/ lunes 5 de noviembre de 2018

Ambulantaje, malos augurios en la IP

Varias declaraciones al hilo de los nuevos funcionarios municipales han puesto a temblar a los empresarios dedicados al comercio formal, no solo en la zona del Centro Histórico, sino fuera de él.

El secretario de Gobernación del Ayuntamiento de Puebla, René Sánchez Galindo, ha dicho una y otra vez que la nueva administración no pretende retirar a los vendedores ambulantes mediante el empleo de la fuerza pública, sino conminarlos a través del diálogo a emprender un reordenamiento que beneficie a todos los involucrados.

Y en ese “todos los involucrados” están, por supuesto, los mismos informales.

La presidenta municipal, Claudia Rivera Vivanco, ha mantenido idéntica postura.

La militante de Morena y excandidata de la coalición Juntos Haremos Historia ha expresado y reiterado el derecho de los ambulantes a participar en la toma de decisiones de su gobierno y a luchar contra la imposición de medidas unilaterales que intenten replegarlos, expulsarlos de la vía pública.

La constante defensa del comercio informal por parte de las recién estrenadas autoridades municipales llevó a los comerciantes establecidos a plantearse malos pronósticos.

Representantes empresariales como Rafael Herrera Vélez, de la Canaco; José Juan Ayala Vázquez, del Consejo de Comerciantes del Centro Histórico, y Erick Navarro Acevedo, de la Canacope, han sufrido el reclamo de sus miembros y socios por lo que ocurre en el primer cuadro de la ciudad: la expansión del ambulantaje.

Los comerciantes reconocen la falta de resultados de los colaboradores del exedil Luis Banck Serrato en este espinoso tema, pero perciben un incremento del fenómeno en el arranque de la nueva gestión.

Eso los conduce a pensar que pronto sucederá lo mismo fuera del centro, que los ambulantes aprovecharán el aparente relajamiento de la autoridad –presuntamente obligada a hacer respetar la ley—para tomar más áreas de la vía pública de las que ya poseían con Banck.

A finales de octubre, el secretario de Desarrollo Económico del municipio, Eduardo Peniche García, pidió a los empresarios mostrar sensibilidad ante el conflicto de los vendedores informales y subrayó que ellos también son personas que buscan llevar alimento y sustento a sus familias.

De cualquier otro funcionario habría sido comprensible una manifestación de esa naturaleza, pero no de aquel que tiene como objetivo procurar las mejores condiciones socioeconómicas para generar inversión privada en la ciudad.

Sus palabras cayeron como balde de agua helada para los comerciantes establecidos, que hasta antes de eso creían contar con un importante aliado en el funcionario, emanado, por cierto, de una recomendación del Consejo Coordinador Empresarial.

La última patada en el estómago les golpeó ayer, cuando se enteraron que Rivera Vivanco había trasladado el origen del problema, y por tanto su solución, a los ciudadanos.

“El ambulantaje existe porque la gente les compra”, afirmó Rivera ante la insistencia de los reporteros.

“Si no (les compraran), no tendría una razón de ser”, agregó, para rematar después con una ruda y dura frase: “No es un tema de gobierno”.

Esto agitó más a los ya de por sí muy alterados comerciantes.

Hoy temen que Claudia Rivera traiga entre manos una bien consciente política de tolerancia en favor del comercio informal, lo que los pondría ante la necesidad de recurrir a un tercero en discordia para, una vez más, tratar de luchar contra ese mal que les aqueja desde algunas décadas atrás.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Varias declaraciones al hilo de los nuevos funcionarios municipales han puesto a temblar a los empresarios dedicados al comercio formal, no solo en la zona del Centro Histórico, sino fuera de él.

El secretario de Gobernación del Ayuntamiento de Puebla, René Sánchez Galindo, ha dicho una y otra vez que la nueva administración no pretende retirar a los vendedores ambulantes mediante el empleo de la fuerza pública, sino conminarlos a través del diálogo a emprender un reordenamiento que beneficie a todos los involucrados.

Y en ese “todos los involucrados” están, por supuesto, los mismos informales.

La presidenta municipal, Claudia Rivera Vivanco, ha mantenido idéntica postura.

La militante de Morena y excandidata de la coalición Juntos Haremos Historia ha expresado y reiterado el derecho de los ambulantes a participar en la toma de decisiones de su gobierno y a luchar contra la imposición de medidas unilaterales que intenten replegarlos, expulsarlos de la vía pública.

La constante defensa del comercio informal por parte de las recién estrenadas autoridades municipales llevó a los comerciantes establecidos a plantearse malos pronósticos.

Representantes empresariales como Rafael Herrera Vélez, de la Canaco; José Juan Ayala Vázquez, del Consejo de Comerciantes del Centro Histórico, y Erick Navarro Acevedo, de la Canacope, han sufrido el reclamo de sus miembros y socios por lo que ocurre en el primer cuadro de la ciudad: la expansión del ambulantaje.

Los comerciantes reconocen la falta de resultados de los colaboradores del exedil Luis Banck Serrato en este espinoso tema, pero perciben un incremento del fenómeno en el arranque de la nueva gestión.

Eso los conduce a pensar que pronto sucederá lo mismo fuera del centro, que los ambulantes aprovecharán el aparente relajamiento de la autoridad –presuntamente obligada a hacer respetar la ley—para tomar más áreas de la vía pública de las que ya poseían con Banck.

A finales de octubre, el secretario de Desarrollo Económico del municipio, Eduardo Peniche García, pidió a los empresarios mostrar sensibilidad ante el conflicto de los vendedores informales y subrayó que ellos también son personas que buscan llevar alimento y sustento a sus familias.

De cualquier otro funcionario habría sido comprensible una manifestación de esa naturaleza, pero no de aquel que tiene como objetivo procurar las mejores condiciones socioeconómicas para generar inversión privada en la ciudad.

Sus palabras cayeron como balde de agua helada para los comerciantes establecidos, que hasta antes de eso creían contar con un importante aliado en el funcionario, emanado, por cierto, de una recomendación del Consejo Coordinador Empresarial.

La última patada en el estómago les golpeó ayer, cuando se enteraron que Rivera Vivanco había trasladado el origen del problema, y por tanto su solución, a los ciudadanos.

“El ambulantaje existe porque la gente les compra”, afirmó Rivera ante la insistencia de los reporteros.

“Si no (les compraran), no tendría una razón de ser”, agregó, para rematar después con una ruda y dura frase: “No es un tema de gobierno”.

Esto agitó más a los ya de por sí muy alterados comerciantes.

Hoy temen que Claudia Rivera traiga entre manos una bien consciente política de tolerancia en favor del comercio informal, lo que los pondría ante la necesidad de recurrir a un tercero en discordia para, una vez más, tratar de luchar contra ese mal que les aqueja desde algunas décadas atrás.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx