/ viernes 8 de marzo de 2019

Barbosa contra Cárdenas, la imprevista elección de 2019

El intempestivo desenlace del cacicazgo morenovallista está por obsequiar a los poblanos una elección de gobernador excepcional, con actores que repetirán en escena, pero en condiciones muy diferentes, incluso radicalmente opuestas, a las de 2018.

Las características de esa contienda, que concluirá el domingo 2 de junio con la jornada electoral, serán definidas por la actuación de sus dos principales protagonistas: Luis Miguel Barbosa Huerta, una vez que sea confirmado en Morena, y Enrique Cárdenas Sánchez.

Barbosa fue en 2018 el candidato opositor, el marginado y rebelde que intentó abrirse paso frente al aparato morenovallista para conquistar el gobierno del estado.

De la mano de Andrés Manuel López Obrador, que lo acompañaba en los comicios como abanderado presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, desafió al sistema político construido por Rafael Moreno Valle en el estado a partir de 2010.

Barbosa padeció como nadie más al ex gobernador, primero en una contienda marcada por las irregularidades, que supusieron la comisión de un denunciado fraude, y después en un largo proceso jurídico que perdió, por un voto de diferencia, en la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Cárdenas, por su parte, fue en ese mismo proceso el aspirante “ciudadano” que vio frustradas sus intenciones de competir por la gubernatura, debido, principalmente, a la inexperiencia y falta de oficio político.

El académico de la Ibero, ex rector de la UDLAP y ex director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, desde donde propinó fuertes y argumentadas críticas a los políticos de este país, no solo al fallecido Moreno Valle, fracasó en su incursión como precandidato en Morena y luego como aspirante independiente.

En el partido de López Obrador se topó con Barbosa, que le ganó la postulación, y en el Congreso con los diputados de Moreno Valle, que endurecieron a conveniencia las reglas para la aprobación de candidaturas independientes.

De una u otra forma, los dos personajes, Miguel Barbosa y Enrique Cárdenas, fueron víctimas en 2018 de los anhelos de perpetuidad del morenovallismo.

Hoy que están de vuelta, con Barbosa muy perfilado para repetir en las boletas electorales, las condiciones de competencia han dado un giro de 180 grados.

Ninguno de los dos llega esta vez en el rol de víctima.

Barbosa, en caso de consumarse lo que parece inminente, ingresará a la contienda como el gran favorito, cobijado por una marca partidista que sigue muy a la cabeza de las preferencias en el estado.

Además, y mucho muy importante, será el candidato del partido en el poder.

Tendrá de su lado la estructura de la administración federal, que en Puebla se encuentra bajo las órdenes del delegado Rodrigo Abdala, y a los operadores del gobierno interino, que despacha en el estado desde finales de enero.

Eso le quitará al abanderado de Morena las preocupaciones de 2018, cuando el Estado jugó en su contra, y le dará enormes ventajas en tareas como la de movilización, que será fundamental el día de los comicios.

Cárdenas es un académico bienintencionado, ajeno a los entretelones de la política profesional, quizá ingenuo, que, sin embargo, contenderá arropado por un numeroso grupo de personajes experimentados que tratarán de dar forma y fuerza a su campaña.

El ex rector, economista, goza de la estima en dos sectores por tradición opuestos a la izquierda, el de los intelectuales, aglutinado en torno a instituciones educativas privadas, y el de los empresarios, organizados en cámaras y asociaciones.

La candidatura común soportada en el PAN puede ayudarle a conseguir ese posicionamiento público que hoy no tiene.

Cárdenas será el abanderado opositor, no obstante, con partidos que hasta hace unos meses no lo eran y que sirvieron de instrumentos políticos del morenovallismo: PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.

Como verá, se avecina una contienda singular.

Morena arrancará campaña como amplio favorito, pero con un rival de respeto enfrente.

La incursión del ex rector de la UDLAP puede ser positiva para el partido de López Obrador, que, en caso de confirmar los pronósticos y alzarse con la victoria, legitimará su ascenso al gobierno del estado.

Para el PRI, en cambio, muy negativa.

En una pelea electoral de dos: Barbosa y Cárdenas, Alberto Jiménez Merino estará condenado a un lejanísimo tercer lugar.


***

Divisiones y rupturas internas podrían ser parte de las causas que tienen al gobierno de Claudia Rivera Vivanco, presidenta municipal de Puebla, en crisis.

La renuncia de Lirio Azahalia González Luna, a la secretaría de Turismo, evidencia una serie de conjuras, acoso y mala relación laboral que existe entre los integrantes del equipo de trabajo de la alcaldesa.

González Luna narró en un chat de WhatsApp que Rivera Vivanco tiene con sus colaboradores, este jueves, algunos de los motivos que la llevaron a separarse de la administración, y que nada tienen que ver con su desempeño como responsable del área de turismo.

