/ jueves 23 de julio de 2020

Aprovechemos la pandemia: construyamos un Pacto de Bienestar Integral Sostenible

Como en cualquier situación de crisis, esta pandemia ha sacado lo peor y lo mejor de nosotros. Ha hecho evidente nuestras más profundas debilidades como seres humanos, pero también ha evidenciado nuestra fortaleza ética y la riqueza de nuestros valores. Nos ha dejado ver de qué estamos hechos y lo fuertes que podemos llegar a ser en situaciones extremas.

Hace unos días publiqué un amplio estudio titulado “La Batalla de México y el mundo contra el Covid-19: Lecciones, Riesgos y Oportunidades”. En este estudio —que se puede consultar y descargar en mi página fernandomanzanilla.com.mx— reflexiono sobre la necesidad de ver esta tragedia como una oportunidad para establecer nuevas reglas de convivencia política y social. Ello implica que, en lugar de “normalizar” la zozobra y el miedo, aprovechemos esta “nueva normalidad” para hacer ordinaria y cotidiana la cooperación, la solidaridad, el espíritu de equipo y la unidad para construir algo mejor de lo que teníamos.

Una de las principales conclusiones del estudio es que como país, y como estado, este es el mejor momento de corregir el rumbo mediante un gran acuerdo social, político y económico. Creo que debemos aprovechar esta crisis para impulsar un nuevo pacto refundacional, un nuevo arreglo para construir una democracia social de “alta energía” sustentada en un modelo de economía liberal, progresista y solidaria, que genere los pesos y contrapesos que requiere el sistema para retomar la senda del progreso y la prosperidad desde una perspectiva inclusiva.

Como tantos pactos que ha habido en la historia, nosotros también requerimos nuestro propio acuerdo no solo para superar la pandemia, sino para pacificar al país, financiar la reconstrucción y garantizar el bienestar sostenible de toda la población. ¿Qué elementos mínimos deberían estar presentes en el proceso de discusión, debate y acuerdo de un nuevo arreglo de convivencia nacional que nos permita rehacer el entramado institucional y recuperar la confianza social?¿Qué modelo económico solidario podría realmente garantizar el bienestar social general?

Desde mi perspectiva, el nuevo acuerdo deberá hacer de los principios de la democracia liberal el piso mínimo común para la negociación. Los principios de libertad individual, justicia, igualdad, legalidad, institucionalidad, paz y bien común deberán ser piedras angulares del nuevo arreglo. Su principal objetivo deberá ser el Bienestar, a partir de una visión integral, es decir, el bienestar objetivo, asociado al grado de satisfacción de necesidades materiales básicas de las personas, pero también el bienestar subjetivo, relativo a las evaluaciones positivas que las personas hacen de sus vidas en pensamientos y sentimientos, lo que llamamos “felicidad”.

Deberá tener como principio la Solidaridad, entendida como corresponsabilidad y convergencia de esfuerzos para alcanzar el bien común. La solidaridad a la que debemos aspirar es aquella que nos lleva a comportarnos con los demás de la manera como desearíamos que se comportaran con nosotros. Es momento de apartarnos de la creencia de que la simple transferencia de dinero es base suficiente para la solidaridad social.

El nuevo acuerdo deberá aprovechar las oportunidades que nos brinda la Cuarta Revolución Industrial, para reformular las políticas que garanticen el acceso generalizado de la población a los beneficios de la tecnología, con el objetivo de crear un futuro inclusivo. Finalmente, deberá partir del concepto de Sostenibilidad. La pandemia nos ha demostrado, como nunca antes, que no puede haber desarrollo económico sin equilibrio y sostenibilidad. Por lo que cualquier propuesta de progreso deberá transitar hacia un esquema de producción y consumo sostenibles, así como de cooperación en materia de energías renovables.

La pandemia nos ha demostrado, como nunca antes, que la única forma de alcanzar un verdadero desarrollo, es logrando un bienestar para todos, a partir de la solidaridad y el equilibrio armónico con la naturaleza. De ahí la urgencia de aprovechar esta pandemia para reinventarnos y revolucionar consciencias, e ir delineando la agenda local y regional hacia la construcción de un nuevo pacto de Bienestar Integral Sostenible que requiere México.

Como en cualquier situación de crisis, esta pandemia ha sacado lo peor y lo mejor de nosotros. Ha hecho evidente nuestras más profundas debilidades como seres humanos, pero también ha evidenciado nuestra fortaleza ética y la riqueza de nuestros valores. Nos ha dejado ver de qué estamos hechos y lo fuertes que podemos llegar a ser en situaciones extremas.

Hace unos días publiqué un amplio estudio titulado “La Batalla de México y el mundo contra el Covid-19: Lecciones, Riesgos y Oportunidades”. En este estudio —que se puede consultar y descargar en mi página fernandomanzanilla.com.mx— reflexiono sobre la necesidad de ver esta tragedia como una oportunidad para establecer nuevas reglas de convivencia política y social. Ello implica que, en lugar de “normalizar” la zozobra y el miedo, aprovechemos esta “nueva normalidad” para hacer ordinaria y cotidiana la cooperación, la solidaridad, el espíritu de equipo y la unidad para construir algo mejor de lo que teníamos.

Una de las principales conclusiones del estudio es que como país, y como estado, este es el mejor momento de corregir el rumbo mediante un gran acuerdo social, político y económico. Creo que debemos aprovechar esta crisis para impulsar un nuevo pacto refundacional, un nuevo arreglo para construir una democracia social de “alta energía” sustentada en un modelo de economía liberal, progresista y solidaria, que genere los pesos y contrapesos que requiere el sistema para retomar la senda del progreso y la prosperidad desde una perspectiva inclusiva.

Como tantos pactos que ha habido en la historia, nosotros también requerimos nuestro propio acuerdo no solo para superar la pandemia, sino para pacificar al país, financiar la reconstrucción y garantizar el bienestar sostenible de toda la población. ¿Qué elementos mínimos deberían estar presentes en el proceso de discusión, debate y acuerdo de un nuevo arreglo de convivencia nacional que nos permita rehacer el entramado institucional y recuperar la confianza social?¿Qué modelo económico solidario podría realmente garantizar el bienestar social general?

Desde mi perspectiva, el nuevo acuerdo deberá hacer de los principios de la democracia liberal el piso mínimo común para la negociación. Los principios de libertad individual, justicia, igualdad, legalidad, institucionalidad, paz y bien común deberán ser piedras angulares del nuevo arreglo. Su principal objetivo deberá ser el Bienestar, a partir de una visión integral, es decir, el bienestar objetivo, asociado al grado de satisfacción de necesidades materiales básicas de las personas, pero también el bienestar subjetivo, relativo a las evaluaciones positivas que las personas hacen de sus vidas en pensamientos y sentimientos, lo que llamamos “felicidad”.

Deberá tener como principio la Solidaridad, entendida como corresponsabilidad y convergencia de esfuerzos para alcanzar el bien común. La solidaridad a la que debemos aspirar es aquella que nos lleva a comportarnos con los demás de la manera como desearíamos que se comportaran con nosotros. Es momento de apartarnos de la creencia de que la simple transferencia de dinero es base suficiente para la solidaridad social.

El nuevo acuerdo deberá aprovechar las oportunidades que nos brinda la Cuarta Revolución Industrial, para reformular las políticas que garanticen el acceso generalizado de la población a los beneficios de la tecnología, con el objetivo de crear un futuro inclusivo. Finalmente, deberá partir del concepto de Sostenibilidad. La pandemia nos ha demostrado, como nunca antes, que no puede haber desarrollo económico sin equilibrio y sostenibilidad. Por lo que cualquier propuesta de progreso deberá transitar hacia un esquema de producción y consumo sostenibles, así como de cooperación en materia de energías renovables.

La pandemia nos ha demostrado, como nunca antes, que la única forma de alcanzar un verdadero desarrollo, es logrando un bienestar para todos, a partir de la solidaridad y el equilibrio armónico con la naturaleza. De ahí la urgencia de aprovechar esta pandemia para reinventarnos y revolucionar consciencias, e ir delineando la agenda local y regional hacia la construcción de un nuevo pacto de Bienestar Integral Sostenible que requiere México.

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