Un mono permanece cabizbajo en una esquina de la jaula que alguna vez estuvo ambientada de mejor manera para hacer su estancia más llevadera desde que Flor del Bosque se convirtió en un parque recreativo en tiempos del ahora defenestrado morenovallismo.
El piso de concreto luce con agua encharcada en algunas pares y en otras la lama verdosa se ha adherido como testimonio de la falta de un aseo regular.
La situación en la jaula de los cuervos no resulta ser mejor; una llanta de auto manchada de excremento con dos huacales rotos decora el interior del espacio que es visitado por menos gente a raíz de la emergencia sanitaria.
De hecho, resulta poco grato el recorrido por esas y las demás vitrinas pues en todas es constante un grado de abandono y en algunas ya no hay animales.
Dijera el clásico que esta pandemia le ha venido “como anillo al dedo” al gobierno estatal para justificar el cierre de algunas áreas de Flor del Bosque a las que no se les ha dado el debido mantenimiento y la limpieza regular que merecen.
Contrario a lo que ocurre con el pequeño zoológico, que puede ser recorrido por los visitantes, en el área donde se encuentran los animales de granja hay unas cintas amarillas que impide el acceso.
Los trabajadores del parque estatal, como han podido, se las han ingeniado para reparar algunas partes de las rejas metálicas que se han deteriorado. Un par de polines de madera, amarrados con mecates y alambres improvisan parte de un corral.
Pero el aparente desinterés por darle mantenimiento a este espacio es tal que la administración de Miguel Barbosa Huerta no borró las huellas del gobierno de Rafael Moreno Valle de la infraestructura realizada.
A diferencia de lo hecho en hospitales y centros de salud, aquí no retiró los mosaicos azul y blanco, émulos de Talavera poblana, ni ha cambiado la pintura azul de los juegos infantiles.
Tampoco ha remplazado la señalética que en todo el parque deja ver solamente unos pequeños pegotes blancos sobre el colorido logotipo del sexenio del finado Rafael.
Y eso que ya casi ha pasado un año de este gobierno.
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Este lunes la encuestadora Massive Caller presentó su más reciente encuesta sobre la medición mensual a gobernadores en la que el poblano Miguel Barbosa Huerta resultó estar entre los tres peores evaluados.
El estudio demoscópico le atribuye al morenista una aprobación de apenas el 24.6 por ciento, solamente por arriba del perredista Silvano Aurioles Conejo de Michoacán con 23.6 por ciento y del priista Carlos Aysa González de Campeche con un 19.9 por ciento de aprobación.
Pero si de confianza en su gobernador se trata el indicador para Barbosa se reduce a solo un 18.6 por ciento manteniendo su lugar 30, donde el primero es el mejor evaluado y el 32 es el peor.
La misma encuesta mide el índice de inseguridad en el que la entidad se ubica en la posición número 19 con un porcentaje de 36 por ciento. Los mejores evaluados son Yucatán, Campeche y Coahuila y los peores Veracruz, Ciudad de México y Zacatecas.
Y hasta la próxima.
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