Un nuevo cierre de actividades anunció el Gobierno del Estado para combatir la segunda oleada de contagios por coronavirus y nuevamente, el comercio informal será la “papa caliente” entre el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento de Puebla para, por fin, hacer que cumplan las recomendaciones y evitar la propagación de la Covid-19.
Es un hecho innegable que los únicos que no cumplieron todas las disposiciones y recomendaciones sanitarias fueron los comerciantes informales.
Nunca cerraron y la sana distancia brilló por su ausencia en tianguis y calles del Centro Histórico.
En estos más de nueve meses de pandemia, ni el gobierno estatal ni el ayuntamiento de Puebla los metió en cintura.
La razón es meramente electoral; el grueso de los informales son los que votaron por Morena en la pasada elección y cerrarlos traería factura política en 2021.
Es por eso que hemos visto “aventarse la bolita” entre ambos niveles de gobierno.
El estado con el argumento de que se trata de una atribución del municipio.
El municipio que espera un decreto del estado para hacerlo cumplir.
Y así se van.
Ayer pasó algo similar, el Gobierno del Estado no prohibió la instalación de tianguis y mercados, sino que recomendó a los 217 municipios prohibirlos dentro de sus facultades.
Ahora falta ver si el Ayuntamiento de Puebla cumple esta recomendación, que hasta el momento ha sido un llamado a misa.
Vaya tarea que se le avecina al equipo de Claudia Rivera Vivanco.
Y en qué momento.
Quizá las celebraciones de fin de año se puedan contener, pero ¿se imagina a los padres de familia dejar sin regalos de Reyes Magos a sus hijos por culpa de la pandemia?
Y ante tal demanda ¿habrá ambulantes que por cumplir el decreto dejen ir sus ventas de Reyes?
Lo dudo.
Hasta la próxima
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