(Primera parte)
Iniciamos el último mes del 2021 en un momento, donde se genera una gran incertidumbre en diversas naciones, debido al surgimiento de la nueva cepa del Covid-19, la reacción se apodera de los mercados financieros, del comercio y la producción mundial, como consecuencia de las medidas de cierre y confinamiento que adoptan o adoptarían los países.
Ante esta situación, otros países establecen criterios y políticas que permitan acelerar la vacunación, esperando que mientras los expertos den a conocer la reacción o gravedad de esta nueva cepa, se puedan evitar los cierres y confinamientos; lo lamentable es que el Gobierno mexicano sigue actuando de la misma manera, desestimando el tema.
Para muestra, el presidente López Obrador convocó este miércoles 1º de diciembre a sus seguidores al zócalo de la cd de México, para celebrar su tercer año de gobierno. Acción que francamente demuestra una gran insensibilidad, cuando lo que se espera, es que se diseñen medidas preventivas urgentes y evitar las concentraciones masivas.
Esta nueva variante de Covid, independientemente del riesgo que representa para la salud, podría seguir afectando la recuperación de la economía de México y el mundo.
Aunado al tema de la inseguridad, que es inacabable, ¡la estrategia de López Obrador! Sigue sin dar resultados, cuando en campaña señaló y prometió que terminaría con la inseguridad, al siguiente día de la elección; por el contrario, ha crecido de forma por demás alarmante. Ha señalado diversos plazos para notar los resultados, los cuales a la fecho no son favorables.
Y aun señalando que atendería “las causas” de la inseguridad, mediante programas sociales, y crear la Guardia Nacional, como una institución centralizada de prevención de la delincuencia y factor de disuasión; sigue sin dar resultado.
Cada vez el saldo se incrementa, debido a que la mayor parte del presupuesto en seguridad nacional se destinó, para crear la guardia nacional, dejando a su suerte a los gobernadores y principalmente a los presidentes municipales para que contasen con mejores corporaciones de seguridad capacitadas, mejor entrenadas y con equipamiento adecuado.
Situación de la cual han dado cuenta los nuevos gobiernos incluso los emanados de morena y sus aliados, que han sido rebasados por esta creciente inseguridad en sus comunidades, resultando más afectado el pueblo bueno y sabio.
El horizonte se torna cada vez más complicado, pues dadas las circunstancias, el tema de la inseguridad pública, de acuerdo a los señalamientos de los expertos es tan delicado como el de la salud, debido a la falta de atención y al desabasto de medicamentos y que decir de la actividad económica; los signos apuntan a desencadenarse en una estanflación. Situación que los economistas consideran que representa un estancamiento de la actividad económica (la economía no crece) con inflación (incremento constante en el precio de los productos, afectando de manera significativa los de primera necesidad).
Pero al parecer, lo que más importa al gobierno federal, es el espectáculo, no el bienestar ni la vida de sus habitantes.
Justo cuando inician las festividades decembrinas, pueden marcar el inicio de un escenario bastante peligroso y ante la irresponsabilidad del gobierno federal, cada uno de nosotros debemos actuar de manera responsable extremando los cuidados, para evitar un posible contagio de esta nueva cepa de Covid.
Pues prácticamente, llevamos un poco más de 20 meses, donde el recuento rebaza el 1.5 millones de defunciones (por diversas causas), y donde la violencia, criminalidad e inseguridad no tiene fin.
Se debe dejar desde el gobierno el triunfalismo y la vanidad, pues lamentablemente es el presidente el responsable directo, debido a que nada se hace en su gobierno sin su venia y aprobación.
Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com
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