/ miércoles 8 de diciembre de 2021

A Puerta Cerrada | Diferencias reavivadas en Morena

Un asunto que parecía de menor complejidad política está a punto de exhibir de nueva cuenta las fracturas que existen al interior del partido en el poder en Puebla.

Quien pensara que la diferencia de pareceres y posiciones al seno de Morena había terminado con el fin del proceso electoral se equivocó, pues la pretendida aprobación del cobro por Derecho de Alumbrado Público que cocina el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, con la ayuda de sus aliados en ese partido, se ha topado con una resistencia dispuesta a hacer público su rechazo.

Además de los regidores alineados con Claudia Rivera Vivanco y de los cuatro diputados locales que han expresado abiertamente y por adelantado su negativa a la petición de Eduardo Rivera, que ya cuenta en el Poder Legislativo con el respaldo de Jorge Estefan Chidiac, Eduardo Alcántara Montiel y Sergio Salomón Céspedes Peregrina, ayer se sumó a los disidentes un personaje que avivará el fuego entre los liderazgos del partido lopezobradorista.

Aristóteles Belmont Cortés reapareció para encabezar el frente que dentro de Morena se opone a avalar a la propuesta del presidente municipal panista de Puebla.

¿Y quién es ese personaje para ser relevante en este asunto?, se preguntará usted, y con razón.

Pues es el secretario de Organización del partido que por cuestiones de prelación se quedó en funciones de presidente tras la partida de Edgar Garmendia de los Santos al Congreso.

Si bien se trata de un personaje recién llegado a Puebla, venido de la Ciudad de México, hoy ostenta la dirigencia de Morena y por tanto la representación de las opiniones y la toma de decisiones al interior de ese partido.

Guste o no, lo que diga es relevante porque, se supone, habla a nombre de Morena.

Este martes lo acompañaron en el pronunciamiento los legisladores Daniela Mier Bañuelos, Iván Herrera Villagómez y Carlos Evangelista Aniceto, además de los regidores Elisa Molina, Ernesto Antonio Aguilar, Ana Laura Martínez Escobar y Leobardo Rodríguez Juárez.

Son pocos en realidad.

A los diputados hay que agregar a Edgar Garmendia, quien, aunque no estuvo en la exposición pública, ya ha expresado su postura en contra de la aprobación del cobro por alumbrado público.

Cuatro diputados no generan gran preocupación en un grupo de 17, los que tiene Morena en el Poder Legislativo, pero la inclusión de Aristóteles Belmont en el bloque opositor le ha agregado un tono distinto a la discusión por la causa de Rivera Pérez.

¿Qué harán ahora los 13 legisladores restantes emanados de Morena?

¿Irán en contra del pronunciamiento de su dirigente?

¿Desafiarán los dictados de la cuatroté, presuntamente representados, por obra y gracia del cargo, en la persona de Belmont?

La respuesta previsible puede ser “sí”, ya que no resultaría extraño que en ese instituto político cada quien caminara por su lado, a conveniencia de su conciencia y sus intereses.

Un asunto que obedecía al objetivo de un presidente municipal panista por hacerse de más recursos públicos en tiempos de vacas flacas, que debía quedarse en la discusión técnico-financiera, ha reavivado las rencillas en Morena.

De un lado, otra vez, parecen estar los aliados de Rivera Vivanco, y del otro, los del gobernador Miguel Barbosa, con Salomón Céspedes como operador principal.

Twitter: @jorgerdzc


Un asunto que parecía de menor complejidad política está a punto de exhibir de nueva cuenta las fracturas que existen al interior del partido en el poder en Puebla.

Quien pensara que la diferencia de pareceres y posiciones al seno de Morena había terminado con el fin del proceso electoral se equivocó, pues la pretendida aprobación del cobro por Derecho de Alumbrado Público que cocina el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, con la ayuda de sus aliados en ese partido, se ha topado con una resistencia dispuesta a hacer público su rechazo.

Además de los regidores alineados con Claudia Rivera Vivanco y de los cuatro diputados locales que han expresado abiertamente y por adelantado su negativa a la petición de Eduardo Rivera, que ya cuenta en el Poder Legislativo con el respaldo de Jorge Estefan Chidiac, Eduardo Alcántara Montiel y Sergio Salomón Céspedes Peregrina, ayer se sumó a los disidentes un personaje que avivará el fuego entre los liderazgos del partido lopezobradorista.

Aristóteles Belmont Cortés reapareció para encabezar el frente que dentro de Morena se opone a avalar a la propuesta del presidente municipal panista de Puebla.

¿Y quién es ese personaje para ser relevante en este asunto?, se preguntará usted, y con razón.

Pues es el secretario de Organización del partido que por cuestiones de prelación se quedó en funciones de presidente tras la partida de Edgar Garmendia de los Santos al Congreso.

Si bien se trata de un personaje recién llegado a Puebla, venido de la Ciudad de México, hoy ostenta la dirigencia de Morena y por tanto la representación de las opiniones y la toma de decisiones al interior de ese partido.

Guste o no, lo que diga es relevante porque, se supone, habla a nombre de Morena.

Este martes lo acompañaron en el pronunciamiento los legisladores Daniela Mier Bañuelos, Iván Herrera Villagómez y Carlos Evangelista Aniceto, además de los regidores Elisa Molina, Ernesto Antonio Aguilar, Ana Laura Martínez Escobar y Leobardo Rodríguez Juárez.

Son pocos en realidad.

A los diputados hay que agregar a Edgar Garmendia, quien, aunque no estuvo en la exposición pública, ya ha expresado su postura en contra de la aprobación del cobro por alumbrado público.

Cuatro diputados no generan gran preocupación en un grupo de 17, los que tiene Morena en el Poder Legislativo, pero la inclusión de Aristóteles Belmont en el bloque opositor le ha agregado un tono distinto a la discusión por la causa de Rivera Pérez.

¿Qué harán ahora los 13 legisladores restantes emanados de Morena?

¿Irán en contra del pronunciamiento de su dirigente?

¿Desafiarán los dictados de la cuatroté, presuntamente representados, por obra y gracia del cargo, en la persona de Belmont?

La respuesta previsible puede ser “sí”, ya que no resultaría extraño que en ese instituto político cada quien caminara por su lado, a conveniencia de su conciencia y sus intereses.

Un asunto que obedecía al objetivo de un presidente municipal panista por hacerse de más recursos públicos en tiempos de vacas flacas, que debía quedarse en la discusión técnico-financiera, ha reavivado las rencillas en Morena.

De un lado, otra vez, parecen estar los aliados de Rivera Vivanco, y del otro, los del gobernador Miguel Barbosa, con Salomón Céspedes como operador principal.

Twitter: @jorgerdzc