemos todos. Lo relevante es señalar que, sin saberlo, Mucio y, por consiguiente, Díaz, habían creado un mártir revolucionario: Aquiles Serdán, cuyo asesinato “prendió la mecha insurreccional” en el centro del país. (Olmedo, 2011). Así lo demuestran las palabras de Madero en julio de 1911: “Antes de Puebla yo era el candidato del Partido Antirreeleccionista… después de Puebla fui el candidato de todo el pueblo mexicano…Fue aquí en Puebla donde se encendió la primera chispa, fue aquí en la calle de Santa Clara en donde un grupo de patriotas, encabezados por el gran Serdán, dieron el primer golpe de muerte a la dictadura”.

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