/ domingo 11 de julio de 2021

Adolescentes y pandemia

En últimas fechas hemos escuchado o leído que se está incrementando el número de contagios ocasionados por el virus que genera el COVID-19, en parte por la existencia de variantes como la denominada “Delta”.

Ello ha generado que las autoridades de los diferentes órdenes de gobierno mantengan o impongan medidas de prevención y distanciamiento, a fin de evitar un aumento que ponga nuevamente en riesgo a ciertos grupos poblacionales. En este sentido, las y los adolescentes son un segmento que ha padecido el confinamiento, la disminución de actividades presenciales y en general las restricciones de socialización.

Ante este escenario, quiero retomar lo que plantea la psicóloga Lisa Damour, autora de dos libros “Bestseller” sobre la etapa de la adolescencia. Ella establece que, todo el mundo está pasando por un momento de estrés, pero hay varias cosas que las mamás y papás pueden hacer para ayudar a que sus hijos se sientan mejor.

El primer punto que señala, es que los adolescentes suelen ser bastante independientes, y para ellos es muy raro pasarse todo el día en casa con sus padres. Así que conviene establecer un horario para que ellos tengan su “espacio” o su “aire”, libres de cualquier petición o intrusión.

La especialista hace mención que es un momento muy duro emocionalmente para los jóvenes, pero hay formas de ayudarlos a gestionar las emociones intensas e incómodas. Los adultos podemos apoyarlos de varias maneras. Para empezar, sería conveniente recordarles que tanto el estrés como la ansiedad obedecen a respuestas normales y sanas.

Lisa Damour hace mención que, en caso de percibir más ira que preocupación en estos momentos complicados, una alternativa es hacerles ver que tienen todo el derecho para enfadarse, pero no es sano descargar ese sentimiento como si los papás fueran sacos de boxeo. Al contrario, invitarlos a platicar sobre lo que las o los agobia es una alternativa que permite canalizar ese enojo.

La psicóloga señala que, el desarrollo saludable también depende de una interacción interpersonal positiva y en sintonía. Todos deben comprometerse —niños, adolescentes y adultos— a que la tecnología no se interponga en las relaciones presenciales, y es necesario apartarla si se va a mantener una conversación. También incluye salir a la calle, además de ayudar en casa y hacer todas las tareas importantes sin distracciones y sin que la tecnología desvíe la atención de ninguna manera.

Finalmente, reitera que es necesario recordar que estamos ante una crisis tremenda, algo que la mayoría no ha vivido jamás. La complejidad del contexto en el que nos encontramos, tiene dos beneficios considerables. El primero es que tanto adultos como los adolescentes descubrimos que somos más fuertes de lo que creíamos y que podemos soportar más de lo que pensábamos. Y el segundo, es que aumenta nuestra capacidad de resistencia o nos ayuda a relativizar lo que antes podía parecernos un gran problema para seguir adelante.

Sin duda, esta etapa compleja, volátil e incierta nos hace reflexionar sobre cómo debemos salir de la pandemia, siendo mejores seres humanos y más empáticos con nuestros jóvenes, niñas y niños.

Y tú, ¿qué más nos puedes comentar sobre la adolescencia en tiempos de pandemia? Te invito a dejar tu mensaje en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.

Como mencionó Stephen Covey: “Trata de comprender antes de ser comprendido.”

Facebook: David Villanueva Lomelí

www.davidvillanueva.mx

En últimas fechas hemos escuchado o leído que se está incrementando el número de contagios ocasionados por el virus que genera el COVID-19, en parte por la existencia de variantes como la denominada “Delta”.

Ello ha generado que las autoridades de los diferentes órdenes de gobierno mantengan o impongan medidas de prevención y distanciamiento, a fin de evitar un aumento que ponga nuevamente en riesgo a ciertos grupos poblacionales. En este sentido, las y los adolescentes son un segmento que ha padecido el confinamiento, la disminución de actividades presenciales y en general las restricciones de socialización.

Ante este escenario, quiero retomar lo que plantea la psicóloga Lisa Damour, autora de dos libros “Bestseller” sobre la etapa de la adolescencia. Ella establece que, todo el mundo está pasando por un momento de estrés, pero hay varias cosas que las mamás y papás pueden hacer para ayudar a que sus hijos se sientan mejor.

El primer punto que señala, es que los adolescentes suelen ser bastante independientes, y para ellos es muy raro pasarse todo el día en casa con sus padres. Así que conviene establecer un horario para que ellos tengan su “espacio” o su “aire”, libres de cualquier petición o intrusión.

La especialista hace mención que es un momento muy duro emocionalmente para los jóvenes, pero hay formas de ayudarlos a gestionar las emociones intensas e incómodas. Los adultos podemos apoyarlos de varias maneras. Para empezar, sería conveniente recordarles que tanto el estrés como la ansiedad obedecen a respuestas normales y sanas.

Lisa Damour hace mención que, en caso de percibir más ira que preocupación en estos momentos complicados, una alternativa es hacerles ver que tienen todo el derecho para enfadarse, pero no es sano descargar ese sentimiento como si los papás fueran sacos de boxeo. Al contrario, invitarlos a platicar sobre lo que las o los agobia es una alternativa que permite canalizar ese enojo.

La psicóloga señala que, el desarrollo saludable también depende de una interacción interpersonal positiva y en sintonía. Todos deben comprometerse —niños, adolescentes y adultos— a que la tecnología no se interponga en las relaciones presenciales, y es necesario apartarla si se va a mantener una conversación. También incluye salir a la calle, además de ayudar en casa y hacer todas las tareas importantes sin distracciones y sin que la tecnología desvíe la atención de ninguna manera.

Finalmente, reitera que es necesario recordar que estamos ante una crisis tremenda, algo que la mayoría no ha vivido jamás. La complejidad del contexto en el que nos encontramos, tiene dos beneficios considerables. El primero es que tanto adultos como los adolescentes descubrimos que somos más fuertes de lo que creíamos y que podemos soportar más de lo que pensábamos. Y el segundo, es que aumenta nuestra capacidad de resistencia o nos ayuda a relativizar lo que antes podía parecernos un gran problema para seguir adelante.

Sin duda, esta etapa compleja, volátil e incierta nos hace reflexionar sobre cómo debemos salir de la pandemia, siendo mejores seres humanos y más empáticos con nuestros jóvenes, niñas y niños.

Y tú, ¿qué más nos puedes comentar sobre la adolescencia en tiempos de pandemia? Te invito a dejar tu mensaje en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.

Como mencionó Stephen Covey: “Trata de comprender antes de ser comprendido.”

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