Aquí el texto:

“Estimados y estimadas:

(…)

Ayer platiqué con nuestra Alcaldesa para agradecer el cargo de asesora directa a la Presidencia que me ofreció en materia de turismo. Las razones que me impidieron aceptar este nuevo encargo ofrecido por nuestra Alcaldesa se señalan en este medio y relatan los acontecimientos pertinentemente, ello porque ayer (miércoles) ‘alguien’ filtró a la prensa lo que deseaba que la opinión pública conociera y que nuevamente se brinca el canal de Comunicación Institucional del Municipio. Situación que lleva el objetivo de desvirtuar los hechos, como lo he vivido en estos meses, desea colocar a su servidora en el escarnio público, acto que no abona ni a nuestro proyecto que acompaña a nuestra Alcaldesa, ni tampoco a nuestro proyecto nacional.

Ya que se requería conocer el procedimiento legal y administrativo para que la transición dentro de la Secretaría fuese adecuada y no abonara al escarnio público del cual estamos siendo objeto, fui prudente para expresarme por los canales adecuados con información administrativa y jurídica certera.

Hoy que la tengo, les comento que el procedimiento jurídico y administrativo lo conocí ayer en una reunión que tuve con personal de la Contraloría Municipal a efecto de poner a disposición la Secretaría a mi cargo, por ello, solicito de la manera más atenta el acompañamiento de Gonzalo, Síndico Municipal y de Mario, Contralor Municipal, a efecto de no confundir ni entorpecer el procedimiento jurídico plenamente descrito en los reglamentos internos del municipio. Lo subrayo como importante porque en la prensa con ignorancia se dicta el procedimiento que debo seguir.

(…)

Si nos encontramos físicamente en el Municipio es porque insisto, no ha terminado mi responsabilidad jurídica con la Secretaría de Turismo, así que no se sorprendan, pueden saludarme sin problema. Cuando me vean es porque sigo haciendo mi trabajo y porque los asuntos en trámite requieren mi atención, aunque públicamente ya no mi representación.

Estoy enormemente agradecida con la vida por haberlos conocido, a nuestra Presidenta por llamarme a su equipo para instrumentar una política pública para el turismo del municipio, claramente incluyente, que fuera social, solidario y sustentable.

(…)

Les reitero mi agradecimiento por sus finas consideraciones. Tienen todos mi más alta estima, agradezco las llamadas de ayer, sus mensajes y los abrazos que también estoy recibiendo, incluso los pesares por mi salida.

(…)

Reitero mi aprecio y contundentemente les expreso se sumen al exhorto y acompañamiento que hago para la Sindicatura y de la Contraloría a fin de no abonar al clima de golpeteo y desestabilización.

Un abrazo

Lirio Azahalia González Luna.”

Así las grillas en el municipio.

Ese “alguien” de las primeras líneas es Javier Palou García, jefe de oficina de la presidenta.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

El intempestivo desenlace del cacicazgo morenovallista está por obsequiar a los poblanos una elección de gobernador excepcional, con actores que repetirán en escena, pero en condiciones muy diferentes, incluso radicalmente opuestas, a las de 2018.

Las características de esa contienda, que concluirá el domingo 2 de junio con la jornada electoral, serán definidas por la actuación de sus dos principales protagonistas: Luis Miguel Barbosa Huerta, una vez que sea confirmado en Morena, y Enrique Cárdenas Sánchez.

Barbosa fue en 2018 el candidato opositor, el marginado y rebelde que intentó abrirse paso frente al aparato morenovallista para conquistar el gobierno del estado.

De la mano de Andrés Manuel López Obrador, que lo acompañaba en los comicios como abanderado presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, desafió al sistema político construido por Rafael Moreno Valle en el estado a partir de 2010.

Barbosa padeció como nadie más al ex gobernador, primero en una contienda marcada por las irregularidades, que supusieron la comisión de un denunciado fraude, y después en un largo proceso jurídico que perdió, por un voto de diferencia, en la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Cárdenas, por su parte, fue en ese mismo proceso el aspirante “ciudadano” que vio frustradas sus intenciones de competir por la gubernatura, debido, principalmente, a la inexperiencia y falta de oficio político.

El académico de la Ibero, ex rector de la UDLAP y ex director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, desde donde propinó fuertes y argumentadas críticas a los políticos de este país, no solo al fallecido Moreno Valle, fracasó en su incursión como precandidato en Morena y luego como aspirante independiente.

En el partido de López Obrador se topó con Barbosa, que le ganó la postulación, y en el Congreso con los diputados de Moreno Valle, que endurecieron a conveniencia las reglas para la aprobación de candidaturas independientes.

De una u otra forma, los dos personajes, Miguel Barbosa y Enrique Cárdenas, fueron víctimas en 2018 de los anhelos de perpetuidad del morenovallismo.

Hoy que están de vuelta, con Barbosa muy perfilado para repetir en las boletas electorales, las condiciones de competencia han dado un giro de 180 grados.

Ninguno de los dos llega esta vez en el rol de víctima.

Barbosa, en caso de consumarse lo que parece inminente, ingresará a la contienda como el gran favorito, cobijado por una marca partidista que sigue muy a la cabeza de las preferencias en el estado.

Además, y mucho muy importante, será el candidato del partido en el poder.

