/ miércoles 7 de febrero de 2018

Ahí vienen los rusos

A unos días de que Andrés Manuel López Obrador visitara el estado de Puebla en su recorrido de precampaña, miles de poblanas y poblanos recibimos al menos una llamada proveniente de los números 2226005811 y 2227778907, en la que se reproducía la grabación de una voz masculina computarizada, asegurando que el precandidato presidencial de Morena recibe apoyo de Rusia y pretende vender al “enemigo ruso” el petróleo de México.

Tan burda estrategia, evidentemente operada por alguno de sus opositores en Puebla (Puebla al Frente o el PRI) ante el insoslayable crecimiento de Morena en las preferencias electorales locales, me hizo recordar la burda trama de la película de 1966 Ahí vienen los rusos, dirigida por Norman Jewison y protagonizada por Alan Arkin, en la que un submarino soviético encalla en un tranquilo lugar de la costa este de los Estados Unidos, por lo que su tripulación desembarca para pedir ayuda, pero los habitantes del pueblo de Cape Cod los toman por invasores, desatándose el pánico, lo que da lugar a una larga, reiterativa y escasamente ingeniosa comedia de errores.

Lo lamentable es que en este caso, igualmente carente de ingenio, lo que se pretende es asustar a las y los poblanos para que retiren su apoyo a Morena y sus candidatos, partiendo de una premisa absurda e insostenible: la alianza de AMLO con la Rusia de Putin, como si de la Unión Soviética se tratara.

Por principio de cuentas, el fantasma del comunismo ya no recorre las estepas rusas. Hoy la Rusia de Putin es tan capitalista como México o más. Y por si fuera poco, el gobierno de Peña Nieto ya le vendió a los rusos una parte del petróleo mexicano, por lo que si de negocios se tratara, les conviene más que gane Meade para seguir “invirtiendo” en México, que un candidato que ha prometido revisar la mal llamada y peor instrumentada reforma energética.

En efecto, entre los licitantes que han firmado contratos con la Comisión Nacional de Hidrocarburos bajo la modalidad de licencia, para explotar áreas petroleras en México durante 30 años prorrogables, sobresale la compañía rusa Lukoil, que se suma a las siete hermanas y a compañías de todo el mundo, como China Offshore Oil Corp, Eni, Repsol, Petronas y hasta la colombiana Ecopetrol.

Luego entonces ¿debería preocuparnos que nuestro petróleo le sea entregado a los rusos en lugar de a los americanos, holandeses, ingleses, españoles, italianos y malayos? ¿Cuál es la diferencia desde el punto de vista económico, político y de soberanía energética? ¿Es en serio que con este tipo de golpes cobardes se cree que la gente va a dejar de apoyar a Morena y volverá a votar por políticos caducos, soeces, corruptos y autoritarios, para no abrirle las puertas a un enemigo imaginario?

De risa loca la estructura mental de quienes idearon las llamadas, logrando lo contrario de lo que se proponían, pues hoy la gente ya no se deja engañar tan fácil. De qué tamaño fue el fracaso de su plan, que hasta salieron a desmarcarse y decir que en realidad todo había sido obra de Luis Miguel Barbosa Huerta y su gente, pretendiendo victimizarse.

Finalmente, lo destacable sería que las autoridades electorales se pusieran las pilas e investigaran el verdadero origen de las llamadas, pues no creo que sea imposible dar con los autores materiales de tan grave ilícito, para de ahí saber quiénes los instruyeron, cómo accedieron a los datos personas de miles de personas y de dónde obtuvieron los recursos para sufragar la operación. Seguramente nos llevaríamos algunas sorpresas, aunque el impúdico desvío de recursos públicos ya no sea una de ellas. Lo digo sin acritud, ¡pero lo digo!
mail:mezavcm.abogados@gmail.com

A unos días de que Andrés Manuel López Obrador visitara el estado de Puebla en su recorrido de precampaña, miles de poblanas y poblanos recibimos al menos una llamada proveniente de los números 2226005811 y 2227778907, en la que se reproducía la grabación de una voz masculina computarizada, asegurando que el precandidato presidencial de Morena recibe apoyo de Rusia y pretende vender al “enemigo ruso” el petróleo de México.

Tan burda estrategia, evidentemente operada por alguno de sus opositores en Puebla (Puebla al Frente o el PRI) ante el insoslayable crecimiento de Morena en las preferencias electorales locales, me hizo recordar la burda trama de la película de 1966 Ahí vienen los rusos, dirigida por Norman Jewison y protagonizada por Alan Arkin, en la que un submarino soviético encalla en un tranquilo lugar de la costa este de los Estados Unidos, por lo que su tripulación desembarca para pedir ayuda, pero los habitantes del pueblo de Cape Cod los toman por invasores, desatándose el pánico, lo que da lugar a una larga, reiterativa y escasamente ingeniosa comedia de errores.

Lo lamentable es que en este caso, igualmente carente de ingenio, lo que se pretende es asustar a las y los poblanos para que retiren su apoyo a Morena y sus candidatos, partiendo de una premisa absurda e insostenible: la alianza de AMLO con la Rusia de Putin, como si de la Unión Soviética se tratara.

Por principio de cuentas, el fantasma del comunismo ya no recorre las estepas rusas. Hoy la Rusia de Putin es tan capitalista como México o más. Y por si fuera poco, el gobierno de Peña Nieto ya le vendió a los rusos una parte del petróleo mexicano, por lo que si de negocios se tratara, les conviene más que gane Meade para seguir “invirtiendo” en México, que un candidato que ha prometido revisar la mal llamada y peor instrumentada reforma energética.

En efecto, entre los licitantes que han firmado contratos con la Comisión Nacional de Hidrocarburos bajo la modalidad de licencia, para explotar áreas petroleras en México durante 30 años prorrogables, sobresale la compañía rusa Lukoil, que se suma a las siete hermanas y a compañías de todo el mundo, como China Offshore Oil Corp, Eni, Repsol, Petronas y hasta la colombiana Ecopetrol.

Luego entonces ¿debería preocuparnos que nuestro petróleo le sea entregado a los rusos en lugar de a los americanos, holandeses, ingleses, españoles, italianos y malayos? ¿Cuál es la diferencia desde el punto de vista económico, político y de soberanía energética? ¿Es en serio que con este tipo de golpes cobardes se cree que la gente va a dejar de apoyar a Morena y volverá a votar por políticos caducos, soeces, corruptos y autoritarios, para no abrirle las puertas a un enemigo imaginario?

De risa loca la estructura mental de quienes idearon las llamadas, logrando lo contrario de lo que se proponían, pues hoy la gente ya no se deja engañar tan fácil. De qué tamaño fue el fracaso de su plan, que hasta salieron a desmarcarse y decir que en realidad todo había sido obra de Luis Miguel Barbosa Huerta y su gente, pretendiendo victimizarse.

Finalmente, lo destacable sería que las autoridades electorales se pusieran las pilas e investigaran el verdadero origen de las llamadas, pues no creo que sea imposible dar con los autores materiales de tan grave ilícito, para de ahí saber quiénes los instruyeron, cómo accedieron a los datos personas de miles de personas y de dónde obtuvieron los recursos para sufragar la operación. Seguramente nos llevaríamos algunas sorpresas, aunque el impúdico desvío de recursos públicos ya no sea una de ellas. Lo digo sin acritud, ¡pero lo digo!
mail:mezavcm.abogados@gmail.com