La designación de Norma Angélica Sandoval Sánchez como magistrada del Tribunal Electoral del Estado de Puebla no debió ser del agrado del exgobernador Rafael Moreno Valle, quien incluso en la distancia gusta de tener personajes afines a sus intereses en posiciones de relevancia política.
Sandoval Sánchez fue electa en el Senado este martes con 99 votos a favor y siete en contra, por lo que se convertirá en el relevo de Fernando Chevalier Ruanova a partir del próximo 10 de diciembre.
La nueva magistrada será motivo de discordia al seno de ese organismo electoral, donde son imposibles los equilibrios debido a la distribución del poder en tercios, con solo tres integrantes.
Hasta ahora el morenovallismo había tenido en Chevalier Ruanova y en Ricardo Adrián Rodríguez Perdomo a dos aliados incondicionales, que pasaban por encima del tercer magistrado, Jesús Gerardo Saravia Rivera, con mediana facilidad.
Esto podría terminar con la incorporación de Angélica Sandoval, quien hasta antes de su elección se desempeñaba como secretaria instructora en apoyo del magistrado B, es decir, de Saravia Rivera.
Una vez instalada en el cargo, con experiencia de 17 años en materia electoral, le dará la vuelta a Rodríguez Perdomo y acabará como aliada de Saravia, a quien los enemigos políticos del exgobernador definen como un rebelde reprimido.
Habrá voces que acusarán a la nueva magistrada de ser una cuota política del PRI, pero serán inexactas.
Angélica Sandoval colaboró con Reynaldo Lazcano Fernández y trabajó muy de cerca con Jorge Sánchez Morales, quien intentó dejarla en su lugar cuando partió de Puebla para ir a la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en Guadalajara.
Esa vez, en abril de 2017, los dirigentes locales del PRI desconfiaron de la aspirante a magistrada y dieron su respaldo a Saravia Rivera, quien resultó favorecido en un segundo intento por llegar a la posición que ocupa desde entonces.
Quienes conocen a Sandoval Sánchez afirman que no será una herramienta priista incrustada en el Tribunal Electoral.
Tampoco morenista y mucho menos panista.
Aseguran que será más bien una magistrada independiente, que estará alejada -o tratará de estar alejada- de los tentáculos de control de los personajes del poder.
Por eso es que su elección, con el voto a favor de 99 senadores, no debió causar alegría a ya sabe usted quién.
Menos ahora que la presidencia del Tribunal quedará en manos de Saravia.
En este sentido, cabe destacar que la composición del Tribunal Electoral del Estado se mantendrá como hasta hoy, de dos magistrados contra uno, pero ya no en favor del PAN.
La buena noticia para el grupo en el poder, que espera la ratificación de Martha Erika Alonso Hidalgo como gobernadora electa, es que ese órgano ya hizo la parte que tenía que hacer en el conflicto poselectoral.
Si Martha Erika es ratificada, corresponderá a ella establecer su relación con los magistrados locales a partir de un nuevo marco institucional.
Si no, a quien sea que resulte ganador de una eventual e hipotética contienda extraordinaria.
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