/ miércoles 18 de agosto de 2021

A Puerta Cerrada | Un aliado en gestación contra Claudia

Eduardo Rivera Pérez podría convertirse en el aliado que el gobernador Miguel Barbosa ha esperado para llevar a la justicia a Claudia Rivera Vivanco y algunos de sus colaboradores después de que concluya la administración municipal, lo que ocurrirá el 14 de octubre.

Para que el presidente municipal electo pueda contribuir a los deseos del mandatario estatal, quien tiene la certeza de que Rivera Vivanco ha incurrido en excesos y desaseo en el manejo de los recursos públicos, tendrían que suceder dos cosas.

Una, que el panista encuentre no solo indicios, sino evidencia de que la administración de la edil emanada de Morena haya cometido desvío de recursos o desfalco al erario durante su paso por el ayuntamiento, y dos, que tenga la suficiente disposición política para colaborar con Miguel Barbosa en una tarea de esa naturaleza en contra de su antecesora.

Hasta ayer, ambas condiciones, favorables para el gobernador, parecían figurar en el escenario futuro de Rivera Pérez.

Eso debería preocupar y ocupar a la presidenta municipal que buscó sin éxito la reelección.

Fuentes cercanas a la comisión de transición, del lado del panista, aseguran que hay una explícita molestia de Eduardo Rivera por los datos que le han pasado los integrantes de su equipo.

Según esta especie, sus colaboradores le han confirmado que, en la recta final de la administración, los funcionarios de primer nivel del ayuntamiento de Puebla han mostrado un sorpresivo interés por gastar recursos públicos a un nivel y con un ritmo no empleados en el pasado, en los primeros dos años y ocho meses de gestión.

Fue hasta después del 6 de junio, puntualizan los colaboradores de Eduardo Rivera, que se aceleró el gasto, lo que ya prevén como un problema para el próximo edil debido a que no se tendrán los recursos suficientes para cerrar bien el año y a que se comprometerá parte del presupuesto del año 2022 con obras y contratos que se han asignado en estas últimas semanas.

Existe la sospecha, incluso, de que algunas de las empresas que se han visto beneficiadas con las compras de última hora, que han sido elegidas por asignaciones directas, han sido igualmente creadas y constituidas después de los comicios del 6 de junio, cuando Rivera Vivanco vio truncadas sus aspiraciones de permanecer tres años más al frente de la Comuna.

Por ahí parece gestarse una de las primeras condicionantes que sumarían al panista en la cruzada contra Rivera Vivanco.

La segunda, que requiere de la voluntad política del futuro edil para aliarse con el mandatario, debe darse por sentada a la luz de lo que pasó ayer en la “crisis de las palmeras”.

Barbosa llamó en público a Eduardo Rivera a pronunciarse en contra de la rasurada de palmeras que hizo el ayuntamiento en las zonas de Analco y la Juárez, y el alcalde electo lo hizo.

“Pido al presidente entrante, @eduardorivera01 a que se pronuncie en relación a este tema. Debemos impedir que se afecte a Puebla por una mala decisión”, tuiteó Barbosa desde la red social.

Unas horas después consiguió la respuesta que quería:

“En el inicio de mi reincorporación a mis actividades luego de haber dado negativo a Covid-19, coincido con el gobernador @MBarbosaMX en su interés por el medio ambiente, mi compromiso es y será trabajar por el bien de las y los poblanos.”, escribió solícito el edil ante el llamado.

Los hechos están puestos sobre la mesa, para el análisis de Rivera Vivanco.

Twitter: @jorgerdzc

Eduardo Rivera Pérez podría convertirse en el aliado que el gobernador Miguel Barbosa ha esperado para llevar a la justicia a Claudia Rivera Vivanco y algunos de sus colaboradores después de que concluya la administración municipal, lo que ocurrirá el 14 de octubre.

Para que el presidente municipal electo pueda contribuir a los deseos del mandatario estatal, quien tiene la certeza de que Rivera Vivanco ha incurrido en excesos y desaseo en el manejo de los recursos públicos, tendrían que suceder dos cosas.

Una, que el panista encuentre no solo indicios, sino evidencia de que la administración de la edil emanada de Morena haya cometido desvío de recursos o desfalco al erario durante su paso por el ayuntamiento, y dos, que tenga la suficiente disposición política para colaborar con Miguel Barbosa en una tarea de esa naturaleza en contra de su antecesora.

Hasta ayer, ambas condiciones, favorables para el gobernador, parecían figurar en el escenario futuro de Rivera Pérez.

Eso debería preocupar y ocupar a la presidenta municipal que buscó sin éxito la reelección.

Fuentes cercanas a la comisión de transición, del lado del panista, aseguran que hay una explícita molestia de Eduardo Rivera por los datos que le han pasado los integrantes de su equipo.

Según esta especie, sus colaboradores le han confirmado que, en la recta final de la administración, los funcionarios de primer nivel del ayuntamiento de Puebla han mostrado un sorpresivo interés por gastar recursos públicos a un nivel y con un ritmo no empleados en el pasado, en los primeros dos años y ocho meses de gestión.

Fue hasta después del 6 de junio, puntualizan los colaboradores de Eduardo Rivera, que se aceleró el gasto, lo que ya prevén como un problema para el próximo edil debido a que no se tendrán los recursos suficientes para cerrar bien el año y a que se comprometerá parte del presupuesto del año 2022 con obras y contratos que se han asignado en estas últimas semanas.

Existe la sospecha, incluso, de que algunas de las empresas que se han visto beneficiadas con las compras de última hora, que han sido elegidas por asignaciones directas, han sido igualmente creadas y constituidas después de los comicios del 6 de junio, cuando Rivera Vivanco vio truncadas sus aspiraciones de permanecer tres años más al frente de la Comuna.

Por ahí parece gestarse una de las primeras condicionantes que sumarían al panista en la cruzada contra Rivera Vivanco.

La segunda, que requiere de la voluntad política del futuro edil para aliarse con el mandatario, debe darse por sentada a la luz de lo que pasó ayer en la “crisis de las palmeras”.

Barbosa llamó en público a Eduardo Rivera a pronunciarse en contra de la rasurada de palmeras que hizo el ayuntamiento en las zonas de Analco y la Juárez, y el alcalde electo lo hizo.

“Pido al presidente entrante, @eduardorivera01 a que se pronuncie en relación a este tema. Debemos impedir que se afecte a Puebla por una mala decisión”, tuiteó Barbosa desde la red social.

Unas horas después consiguió la respuesta que quería:

“En el inicio de mi reincorporación a mis actividades luego de haber dado negativo a Covid-19, coincido con el gobernador @MBarbosaMX en su interés por el medio ambiente, mi compromiso es y será trabajar por el bien de las y los poblanos.”, escribió solícito el edil ante el llamado.

Los hechos están puestos sobre la mesa, para el análisis de Rivera Vivanco.

Twitter: @jorgerdzc