El clima de cordialidad entre la cúpula del sindicato Benito Juárez y el Ayuntamiento de Puebla atraviesa por momentos de tensión, derivado del análisis ordenado al proceso de entrega de 84 bases otorgadas a igual número de trabajadores en la última sesión de cabildo del gobierno municipal anterior.
La mitad de las basificaciones fueron entregadas a la dirigencia encabezada por Gonzalo Juárez y de acuerdo a versiones preliminares, una buena parte está en la mira de los regidores morenistas.
La línea de investigación tiene que ver más con compromisos de tipo político y de “amiguismo”, en lugar de reconocer la experiencia y trayectoria del personal con varios años dentro de la administración municipal.
Desde luego que también está en estudio el personal que promovieron ahora ex regidores, pues también fue por motivos de amistad más que por el desempeño profesional.
Entrevistado posterior a la primera sesión ordinaria de cabildo del pasado 25 de octubre, Roberto Elí Esponda Islas, regidor de Morena, más o menos abordó el tema que relaciona al dirigente del sindicato Benito Juárez.
Conforme a sus declaraciones dijo que entre los beneficiados con parte de las 84 basificaciones fueron elementos impulsados por Laura Escobar, ex secretaria de Desarrollo Social municipal y actual dirigente estatal del partido Compromiso por Puebla (CPP).
Dicha fuerza política fue la que promovió a Gonzalo Juárez como candidato a presidente municipal de Puebla en las pasadas elecciones del primero de julio, por lo que fue rival de la ahora alcaldesa Claudia Rivera Vivanco.
Cuentan que Gonzalo Juárez incidió en seleccionar parte de la supuesta lista de operadores políticos que estuvieron apoyándolo en los recorridos a colonias y mítines para promover el voto a su favor.
De ahí la sospecha que entonces fue el pago de favores.
Sin embargo, no cayó nada bien el señalamiento realizado por el regidor de Morena de revelar datos públicamente a la prensa sobre los antecedentes del personal que ahora está sindicalizado en el Ayuntamiento de Puebla.
Se considera que fue una falta de tacto con fines mediáticos.
Y más aún cuando el 17 de octubre, la presidenta municipal Claudia Rivera acudió a las oficinas sindicales a sostener un encuentro con los trabajadores como muestra de cordialidad en el sentido que la campaña electoral quedó en el pasado y ahora es turno de trabajar unidos por el bien del municipio de Puebla.
Aunque se manejan versiones que la solución al conflicto de las 84 basificaciones quedará resuelto tras seleccionar mínimo a 10 trabajadores para dar marcha a sus nombramientos, otra versión apunta que los morenistas van por todo el paquete aprobado en el pasado ayuntamiento como muestra de mandar mensaje de combate a la corrupción.
La cúpula sindical desde luego está inconforme y por tanto, dispuesto a defender a sus nuevos agremiados aunque vaya a quedar una huella o marca en la relación obrero-patronal con el gobierno de Claudia Rivera.
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Al interior de la instalación de la comisión de Entrega-Recepción, la regidora Silvia Tanús, leyó la cartilla a los morenistas que empiezan a estar desatados con señalamientos de supuestas irregularidades cometidas en la pasada administración.
Durante su intervención, pidió no caer en terreno de las especulaciones y sí aportar pruebas sobre casos expuestos a la prensa, sin decir cuáles pero en referencia a las basificaciones o irregularidades en materia de seguridad pública, o de lo contrario estarían mintiendo y en consecuencia sin cumplir con una de las reglas que pregona el máximo líder de Morena y presidente electo, Andrés Manuel López Obrador: no robar, no mentir y no traicionar.
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