/ domingo 7 de julio de 2019

¡Ante la cultura de la vida, ni un paso atrás! (Cuarta parte)

“No estamos obligados a castigar a los que nos ofenden, sino a aconsejarles la enmienda de sus delitos.”

Miguel de Cervantes Saavedra


Es cierto que se requiere mayor y mejor justicia en todos los sentidos, pero también es cierto que hay un gran desorden social en la búsqueda de más y mejores oportunidades (trabajo, estudio, desarrollo personal, ingresos, beneficios sociales, salud, etc.), porque prevalece el “yo” sobre todo.

Se lucha por un mayor poder adquisitivo para comprar más bienes y servicios para mejorar la calidad de vida; sin embargo, cada vez vamos caminando a la inversa, aunque esto no es percibido por la mayoría de los consumidores per se, porque quien está en el centro de la tormenta no sabe para dónde ir.

Se lucha por una mayor libertad y autodeterminación a elegir lo que se quiera, como se quiera, cuando se quiera, porque se quiere; pero no hay un “para qué” objetivo que beneficie a esa gente, (aunque sí a los magnates) porque en verdad -la demanda para muchos auténtica- es un mecanismo envolvente de consumo de todo.

En esta búsqueda cada quién hace lo que le interesa más para sí y para su familia (aunque no siempre). Por ejemplo, para generar mayor progreso hay explotación de todo tipo de minas (oro, cobre, estaño, hierro, etc.), así también la explotación de arena, árboles, petróleo, agua. Todo ello está afectando al planeta tierra.

De ahí que haya organizaciones en defensa de la naturaleza. ¡Qué bueno! Porque, aunque la creación dotó al planeta de los insumos necesarios para la subsistencia humana no quiere decir que haya que aniquilar la vida exterminando de forma irresponsable los componentes que -precisamente- nos permiten tener vida.

De manera que hay gran preocupación por preservar la naturaleza (otra vez, qué bueno que así sea), pero se aprueban leyes contra la vida humana en el vientre de mujeres que deciden abortar, porque al ser dueñas de su cuerpo pueden hacer lo que le plazca con su cuerpo. ¿Es eso respeto por la vida humana?

Este tema ha sido de años y no va a parar, porque (si es verdad que hay muchos embarazos por violaciones) el aborto no va a eliminar el trauma de la violación. El trauma está en la violación en sí, no en el ser engendrado. Que, además desde el consciente (según dicen los psicólogos), jamás podrán olvidar el hecho por más que quieran.

Con todo y lo que indican algunos estudios como el denominado “Violencia sexual y embarazo infantil en México: un problema de salud pública y derechos humanos” como sustento para apoyar a niñas y mujeres sobre embarazos con violencia de género y, específicamente, la violencia sexual a niñas obligadas o manipuladas por adultos, mediante el uso de la fuerza física o moral, el chantaje, la manipulación y las amenazas…

Los estudios no indican de manera concreta cuántos son de los abortos de este tipo y cuántos son producto de relaciones sexuales consentidas o de relaciones sexuales por infidelidad.

Por lo que aprobar leyes generales a favor del aborto donde la mujer pueda ponderar el derecho a decidir sobre la maternidad o la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), sólo por el gusto de la decisión, no deja de ser una forma de exterminar con la vida humana.

El punto de contradicción es el no a la explotación indiscriminada del medio ambiente, pero un sí al exterminio cobarde de un ser que ni siquiera ha nacido, al que se le responsabiliza estar en el vientre; entonces se le juzga, se le condena y se le asesina porque según la mujer traumada, cada vez que vea a la criatura va a recordar la agresión.

Es como decir que, al suprimir la vida, automáticamete se le borra el hecho. (Sigue)


*Consultor y Asesor en Comunicación Política y Organizacional; jdelrsf@gmail.com; twiter: @jdelrsf

“No estamos obligados a castigar a los que nos ofenden, sino a aconsejarles la enmienda de sus delitos.”

Miguel de Cervantes Saavedra


Es cierto que se requiere mayor y mejor justicia en todos los sentidos, pero también es cierto que hay un gran desorden social en la búsqueda de más y mejores oportunidades (trabajo, estudio, desarrollo personal, ingresos, beneficios sociales, salud, etc.), porque prevalece el “yo” sobre todo.

Se lucha por un mayor poder adquisitivo para comprar más bienes y servicios para mejorar la calidad de vida; sin embargo, cada vez vamos caminando a la inversa, aunque esto no es percibido por la mayoría de los consumidores per se, porque quien está en el centro de la tormenta no sabe para dónde ir.

Se lucha por una mayor libertad y autodeterminación a elegir lo que se quiera, como se quiera, cuando se quiera, porque se quiere; pero no hay un “para qué” objetivo que beneficie a esa gente, (aunque sí a los magnates) porque en verdad -la demanda para muchos auténtica- es un mecanismo envolvente de consumo de todo.

En esta búsqueda cada quién hace lo que le interesa más para sí y para su familia (aunque no siempre). Por ejemplo, para generar mayor progreso hay explotación de todo tipo de minas (oro, cobre, estaño, hierro, etc.), así también la explotación de arena, árboles, petróleo, agua. Todo ello está afectando al planeta tierra.

De ahí que haya organizaciones en defensa de la naturaleza. ¡Qué bueno! Porque, aunque la creación dotó al planeta de los insumos necesarios para la subsistencia humana no quiere decir que haya que aniquilar la vida exterminando de forma irresponsable los componentes que -precisamente- nos permiten tener vida.

De manera que hay gran preocupación por preservar la naturaleza (otra vez, qué bueno que así sea), pero se aprueban leyes contra la vida humana en el vientre de mujeres que deciden abortar, porque al ser dueñas de su cuerpo pueden hacer lo que le plazca con su cuerpo. ¿Es eso respeto por la vida humana?

Este tema ha sido de años y no va a parar, porque (si es verdad que hay muchos embarazos por violaciones) el aborto no va a eliminar el trauma de la violación. El trauma está en la violación en sí, no en el ser engendrado. Que, además desde el consciente (según dicen los psicólogos), jamás podrán olvidar el hecho por más que quieran.

Con todo y lo que indican algunos estudios como el denominado “Violencia sexual y embarazo infantil en México: un problema de salud pública y derechos humanos” como sustento para apoyar a niñas y mujeres sobre embarazos con violencia de género y, específicamente, la violencia sexual a niñas obligadas o manipuladas por adultos, mediante el uso de la fuerza física o moral, el chantaje, la manipulación y las amenazas…

Los estudios no indican de manera concreta cuántos son de los abortos de este tipo y cuántos son producto de relaciones sexuales consentidas o de relaciones sexuales por infidelidad.

Por lo que aprobar leyes generales a favor del aborto donde la mujer pueda ponderar el derecho a decidir sobre la maternidad o la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), sólo por el gusto de la decisión, no deja de ser una forma de exterminar con la vida humana.

El punto de contradicción es el no a la explotación indiscriminada del medio ambiente, pero un sí al exterminio cobarde de un ser que ni siquiera ha nacido, al que se le responsabiliza estar en el vientre; entonces se le juzga, se le condena y se le asesina porque según la mujer traumada, cada vez que vea a la criatura va a recordar la agresión.

Es como decir que, al suprimir la vida, automáticamete se le borra el hecho. (Sigue)


*Consultor y Asesor en Comunicación Política y Organizacional; jdelrsf@gmail.com; twiter: @jdelrsf