/ lunes 18 de julio de 2022

A Puerta Cerrada | Héctor Sánchez completa los destapes

El presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez, completó el pasado viernes la ronda de destapes alentada desde Casa Aguayo por el gobernador Miguel Barbosa Huerta.

“Tomemos y ejerzamos el papel que nos corresponde como ciudadanos”, dijo en la parte final de su mensaje durante la conmemoración del día del abogado, que se celebró en el salón Fuerte de Guadalupe del Centro Expositor, antes de rematar con lo siguiente:

“Y sí, claro, lo digo con firmeza: no descarten que en cada uno de nosotros se encuentra la oportunidad de continuar con la transformación de nuestra Puebla”.

Primero aclaró que hablaba en calidad de ciudadano, no de representante del Poder Judicial, y luego reconoció que alberga la posibilidad (seguramente también el deseo) de trabajar por la transformación del estado.

Ya usted agréguele los detalles adicionales de interpretación que guste.

El mensaje, en medio de los destapes auspiciados por Barbosa el lunes 4 de julio y de los trascendidos que lo ubicaban dentro del grupo de aspirantes aliados del gobernador que pretenden competir en la sucesión de 2024, vino a cerrar el círculo.

Héctor Sánchez quiere continuar su carrera política después del fin del gobierno de Miguel Barbosa y ha aprovechado la buena relación que tiene con él para jugar en esta partida, que ha planeado y autorizado el mandatario estatal, para pelear en la interna partidista, la de Morena.

A diferencia del resto de suspirantes cobijados por el inquilino de Casa Aguayo, no hizo una manifestación literal para confirmar que levantaba la mano dentro de ese grupo de personajes que han admitido sus deseos de trascender más allá del sexenio, pero no hizo falta.

Sánchez Sánchez sabía muy bien que los integrantes de la clase política estaban expectantes del discurso que daría en la zona de Los Fuertes y preparó unas líneas lo suficientemente precisas para no meterse en problemas legales, debido a la posición pública que ocupa, pero al mismo tiempo claras en el contexto vigente.

Sí, le tomó la palabra a Miguel Barbosa y vino a decirle al respetable que quiere ser gobernador.

Ahora, que pueda hacerlo, será otra cosa.

En caso de que ese supuesto anhelo sea real y de que el presidente del Poder Judicial esté dispuesto a meterse de lleno en esos menesteres para pelear seriamente por la postulación en el bloque de partidos que presumen la 4T, tendrá que sortear tres obstáculos generales, nada sencillos, para pensar en posibilidades reales de hacerse de la candidatura al gobierno del estado.

Héctor Sánchez está obligado primero a hacer una eficiente campaña de tierra para meterse en el ánimo de los eventuales electores, lo cual, según parece, tiene muy claro: “Que no sea raro si nos ven movernos, lo vamos a estar haciendo cada vez más y con mucho énfasis”, advirtió en el mismo mensaje, frente a los convocados a la celebración del día de la abogacía.

En segundo lugar tendrá que convencer a Barbosa de que todas sus lealtades están (y estarán) con él, no con José Antonio Gali Fayad, como algunos malintencionados colaboradores le pretenden advertir al mandatario.

Por último, deberá esperar a que las condiciones políticas se le acomoden al gobernador saliente para que pueda ser él quien defina candidato en Morena, por encima de la opinión del futuro abanderado presidencial y del mismísimo Andrés Manuel López Obrador, quien, como usted bien sabe, gusta de tomar todas las decisiones relevantes en su partido.

Como verá, la labor que Héctor Sánchez tiene por delante es muy compleja, pera ya se ha lanzado al ruedo y algo tendrá que hacer, si de verdad pretende competir y no nada más tomarle el pelo a los observadores.

El 22 de octubre del año pasado el reportero publicó por primera vez el ambiente de agitación que comenzaba a respirarse en ese poder del Estado:

“¿Será cierto que el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez, aspira a ser gobernador del estado en el proceso electoral de 2024?

En los pasillos del Poder Judicial del Estado de Puebla se asegura que sí, que el magistrado presidente trae entre manos un proyecto personal relacionado con la próxima contienda de gobernador, y que este cuenta con el visto bueno del actual inquilino de Casa Aguayo, Luis Miguel Barbosa Huerta.”

La especie dejó de ser un mero trascendido.

Twitter: @jorgerdzc

El presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez, completó el pasado viernes la ronda de destapes alentada desde Casa Aguayo por el gobernador Miguel Barbosa Huerta.

“Tomemos y ejerzamos el papel que nos corresponde como ciudadanos”, dijo en la parte final de su mensaje durante la conmemoración del día del abogado, que se celebró en el salón Fuerte de Guadalupe del Centro Expositor, antes de rematar con lo siguiente:

“Y sí, claro, lo digo con firmeza: no descarten que en cada uno de nosotros se encuentra la oportunidad de continuar con la transformación de nuestra Puebla”.

Primero aclaró que hablaba en calidad de ciudadano, no de representante del Poder Judicial, y luego reconoció que alberga la posibilidad (seguramente también el deseo) de trabajar por la transformación del estado.

Ya usted agréguele los detalles adicionales de interpretación que guste.

El mensaje, en medio de los destapes auspiciados por Barbosa el lunes 4 de julio y de los trascendidos que lo ubicaban dentro del grupo de aspirantes aliados del gobernador que pretenden competir en la sucesión de 2024, vino a cerrar el círculo.

Héctor Sánchez quiere continuar su carrera política después del fin del gobierno de Miguel Barbosa y ha aprovechado la buena relación que tiene con él para jugar en esta partida, que ha planeado y autorizado el mandatario estatal, para pelear en la interna partidista, la de Morena.

A diferencia del resto de suspirantes cobijados por el inquilino de Casa Aguayo, no hizo una manifestación literal para confirmar que levantaba la mano dentro de ese grupo de personajes que han admitido sus deseos de trascender más allá del sexenio, pero no hizo falta.

Sánchez Sánchez sabía muy bien que los integrantes de la clase política estaban expectantes del discurso que daría en la zona de Los Fuertes y preparó unas líneas lo suficientemente precisas para no meterse en problemas legales, debido a la posición pública que ocupa, pero al mismo tiempo claras en el contexto vigente.

Sí, le tomó la palabra a Miguel Barbosa y vino a decirle al respetable que quiere ser gobernador.

Ahora, que pueda hacerlo, será otra cosa.

En caso de que ese supuesto anhelo sea real y de que el presidente del Poder Judicial esté dispuesto a meterse de lleno en esos menesteres para pelear seriamente por la postulación en el bloque de partidos que presumen la 4T, tendrá que sortear tres obstáculos generales, nada sencillos, para pensar en posibilidades reales de hacerse de la candidatura al gobierno del estado.

Héctor Sánchez está obligado primero a hacer una eficiente campaña de tierra para meterse en el ánimo de los eventuales electores, lo cual, según parece, tiene muy claro: “Que no sea raro si nos ven movernos, lo vamos a estar haciendo cada vez más y con mucho énfasis”, advirtió en el mismo mensaje, frente a los convocados a la celebración del día de la abogacía.

En segundo lugar tendrá que convencer a Barbosa de que todas sus lealtades están (y estarán) con él, no con José Antonio Gali Fayad, como algunos malintencionados colaboradores le pretenden advertir al mandatario.

Por último, deberá esperar a que las condiciones políticas se le acomoden al gobernador saliente para que pueda ser él quien defina candidato en Morena, por encima de la opinión del futuro abanderado presidencial y del mismísimo Andrés Manuel López Obrador, quien, como usted bien sabe, gusta de tomar todas las decisiones relevantes en su partido.

Como verá, la labor que Héctor Sánchez tiene por delante es muy compleja, pera ya se ha lanzado al ruedo y algo tendrá que hacer, si de verdad pretende competir y no nada más tomarle el pelo a los observadores.

El 22 de octubre del año pasado el reportero publicó por primera vez el ambiente de agitación que comenzaba a respirarse en ese poder del Estado:

“¿Será cierto que el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez, aspira a ser gobernador del estado en el proceso electoral de 2024?

En los pasillos del Poder Judicial del Estado de Puebla se asegura que sí, que el magistrado presidente trae entre manos un proyecto personal relacionado con la próxima contienda de gobernador, y que este cuenta con el visto bueno del actual inquilino de Casa Aguayo, Luis Miguel Barbosa Huerta.”

La especie dejó de ser un mero trascendido.

Twitter: @jorgerdzc