/ viernes 9 de marzo de 2018

Barbosa muestra el colmillo

Luis Miguel Barbosa Huerta sacó a relucir el colmillo retorcido en la visita que Andrés Manuel López Obrador hizo el miércoles a Puebla.

Hasta un par de semanas antes de la comida que el candidato presidencial de Morena sostuvo con varias decenas de empresarios poblanos en el Hotel Crowne Plaza, el senador con licencia y aspirante al gobierno del estado se encontraba excluido de todos los preparativos.

Hábil como es –por eso es candidato en lugar del ex rector de la UDLAP Enrique Cárdenas Sánchez—, Barbosa hizo las llamadas telefónicas que tenía que hacer, al círculo de colaboradores de López Obrador, donde Alfonso Romo lleva la voz de mando, para que le autorizaran convertirse en el anfitrión del encuentro que se realizaría en ese inmueble del bulevar Hermanos Serdán.

Así fue como consiguió el permiso para ser quien invitara de manera personal a los privilegiados hombres (y mujeres) de negocios que tendrían la oportunidad de compartir el pan y la sal con el tabasqueño y conversar con él.

El hecho, aunque parece menor, no lo es, porque refleja ese actuar con astucia que le permite a Barbosa sacar beneficio político de casi cualquier circunstancia.

“¿Para qué dejar que ‘otros’ se quedaran con el crédito de la reunión con López Obrador, casi, casi futuro presidente de México, si él podía hacerlo?”, se habrá preguntado el ex perredista antes de proceder a tomar parte de las riendas de la organización de este acontecimiento.

Tuvo razón.

Como abanderado a gobernador, el personaje local de mayor relevancia en Morena en el presente proceso electoral, Barbosa debía asumir los beneficios del encuentro, aunque en realidad no hubiese hecho gran cosa para llevarlo a cabo.

Después de caer en la cuenta que sería muy valioso para su causa asumirse como el principal representante de los intereses de López Obrador en Puebla, y de conseguir la autorización del empresario Alfonso Romo para ello, se puso a correr las invitaciones y a hacer las confirmaciones de manera personal.

Eso le llevó a tomarse como propios los resultados de la reunión.

Por eso fue que, frente al incumplimiento de las expectativas, optó por acusar un boicot gubernamental, del PRI y del PAN en presunta mancuerna, en contra del ‘Peje’.

Esa es otra historia.

Lo que hay que resaltar es ese colmillo retorcido de un candidato al gobierno del estado, del Movimiento Regeneración Nacional, que a veces proyecta candidez, pero que no la tiene por ningún lado.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Luis Miguel Barbosa Huerta sacó a relucir el colmillo retorcido en la visita que Andrés Manuel López Obrador hizo el miércoles a Puebla.

Hasta un par de semanas antes de la comida que el candidato presidencial de Morena sostuvo con varias decenas de empresarios poblanos en el Hotel Crowne Plaza, el senador con licencia y aspirante al gobierno del estado se encontraba excluido de todos los preparativos.

Hábil como es –por eso es candidato en lugar del ex rector de la UDLAP Enrique Cárdenas Sánchez—, Barbosa hizo las llamadas telefónicas que tenía que hacer, al círculo de colaboradores de López Obrador, donde Alfonso Romo lleva la voz de mando, para que le autorizaran convertirse en el anfitrión del encuentro que se realizaría en ese inmueble del bulevar Hermanos Serdán.

Así fue como consiguió el permiso para ser quien invitara de manera personal a los privilegiados hombres (y mujeres) de negocios que tendrían la oportunidad de compartir el pan y la sal con el tabasqueño y conversar con él.

El hecho, aunque parece menor, no lo es, porque refleja ese actuar con astucia que le permite a Barbosa sacar beneficio político de casi cualquier circunstancia.

“¿Para qué dejar que ‘otros’ se quedaran con el crédito de la reunión con López Obrador, casi, casi futuro presidente de México, si él podía hacerlo?”, se habrá preguntado el ex perredista antes de proceder a tomar parte de las riendas de la organización de este acontecimiento.

Tuvo razón.

Como abanderado a gobernador, el personaje local de mayor relevancia en Morena en el presente proceso electoral, Barbosa debía asumir los beneficios del encuentro, aunque en realidad no hubiese hecho gran cosa para llevarlo a cabo.

Después de caer en la cuenta que sería muy valioso para su causa asumirse como el principal representante de los intereses de López Obrador en Puebla, y de conseguir la autorización del empresario Alfonso Romo para ello, se puso a correr las invitaciones y a hacer las confirmaciones de manera personal.

Eso le llevó a tomarse como propios los resultados de la reunión.

Por eso fue que, frente al incumplimiento de las expectativas, optó por acusar un boicot gubernamental, del PRI y del PAN en presunta mancuerna, en contra del ‘Peje’.

Esa es otra historia.

Lo que hay que resaltar es ese colmillo retorcido de un candidato al gobierno del estado, del Movimiento Regeneración Nacional, que a veces proyecta candidez, pero que no la tiene por ningún lado.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx