/ lunes 23 de agosto de 2021

A Puerta Cerrada | Genoveva toma todo

El poder existe para ejercerse y eso lo tiene bien claro Genoveva Huerta Villegas, que este fin de semana hizo uso de su cargo para dar un paso adelante en el camino a la reelección en el Comité Directivo Estatal del PAN.

La presidenta del panismo no ha salido de la polémica por la definición de género a favor de una mujer para renovar dirigencia y ya está envuelta en otra crisis, derivada de la integración del organismo interno que servirá de árbitro para elegir a la nueva jefa del partido.

El domingo sesionó el consejo estatal para definir a los integrantes de la Comisión Organizadora Electoral para la Elección del CDE 2021.

Los comisionados serán los responsables de emitir la convocatoria, fijar los plazos y establecer los procedimientos legales a los que habrán de sujetarse todas las mujeres que aspiren a hacerse de ese cargo de dirigencia partidista.

Su labor será importante para los fines de la renovación.

Lo ideal, en este contexto, sería que se tratara de un órgano independiente y ajeno a los intentos de manipulación de cualquier candidata.

Aquí es donde Genoveva Huerta ha vuelto a entramparse en una discusión con los detractores de su causa reeleccionista.

Huerta y Jesús Giles Carmona, su secretario general, armaron la propuesta de los cinco integrantes de la comisión, quienes recibieron el visto bueno de todos los consejeros, en una votación unánime que de inmediato fue descalificada por la presunta falta de quórum.

El consejo estatal tiene 109 integrantes, por lo que a la sesión tendrían que haber llegado al menos 55, cifra que, a decir de los inconformes, no se registró.

Según esto, solo acudieron 46 consejeros, todos afines a la presidenta del CDE, quienes le dieron el voto unánime a sus propuestas.

Así fue como se armó una comisión integrada por Leonor Popócatl Gutiérrez, en calidad de presidenta, así como Raúl Espinosa Martínez, Carlos Alberto Hernández, Nelly Rámirez Zamario y Miguel Espinosa.

La realidad es que los opositores a la líder del partido se las verán muy complicadas para demostrar jurídicamente que la sesión incumplió con el requisito del quórum, pero ese no es el punto polémico, sino que la comisión quedó conformada por personajes leales a su proyecto.

Todos, los cinco, fueron propuestas suyas.

Panistas y no panistas tienen claro que Genoveva Huerta trae un pleito eterno con el presidente municipal electo de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, y que no habrá manera de remediarlo ni ahora ni en el futuro, sin embargo, asientan otros liderazgos en ese partido, y lo hacen bien, ellos dos no son los dueños del partido.

Las actitudes de uno y otro bando, el de la presidenta Genoveva y el del edil electo Eduardo, han demostrado nulo interés por la apertura o la inclusión de otros grupos en la toma de decisiones y la vida institucional del partido.

Eso es lo que prende las alarmas en sectores que no son ni genovistas ni lalistas y los conduce a hacerse una pregunta:

¿Así se conducirá el PAN en los próximos tres años, sin tomar en cuenta a personajes que no necesariamente deben su existencia a uno u otro grupo, como, por ejemplo, Humberto Aguilar Coronado, Rafael Micalco Méndez y Mario Riestra Piña?

La respuesta, un tanto desalentadora, dice que “sí”.


Twitter: @jorgerdzc

El poder existe para ejercerse y eso lo tiene bien claro Genoveva Huerta Villegas, que este fin de semana hizo uso de su cargo para dar un paso adelante en el camino a la reelección en el Comité Directivo Estatal del PAN.

La presidenta del panismo no ha salido de la polémica por la definición de género a favor de una mujer para renovar dirigencia y ya está envuelta en otra crisis, derivada de la integración del organismo interno que servirá de árbitro para elegir a la nueva jefa del partido.

El domingo sesionó el consejo estatal para definir a los integrantes de la Comisión Organizadora Electoral para la Elección del CDE 2021.

Los comisionados serán los responsables de emitir la convocatoria, fijar los plazos y establecer los procedimientos legales a los que habrán de sujetarse todas las mujeres que aspiren a hacerse de ese cargo de dirigencia partidista.

Su labor será importante para los fines de la renovación.

Lo ideal, en este contexto, sería que se tratara de un órgano independiente y ajeno a los intentos de manipulación de cualquier candidata.

Aquí es donde Genoveva Huerta ha vuelto a entramparse en una discusión con los detractores de su causa reeleccionista.

Huerta y Jesús Giles Carmona, su secretario general, armaron la propuesta de los cinco integrantes de la comisión, quienes recibieron el visto bueno de todos los consejeros, en una votación unánime que de inmediato fue descalificada por la presunta falta de quórum.

El consejo estatal tiene 109 integrantes, por lo que a la sesión tendrían que haber llegado al menos 55, cifra que, a decir de los inconformes, no se registró.

Según esto, solo acudieron 46 consejeros, todos afines a la presidenta del CDE, quienes le dieron el voto unánime a sus propuestas.

Así fue como se armó una comisión integrada por Leonor Popócatl Gutiérrez, en calidad de presidenta, así como Raúl Espinosa Martínez, Carlos Alberto Hernández, Nelly Rámirez Zamario y Miguel Espinosa.

La realidad es que los opositores a la líder del partido se las verán muy complicadas para demostrar jurídicamente que la sesión incumplió con el requisito del quórum, pero ese no es el punto polémico, sino que la comisión quedó conformada por personajes leales a su proyecto.

Todos, los cinco, fueron propuestas suyas.

Panistas y no panistas tienen claro que Genoveva Huerta trae un pleito eterno con el presidente municipal electo de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, y que no habrá manera de remediarlo ni ahora ni en el futuro, sin embargo, asientan otros liderazgos en ese partido, y lo hacen bien, ellos dos no son los dueños del partido.

Las actitudes de uno y otro bando, el de la presidenta Genoveva y el del edil electo Eduardo, han demostrado nulo interés por la apertura o la inclusión de otros grupos en la toma de decisiones y la vida institucional del partido.

Eso es lo que prende las alarmas en sectores que no son ni genovistas ni lalistas y los conduce a hacerse una pregunta:

¿Así se conducirá el PAN en los próximos tres años, sin tomar en cuenta a personajes que no necesariamente deben su existencia a uno u otro grupo, como, por ejemplo, Humberto Aguilar Coronado, Rafael Micalco Méndez y Mario Riestra Piña?

La respuesta, un tanto desalentadora, dice que “sí”.


Twitter: @jorgerdzc