/ miércoles 13 de julio de 2022

A Puerta Cerrada | De qué sirvieron los destapes

El empujón público que ha dado Miguel Barbosa a sus colaboradores para que levanten la mano y se anoten en la lista de suspirantes por la gubernatura no cambia gran cosa las condiciones de la sucesión, pero confirma la existencia de dos bloques en esa competencia que hasta antes del lunes 4 de julio tenía solo dos cartas sobre la mesa, en Morena: los primos de apellido Mier.

En uno de esos bloques se encuentran los tiradores que no gozan de los afectos del gobernador y en el otro aquellos que sí.

Dentro del primero encajan Ignacio Mier Velazco, Claudia Rivera Vivanco, Alejandro Armenta Mier y en una de esas hasta Beatriz Gutiérrez Müller, la esposa del Presidente que solo se ha de reir cuando ve su nombre incluido en las columnas, pero que no dejaremos de lado por ser parte de las especulaciones cotidianas que se formulan en nuestra clase política.

En el segundo meta usted a quienes hicieron circo, maroma y teatro después de que su jefe el gobernador les exhortara a manifestar sus aspiraciones.

Miguel Barbosa advirtió que no daría nombres, como sí hizo el presidente López Obrador al enunciar a sus “corcholatas”, y no los dio, pero tampoco hizo falta, pues todos tenemos claro que, antes de expresar sus aspiraciones en actos públicos y redes sociales, estos personajes, todos, obtuvieron el visto bueno en privado.

De hecho, en esta columna se informó el 22 de junio que los colaboradores de Barbosa interesados en competir en el proceso electoral de 2024, no solo como supuestos candidatos a gobernador, sino por cualquiera los cargos en juego, ya tenían permiso para hacer trabajo de tierra y promocionar su imagen.

Más atrás, el 11 de mayo, aquí mismo se dio a conocer que había tres secretarios más o menos interesados en contender por la candidatura: Melitón Lozano, de la SEP; Gabriel Biestro, del Trabajo, y José Antonio Matínez, de Salud, quienes, se publicó entonces, se sumarían tarde o temprano a Sergio Salomón Céspedes y Héctor Sánchez, los representantes de los poderes Legislativo y Judicial que, si bien no son subordinados formales del gobernador, le consultan cada uno de sus pasos.

Al día siguiente del banderazo Salomón Céspedes fue el primero en anotarse.

Quizá Héctor Sánchez lo haga el viernes, cuando se realice una ceremonia alusiva al día del abogado (que fue ayer).

Olivia Salomón fue destapada por el propio gobernador, el 29 de junio, una semana antes de que ella misma lo anunciara durante una comida en La Vista.

Es muy probable que en el transcurso de los días se anoten más colaboradores del mandatario para tratar de ingresar al proceso electoral en calidad de precandidatos.

Usted preguntará, y hará bien, ¿qué ha cambiado en el panorama de la sucesión con el ingreso de los barbosistas?

Por ahora no mucho.

La euforia de los destapes y el ruido mediático duró solo una semana.

No todos sobrevivirán a los 18 meses que faltan para definir candidato.

Solo quienes tengan sustancia política y sepan conducirse eficientemente para llegar hasta el final podrán ayudar a su jefe en ese objetivo que busca cerrar el paso a los Mier y a Claudia Rivera, independientemente de quién se quede con la dirigencia estatal de Morena el 6 de agosto y quién sea el candidato presidencial de ese mismo partido en 2024.


Twitter: @jorgerdzc


El empujón público que ha dado Miguel Barbosa a sus colaboradores para que levanten la mano y se anoten en la lista de suspirantes por la gubernatura no cambia gran cosa las condiciones de la sucesión, pero confirma la existencia de dos bloques en esa competencia que hasta antes del lunes 4 de julio tenía solo dos cartas sobre la mesa, en Morena: los primos de apellido Mier.

En uno de esos bloques se encuentran los tiradores que no gozan de los afectos del gobernador y en el otro aquellos que sí.

Dentro del primero encajan Ignacio Mier Velazco, Claudia Rivera Vivanco, Alejandro Armenta Mier y en una de esas hasta Beatriz Gutiérrez Müller, la esposa del Presidente que solo se ha de reir cuando ve su nombre incluido en las columnas, pero que no dejaremos de lado por ser parte de las especulaciones cotidianas que se formulan en nuestra clase política.

En el segundo meta usted a quienes hicieron circo, maroma y teatro después de que su jefe el gobernador les exhortara a manifestar sus aspiraciones.

Miguel Barbosa advirtió que no daría nombres, como sí hizo el presidente López Obrador al enunciar a sus “corcholatas”, y no los dio, pero tampoco hizo falta, pues todos tenemos claro que, antes de expresar sus aspiraciones en actos públicos y redes sociales, estos personajes, todos, obtuvieron el visto bueno en privado.

De hecho, en esta columna se informó el 22 de junio que los colaboradores de Barbosa interesados en competir en el proceso electoral de 2024, no solo como supuestos candidatos a gobernador, sino por cualquiera los cargos en juego, ya tenían permiso para hacer trabajo de tierra y promocionar su imagen.

Más atrás, el 11 de mayo, aquí mismo se dio a conocer que había tres secretarios más o menos interesados en contender por la candidatura: Melitón Lozano, de la SEP; Gabriel Biestro, del Trabajo, y José Antonio Matínez, de Salud, quienes, se publicó entonces, se sumarían tarde o temprano a Sergio Salomón Céspedes y Héctor Sánchez, los representantes de los poderes Legislativo y Judicial que, si bien no son subordinados formales del gobernador, le consultan cada uno de sus pasos.

Al día siguiente del banderazo Salomón Céspedes fue el primero en anotarse.

Quizá Héctor Sánchez lo haga el viernes, cuando se realice una ceremonia alusiva al día del abogado (que fue ayer).

Olivia Salomón fue destapada por el propio gobernador, el 29 de junio, una semana antes de que ella misma lo anunciara durante una comida en La Vista.

Es muy probable que en el transcurso de los días se anoten más colaboradores del mandatario para tratar de ingresar al proceso electoral en calidad de precandidatos.

Usted preguntará, y hará bien, ¿qué ha cambiado en el panorama de la sucesión con el ingreso de los barbosistas?

Por ahora no mucho.

La euforia de los destapes y el ruido mediático duró solo una semana.

No todos sobrevivirán a los 18 meses que faltan para definir candidato.

Solo quienes tengan sustancia política y sepan conducirse eficientemente para llegar hasta el final podrán ayudar a su jefe en ese objetivo que busca cerrar el paso a los Mier y a Claudia Rivera, independientemente de quién se quede con la dirigencia estatal de Morena el 6 de agosto y quién sea el candidato presidencial de ese mismo partido en 2024.


Twitter: @jorgerdzc