Tendrá de su lado la estructura de la administración federal, que en Puebla se encuentra bajo las órdenes del delegado Rodrigo Abdala, y a los operadores del gobierno interino, que despacha en el estado desde finales de enero.

Eso le quitará al abanderado de Morena las preocupaciones de 2018, cuando el Estado jugó en su contra, y le dará enormes ventajas en tareas como la de movilización, que será fundamental el día de los comicios.

Cárdenas es un académico bienintencionado, ajeno a los entretelones de la política profesional, quizá ingenuo, que, sin embargo, contenderá arropado por un numeroso grupo de personajes experimentados que tratarán de dar forma y fuerza a su campaña.

El ex rector, economista, goza de la estima en dos sectores por tradición opuestos a la izquierda, el de los intelectuales, aglutinado en torno a instituciones educativas privadas, y el de los empresarios, organizados en cámaras y asociaciones.

La candidatura común soportada en el PAN puede ayudarle a conseguir ese posicionamiento público que hoy no tiene.

Cárdenas será el abanderado opositor, no obstante, con partidos que hasta hace unos meses no lo eran y que sirvieron de instrumentos políticos del morenovallismo: PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.

Como verá, se avecina una contienda singular.

Morena arrancará campaña como amplio favorito, pero con un rival de respeto enfrente.

La incursión del ex rector de la UDLAP puede ser positiva para el partido de López Obrador, que, en caso de confirmar los pronósticos y alzarse con la victoria, legitimará su ascenso al gobierno del estado.

Para el PRI, en cambio, muy negativa.

En una pelea electoral de dos: Barbosa y Cárdenas, Alberto Jiménez Merino estará condenado a un lejanísimo tercer lugar.


***

Divisiones y rupturas internas podrían ser parte de las causas que tienen al gobierno de Claudia Rivera Vivanco, presidenta municipal de Puebla, en crisis.

La renuncia de Lirio Azahalia González Luna, a la secretaría de Turismo, evidencia una serie de conjuras, acoso y mala relación laboral que existe entre los integrantes del equipo de trabajo de la alcaldesa.

González Luna narró en un chat de WhatsApp que Rivera Vivanco tiene con sus colaboradores, este jueves, algunos de los motivos que la llevaron a separarse de la administración, y que nada tienen que ver con su desempeño como responsable del área de turismo.

Aquí el texto:

“Estimados y estimadas:

(…)

Ayer platiqué con nuestra Alcaldesa para agradecer el cargo de asesora directa a la Presidencia que me ofreció en materia de turismo. Las razones que me impidieron aceptar este nuevo encargo ofrecido por nuestra Alcaldesa se señalan en este medio y relatan los acontecimientos pertinentemente, ello porque ayer (miércoles) ‘alguien’ filtró a la prensa lo que deseaba que la opinión pública conociera y que nuevamente se brinca el canal de Comunicación Institucional del Municipio. Situación que lleva el objetivo de desvirtuar los hechos, como lo he vivido en estos meses, desea colocar a su servidora en el escarnio público, acto que no abona ni a nuestro proyecto que acompaña a nuestra Alcaldesa, ni tampoco a nuestro proyecto nacional.

Ya que se requería conocer el procedimiento legal y administrativo para que la transición dentro de la Secretaría fuese adecuada y no abonara al escarnio público del cual estamos siendo objeto, fui prudente para expresarme por los canales adecuados con información administrativa y jurídica certera.

Hoy que la tengo, les comento que el procedimiento jurídico y administrativo lo conocí ayer en una reunión que tuve con personal de la Contraloría Municipal a efecto de poner a disposición la Secretaría a mi cargo, por ello, solicito de la manera más atenta el acompañamiento de Gonzalo, Síndico Municipal y de Mario, Contralor Municipal, a efecto de no confundir ni entorpecer el procedimiento jurídico plenamente descrito en los reglamentos internos del municipio. Lo subrayo como importante porque en la prensa con ignorancia se dicta el procedimiento que debo seguir.

(…)

Si nos encontramos físicamente en el Municipio es porque insisto, no ha terminado mi responsabilidad jurídica con la Secretaría de Turismo, así que no se sorprendan, pueden saludarme sin problema. Cuando me vean es porque sigo haciendo mi trabajo y porque los asuntos en trámite requieren mi atención, aunque públicamente ya no mi representación.

Estoy enormemente agradecida con la vida por haberlos conocido, a nuestra Presidenta por llamarme a su equipo para instrumentar una política pública para el turismo del municipio, claramente incluyente, que fuera social, solidario y sustentable.

(…)

Les reitero mi agradecimiento por sus finas consideraciones. Tienen todos mi más alta estima, agradezco las llamadas de ayer, sus mensajes y los abrazos que también estoy recibiendo, incluso los pesares por mi salida.

(…)

Reitero mi aprecio y contundentemente les expreso se sumen al exhorto y acompañamiento que hago para la Sindicatura y de la Contraloría a fin de no abonar al clima de golpeteo y desestabilización.

Un abrazo

Lirio Azahalia González Luna.”

Así las grillas en el municipio.

Ese “alguien” de las primeras líneas es Javier Palou García, jefe de oficina de la presidenta.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx