/ miércoles 30 de enero de 2019

“Ahí viene Marín…”, y la guerra comenzó

“Ahí viene Marín. Ahí viene Marín. Ahí viene Marín…”, publicó el diputado local Emilio Maurer Espinosa desde su cuenta de Twitter: @MaurerEmilio. Inmediatamente después, agregó: “… qué pesadillas!!! Estaba soñando. Barbosa gobernador, fabuloso despertar.”

El autor del tuit es, obvio, fiel seguidor de Luis Miguel Barbosa Huerta; el destinatario del mismo, y objeto de la crítica: Alejandro Armenta Mier.

Aun como aparente favorito de la nomenclatura en Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, Barbosa parece no estar dispuesto a quedarse de brazos cruzados mientras el senador emprende una feroz batalla, al interior de ese instituto político, para tratar de arrebatarle la candidatura a gobernador.

Barbosa tardó cinco días en reaccionar al auto destape de su oponente, pero ya lo hizo.

El ex abanderado lanzó este martes una campaña en redes sociales, con el hashtag #BarbosaVa, para reforzar sus aspiraciones políticas, con la mira puesta en la nominación de los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia.

Tres frases empleadas por los falsos tuiteros sintetizan la estrategia en favor de Barbosa:

“El candidato natural es el que ya ganó la elección”, dice una.

“En los momentos difíciles, prefirió encabezar la resistencia a ir al gabinete de AMLO”, asienta otra.

“Puebla votó y Barbosa ganó”, asevera una tercera, la más utilizada por el ejército de bots contratado por el equipo del aspirante.

Como en toda guerra política, la artillería empleada no solo buscó exaltar la imagen de uno de los rivales, sino mermar la del otro.

Aquí viene el dato duro para Armenta y sus promotores.

Esta primera reacción del barbosismo puso su objetivo en el punto más vulnerable del senador, su pasada y no tan lejana relación con el ex gobernador Mario Marín Torres.

“Por una Puebla sin Morenovallismo y sin el PRI de Mario Marín y Armenta”, escribió uno de los bots.

“Armenta, herencia e infiltrado de Mario Marín”, condenó otro.

Maurer, un tuitero real y muy polémico, se sumó al guión y evidenció así la clara idea de los barbosistas de combatir al rival de su jefe a partir de sus vínculos con el marinismo.

Ayer mismo, por la noche, en el búnker de Armenta advertían la intención de la campaña y hacían proyecciones sobre los efectos políticos que debían esperar.

Concluyeron que las implicaciones de esa estrategia abarcarían solo a los integrantes del círculo rojo y volvieron a mostrar confianza en el futuro, en el resultado de sus esfuerzos para hacerse de la candidatura.

El optimismo es un buen mensaje para los seguidores del ex diputado federal.

Sin embargo, lo que muestra la embestida de Barbosa puede ser apenas el principio de una lucha más cruenta.

Quien se haga de la candidatura en Morena y sus partidos aliados prácticamente habrá ganado su pase al Poder Ejecutivo.

La disputa en la coalición Juntos Haremos Historia se convertirá –ya se convirtió—en la verdadera pelea de los comicios extraordinarios.

Lo que vendrá después será solo una elección de trámite en la que ni panistas ni priistas estarán en condiciones de enfrentar a la nueva, y poderosa, maquinaria electoral.

Barbosa y Armenta lo saben bien.

Por eso se han declarado la guerra apenas comenzado el gobierno interino de Guillermo Pacheco Pulido.

La elección de gobernador se cocina ahora mismo, con dos aspirantes principales.

Uno, ex candidato, aparente beneficiario del visto bueno presidencial, y otro, senador, dispuesto a abrirse paso entre la maleza.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

“Ahí viene Marín. Ahí viene Marín. Ahí viene Marín…”, publicó el diputado local Emilio Maurer Espinosa desde su cuenta de Twitter: @MaurerEmilio. Inmediatamente después, agregó: “… qué pesadillas!!! Estaba soñando. Barbosa gobernador, fabuloso despertar.”

El autor del tuit es, obvio, fiel seguidor de Luis Miguel Barbosa Huerta; el destinatario del mismo, y objeto de la crítica: Alejandro Armenta Mier.

Aun como aparente favorito de la nomenclatura en Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, Barbosa parece no estar dispuesto a quedarse de brazos cruzados mientras el senador emprende una feroz batalla, al interior de ese instituto político, para tratar de arrebatarle la candidatura a gobernador.

Barbosa tardó cinco días en reaccionar al auto destape de su oponente, pero ya lo hizo.

El ex abanderado lanzó este martes una campaña en redes sociales, con el hashtag #BarbosaVa, para reforzar sus aspiraciones políticas, con la mira puesta en la nominación de los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia.

Tres frases empleadas por los falsos tuiteros sintetizan la estrategia en favor de Barbosa:

“El candidato natural es el que ya ganó la elección”, dice una.

“En los momentos difíciles, prefirió encabezar la resistencia a ir al gabinete de AMLO”, asienta otra.

“Puebla votó y Barbosa ganó”, asevera una tercera, la más utilizada por el ejército de bots contratado por el equipo del aspirante.

Como en toda guerra política, la artillería empleada no solo buscó exaltar la imagen de uno de los rivales, sino mermar la del otro.

Aquí viene el dato duro para Armenta y sus promotores.

Esta primera reacción del barbosismo puso su objetivo en el punto más vulnerable del senador, su pasada y no tan lejana relación con el ex gobernador Mario Marín Torres.

“Por una Puebla sin Morenovallismo y sin el PRI de Mario Marín y Armenta”, escribió uno de los bots.

“Armenta, herencia e infiltrado de Mario Marín”, condenó otro.

Maurer, un tuitero real y muy polémico, se sumó al guión y evidenció así la clara idea de los barbosistas de combatir al rival de su jefe a partir de sus vínculos con el marinismo.

Ayer mismo, por la noche, en el búnker de Armenta advertían la intención de la campaña y hacían proyecciones sobre los efectos políticos que debían esperar.

Concluyeron que las implicaciones de esa estrategia abarcarían solo a los integrantes del círculo rojo y volvieron a mostrar confianza en el futuro, en el resultado de sus esfuerzos para hacerse de la candidatura.

El optimismo es un buen mensaje para los seguidores del ex diputado federal.

Sin embargo, lo que muestra la embestida de Barbosa puede ser apenas el principio de una lucha más cruenta.

Quien se haga de la candidatura en Morena y sus partidos aliados prácticamente habrá ganado su pase al Poder Ejecutivo.

La disputa en la coalición Juntos Haremos Historia se convertirá –ya se convirtió—en la verdadera pelea de los comicios extraordinarios.

Lo que vendrá después será solo una elección de trámite en la que ni panistas ni priistas estarán en condiciones de enfrentar a la nueva, y poderosa, maquinaria electoral.

Barbosa y Armenta lo saben bien.

Por eso se han declarado la guerra apenas comenzado el gobierno interino de Guillermo Pacheco Pulido.

La elección de gobernador se cocina ahora mismo, con dos aspirantes principales.

Uno, ex candidato, aparente beneficiario del visto bueno presidencial, y otro, senador, dispuesto a abrirse paso entre la maleza.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx