/ miércoles 9 de mayo de 2018

Barbosa pierde los estribos… y sube a Doger

“Luis Miguel Barbosa no es Blanca Alcalá. Por tanto, los embates de sus dos principales rivales políticos no surtirán el mismo efecto demoledor que sufrió la candidata del PRI en la elección de gobernador de 2016”.

Este razonamiento ha sido recurrente en los últimos días, a partir de la andanada de señalamientos que los candidatos Martha Erika Alonso Hidalgo, a través de su vocero, y Enrique Doger Guerrero vertieron sobre su contrincante de Morena.

Optimistas, los seguidores del senador con licencia subrayan las habilidades retóricas del aspirante a gobernador para suponer que hallará la manera de salir bien librado de las acusaciones y seguir adelante en la campaña.

Es cierto, Barbosa no es Alcalá ni reaccionará como ella, silenciada por el miedo, pero ha cometido un error que, en caso de extenderse, lo llevará a un desgaste innecesario y la consecuente pérdida de puntos en la contienda por la gubernatura.

Olvidando su aparente sitio de privilegio en las preferencias electorales, que lo ubican en primero o segundo lugar, según la empresa encuestadora de que se trate, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia ha mirado hacia atrás para enfrascarse en una cruenta pelea con el abanderado del PRI, quien ocupa el tercer lugar en intención de voto.

En solo dos días, lunes y martes, Luis Miguel Barbosa eligió a Enrique Doger como el rival a vencer, obsequiándole una relevancia que los estudios de opinión no le dan pero que podría adquirir si el de Morena insiste en llevarlo a la polémica de manera permanente.

Doger no es el principal obstáculo de Barbosa en su intento por suceder al gobernador José Antonio Gali Fayad.

Martha Erika sí lo es.

Sin embargo, el ex perredista ha decidido entretenerse con el priista en un episodio electoral que podría resultarle caro en el futuro.

Orquestados o no, los señalamientos simultáneos del vocero de Martha Erika y de Doger en contra del senador, por presunta riqueza inexplicable, hicieron que el originario de Zinacatepec enfocara sus baterías en el ex rector de la BUAP.

Si eso derivó de una estrategia bien trazada en la residencia del ex gobernador Rafael Moreno Valle, como acusa Barbosa, salió a la perfección, porque hizo que el enemigo (político) número uno de la ex secretaria general del PAN se liara a golpes, por describirlo de una manera coloquial, con un tercero… el menos fuerte de los tres.

Mientras Barbosa y Doger se sumergen en la confrontación, Martha Erika sigue en lo suyo, en campaña de propuestas, mirándolos de reojo y feliz por el desgaste de su principal competidor.

Mejor para ella y sus promotores, imposible.

Vea usted.

Que el candidato del PRI acusara al de Morena de mentir en su declaración patrimonial condujo a éste a meterse en la vida privada del priista, lo que seguramente dará pie a una reacción colérica por parte del ex rector.

Se supone que serían los operadores morenovallistas quienes, llegado el momento, usarían información personal de Doger para emprender una campaña negra en su contra.

Así lo esperaban en el “cuarto de guerra” del aspirante tricolor.

Eso ya no sucederá, gracias a Barbosa, que se les adelantó en el camino y les hizo un gran favor.

El candidato de Morena debería estudiar al abanderado presidencial de la coalición Por México al Frente.

Ricardo Anaya Cortés ha expresado una y otra vez que se ocupará solo de Andrés Manuel López Obrador y que no perderá su tiempo con José Antonio Meade, por encontrarse en tercer lugar de las preferencias.

Eso ha dicho el queretano y eso ha hecho en su propósito de convertirse en la alternativa de los votantes que no quieren a López Obrador.

Anaya optó por no desgastarse con el tercer lugar, a diferencia de Barbosa en Puebla, que cayó en la provocación.

Doger Guerrero también debe estar sonriente.

El ex presidente municipal de Puebla usó la principal de sus virtudes para colarse pronto en la contienda.

Pese a la enorme desventaja que representa la marca PRI, por todo lo que usted ya sabe, el aspirante a gobernador de ese partido generó condiciones mediáticas que le han permitido ponerse cara a cara con los punteros.

El peor escenario para Enrique Doger era que nadie le viera posibilidades reales de competir por la gubernatura, que nadie le tomara en serio.

