/ martes 30 de noviembre de 2021

A Puerta Cerrada | Larga ruta en la disputa por el PAN

Antes de emprender el armado de una impugnación y de llevarla ante las instancias correspondientes del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, Genoveva Huerta Villegas y aliados esperaron el acercamiento de Augusta Valentina Díaz de Rivera o algún otro representante de los intereses de Eduardo Rivera Pérez para sentarse a negociar.

Con la derrota a cuestas, la candidata que había fallado en su intento de reelección pensó que la ganadora tocaría a su puerta para ofrecerle apertura y uno que otro espacio de dirigencia para los integrantes de su grupo, con el propósito de darle muestras de inclusión y la certeza de que podrían caminar juntos –y juntas—hacia la aventura electoral del 2024.

Por recomendación de sus asesores de cabecera esperó solo tres días, del 14 al 17 de noviembre, antes de anunciar a través de las redes sociales que presentaría un recurso de impugnación que llevaría como objetivo anular los resultados de la elección para ir a una nueva contienda.

En solo tres días creyó comprender que no habría inclusión por parte del grupo que comanda desde Palacio Municipal Eduardo Rivera Pérez y actuó en consecuencia, con la esperanza depositada en el CEN de Marko Cortés, quien, ella confiaba, llamaría a Augusta Valentina o al propio edil para pedirles que, dada la inconformidad y la presunta evidencia de irregularidades, les propondría, de buena manera, anular la elección y enviar un delegado especial para arbitrar un nuevo enfrentamiento.

Por ahí caminaba la estrategia de Huerta Villegas y compañía para tratar de recuperar lo que hoy está en manos de Jesús Giles Carmona como presidente provisional: el Comité Directivo Estatal.

Pero ha surgido un contratiempo.

Del CEN le han informado de manera extraoficial que no le será favorable el fallo de la instancia encargada de darle cauce a su impugnación.

Y “¿por qué”, ha preguntado.

Pues porque Rivera Pérez ha cabildeado para conseguir que la dirigencia nacional avale el triunfo de la dupla formada por Díaz de Rivera y Marcos Castro Martínez.

Ese cabildeo está por rendir frutos en favor del edil, quien habría convencido al presidente del partido acerca de la pertinencia de ratificar los resultados registrados el domingo 14 de noviembre, con un saldo favorable para los candidatos que él apoyó.

Genoveva Huerta, luego entonces, prevé una sentencia desfavorable para su causa, lo que la ha llevado a preparar el camino para concretar el siguiente paso en esta guerra postelectoral contra Rivera Pérez y aliados.

La exdirigente tiene lista la impugnación que llevará ante el Tribunal Electoral del Estado, con la idea de que, aquí sí, se atiendan argumentos técnicos, jurídicos, no políticos, para darle la razón que desea para ir a las urnas por segunda ocasión.

Antes de presentar este recurso requiere la negativa del CEN.

En el bando de Augusta Valentina y Marcos Castro ya esperan que esto suceda.

A diferencia de Genoveva, confían en que los magistrados electorales le darán un segundo revés, hecho que implicará, en automático, la ida de los abogados de la expresidenta a la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Con el conflicto en manos de los magistrados electorales federales cualquier cosa puede ocurrir.

Lo único seguro es que transcurrirá un largo rato para que Augusta Díaz de Rivera o Genoveva Huerta Villegas, en el remoto caso de que se anule la elección, puedan ocupar la oficina principal de Tulipanes 6104, en la colonia Bugambilias.

Twitter @jorgerdzc

Antes de emprender el armado de una impugnación y de llevarla ante las instancias correspondientes del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, Genoveva Huerta Villegas y aliados esperaron el acercamiento de Augusta Valentina Díaz de Rivera o algún otro representante de los intereses de Eduardo Rivera Pérez para sentarse a negociar.

Con la derrota a cuestas, la candidata que había fallado en su intento de reelección pensó que la ganadora tocaría a su puerta para ofrecerle apertura y uno que otro espacio de dirigencia para los integrantes de su grupo, con el propósito de darle muestras de inclusión y la certeza de que podrían caminar juntos –y juntas—hacia la aventura electoral del 2024.

Por recomendación de sus asesores de cabecera esperó solo tres días, del 14 al 17 de noviembre, antes de anunciar a través de las redes sociales que presentaría un recurso de impugnación que llevaría como objetivo anular los resultados de la elección para ir a una nueva contienda.

En solo tres días creyó comprender que no habría inclusión por parte del grupo que comanda desde Palacio Municipal Eduardo Rivera Pérez y actuó en consecuencia, con la esperanza depositada en el CEN de Marko Cortés, quien, ella confiaba, llamaría a Augusta Valentina o al propio edil para pedirles que, dada la inconformidad y la presunta evidencia de irregularidades, les propondría, de buena manera, anular la elección y enviar un delegado especial para arbitrar un nuevo enfrentamiento.

Por ahí caminaba la estrategia de Huerta Villegas y compañía para tratar de recuperar lo que hoy está en manos de Jesús Giles Carmona como presidente provisional: el Comité Directivo Estatal.

Pero ha surgido un contratiempo.

Del CEN le han informado de manera extraoficial que no le será favorable el fallo de la instancia encargada de darle cauce a su impugnación.

Y “¿por qué”, ha preguntado.

Pues porque Rivera Pérez ha cabildeado para conseguir que la dirigencia nacional avale el triunfo de la dupla formada por Díaz de Rivera y Marcos Castro Martínez.

Ese cabildeo está por rendir frutos en favor del edil, quien habría convencido al presidente del partido acerca de la pertinencia de ratificar los resultados registrados el domingo 14 de noviembre, con un saldo favorable para los candidatos que él apoyó.

Genoveva Huerta, luego entonces, prevé una sentencia desfavorable para su causa, lo que la ha llevado a preparar el camino para concretar el siguiente paso en esta guerra postelectoral contra Rivera Pérez y aliados.

La exdirigente tiene lista la impugnación que llevará ante el Tribunal Electoral del Estado, con la idea de que, aquí sí, se atiendan argumentos técnicos, jurídicos, no políticos, para darle la razón que desea para ir a las urnas por segunda ocasión.

Antes de presentar este recurso requiere la negativa del CEN.

En el bando de Augusta Valentina y Marcos Castro ya esperan que esto suceda.

A diferencia de Genoveva, confían en que los magistrados electorales le darán un segundo revés, hecho que implicará, en automático, la ida de los abogados de la expresidenta a la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Con el conflicto en manos de los magistrados electorales federales cualquier cosa puede ocurrir.

Lo único seguro es que transcurrirá un largo rato para que Augusta Díaz de Rivera o Genoveva Huerta Villegas, en el remoto caso de que se anule la elección, puedan ocupar la oficina principal de Tulipanes 6104, en la colonia Bugambilias.

Twitter @jorgerdzc