Hoy no es así, y gracias a Barbosa, que, enganchado en la discusión de su residencia en Coyoacán, lo subió a la palestra.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

“Luis Miguel Barbosa no es Blanca Alcalá. Por tanto, los embates de sus dos principales rivales políticos no surtirán el mismo efecto demoledor que sufrió la candidata del PRI en la elección de gobernador de 2016”.

Este razonamiento ha sido recurrente en los últimos días, a partir de la andanada de señalamientos que los candidatos Martha Erika Alonso Hidalgo, a través de su vocero, y Enrique Doger Guerrero vertieron sobre su contrincante de Morena.

Optimistas, los seguidores del senador con licencia subrayan las habilidades retóricas del aspirante a gobernador para suponer que hallará la manera de salir bien librado de las acusaciones y seguir adelante en la campaña.

Es cierto, Barbosa no es Alcalá ni reaccionará como ella, silenciada por el miedo, pero ha cometido un error que, en caso de extenderse, lo llevará a un desgaste innecesario y la consecuente pérdida de puntos en la contienda por la gubernatura.

Olvidando su aparente sitio de privilegio en las preferencias electorales, que lo ubican en primero o segundo lugar, según la empresa encuestadora de que se trate, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia ha mirado hacia atrás para enfrascarse en una cruenta pelea con el abanderado del PRI, quien ocupa el tercer lugar en intención de voto.

En solo dos días, lunes y martes, Luis Miguel Barbosa eligió a Enrique Doger como el rival a vencer, obsequiándole una relevancia que los estudios de opinión no le dan pero que podría adquirir si el de Morena insiste en llevarlo a la polémica de manera permanente.

Doger no es el principal obstáculo de Barbosa en su intento por suceder al gobernador José Antonio Gali Fayad.

Martha Erika sí lo es.

Sin embargo, el ex perredista ha decidido entretenerse con el priista en un episodio electoral que podría resultarle caro en el futuro.

Orquestados o no, los señalamientos simultáneos del vocero de Martha Erika y de Doger en contra del senador, por presunta riqueza inexplicable, hicieron que el originario de Zinacatepec enfocara sus baterías en el ex rector de la BUAP.

Si eso derivó de una estrategia bien trazada en la residencia del ex gobernador Rafael Moreno Valle, como acusa Barbosa, salió a la perfección, porque hizo que el enemigo (político) número uno de la ex secretaria general del PAN se liara a golpes, por describirlo de una manera coloquial, con un tercero… el menos fuerte de los tres.

Mientras Barbosa y Doger se sumergen en la confrontación, Martha Erika sigue en lo suyo, en campaña de propuestas, mirándolos de reojo y feliz por el desgaste de su principal competidor.

Mejor para ella y sus promotores, imposible.

Vea usted.

Que el candidato del PRI acusara al de Morena de mentir en su declaración patrimonial condujo a éste a meterse en la vida privada del priista, lo que seguramente dará pie a una reacción colérica por parte del ex rector.

Se supone que serían los operadores morenovallistas quienes, llegado el momento, usarían información personal de Doger para emprender una campaña negra en su contra.

Así lo esperaban en el “cuarto de guerra” del aspirante tricolor.

Eso ya no sucederá, gracias a Barbosa, que se les adelantó en el camino y les hizo un gran favor.

El candidato de Morena debería estudiar al abanderado presidencial de la coalición Por México al Frente.

Ricardo Anaya Cortés ha expresado una y otra vez que se ocupará solo de Andrés Manuel López Obrador y que no perderá su tiempo con José Antonio Meade, por encontrarse en tercer lugar de las preferencias.

Eso ha dicho el queretano y eso ha hecho en su propósito de convertirse en la alternativa de los votantes que no quieren a López Obrador.

Anaya optó por no desgastarse con el tercer lugar, a diferencia de Barbosa en Puebla, que cayó en la provocación.

Doger Guerrero también debe estar sonriente.

El ex presidente municipal de Puebla usó la principal de sus virtudes para colarse pronto en la contienda.

Pese a la enorme desventaja que representa la marca PRI, por todo lo que usted ya sabe, el aspirante a gobernador de ese partido generó condiciones mediáticas que le han permitido ponerse cara a cara con los punteros.

El peor escenario para Enrique Doger era que nadie le viera posibilidades reales de competir por la gubernatura, que nadie le tomara en serio.

Hoy no es así, y gracias a Barbosa, que, enganchado en la discusión de su residencia en Coyoacán, lo subió a la palestra.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx