/ miércoles 18 de septiembre de 2019

Barbosa-Rivera, amigos y camaradas en las fiestas patrias

La aparente reconciliación que el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco exhibieron en la noche del Grito de Independencia manda un par de mensajes al interior del ayuntamiento de Puebla y en particular a los colaboradores de primer nivel de la edil.

Uno de esos dos mensajes puede ser bueno y el otro no tanto, al menos no para algunos de ellos.

Que Barbosa haya subido a sus redes sociales una fotografía con Rivera y un texto expresándole respaldo y camaradería solo puede significar que la presidenta municipal por fin aceptó escuchar las sugerencias del gobernador relacionadas con la conducción del ayuntamiento y, por tanto, también aquellas que tienen que ver con la eventual remoción de algunos de sus funcionarios.

De ser así, pronto comenzará a verse la mano del huésped de Casa Aguayo en la toma de decisiones que corresponden al gobierno municipal y empezarán a materializarse los cambios que se esperan en los puestos de primer nivel del ayuntamiento.

En poco menos de un mes el gobierno municipal de Rivera Vivanco, el primero de Morena en la capital, cumplirá un año, ¡ya un año!, lo que podría servir de contexto (y de pretexto) para emprender esos enroques que se antojan necesarios.

La llegada al primer tercio de la administración municipal será un buen momento para hacer un alto en el camino, evaluar los resultados y apretar tuercas, lo que significa deshacerse de quienes no han cubierto expectativas y ratificar a quienes sí lo han hecho.

Para entonces nadie dirá que las bajas en el gabinete municipal se habrán dado por indicaciones, más bien sugerencias, del gobernador.

Esa es la mala noticia para los colaboradores de Rivera Vivanco en este aparente estado de reconciliación.

Así tuiteó Barbosa dos horas después de dar el Grito:

“Con la Presidenta Municipal de Puebla @RiveraVivanco_, con quien además de compartir una deliciosa cena con platillos típicos de la región, recuperamos la sana relación entre ambos órdenes de gobierno en la entidad, tan olvidada y desgastada en los últimos años. #VivaMéxico”.

***

En la tarde del 15, el gobernador cambió los planes que tenía y que había comunicado a su equipo de eventos especiales para después de protagonizar la arenga independentista en el balcón de palacio municipal.

Barbosa había acordado con Claudia Rivera descender a la plancha del zócalo una vez que terminara la representación del Grito de Independencia para cenar los tradicionales platillos mexicanos que se venden esa noche, con la gente que asistiera a los conciertos musicales que se llevarían a cabo de manera previa y que se quedara a presenciar la ceremonia en punto de las 11 de la noche.

El gobernador y la presidenta municipal iban a entrarle a las chalupas y los pambazos en plena calle, en medio de la fiesta popular y sus miles de asistentes.

Al final no ocurrió así.

Los políticos emanados de Morena degustaron los antojitos, pero en la planta baja del palacio, donde fueron acompañados por sus familias y colaboradores, por decisión del mandatario estatal.

***

Uno de los hechos que ayudó a distender la relación de Miguel Barbosa con Claudia Rivera fue la salida de Nadia Mayorga Abarca del primer círculo de colaboradores de la presidenta municipal.

Así como la incorporación de Mayorga como secretaria privada de la edil puso de muy mal humor al mandatario, por haber desempeñado esa misma función con Martha Erika Alonso Hidalgo en el DIF estatal, en tiempos de ya sabe usted quién, su salida parece haber servido para relajar las tensiones.

Mayorga Abarca ya no despacha en el ayuntamiento, o por lo menos no junto a Claudia Rivera.

Ese fue un mensaje de buenas intenciones de la presidenta municipal hacia el gobernador, que, cuentan en el equipo de este, ayudó a la publicación de aquel tuit y a que la responsable del gobierno municipal apareciera en rol protagonista durante el desfile cívico-militar del lunes 16, junto al mandatario, su antiguo (¿?) rival.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

La aparente reconciliación que el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco exhibieron en la noche del Grito de Independencia manda un par de mensajes al interior del ayuntamiento de Puebla y en particular a los colaboradores de primer nivel de la edil.

Uno de esos dos mensajes puede ser bueno y el otro no tanto, al menos no para algunos de ellos.

Que Barbosa haya subido a sus redes sociales una fotografía con Rivera y un texto expresándole respaldo y camaradería solo puede significar que la presidenta municipal por fin aceptó escuchar las sugerencias del gobernador relacionadas con la conducción del ayuntamiento y, por tanto, también aquellas que tienen que ver con la eventual remoción de algunos de sus funcionarios.

De ser así, pronto comenzará a verse la mano del huésped de Casa Aguayo en la toma de decisiones que corresponden al gobierno municipal y empezarán a materializarse los cambios que se esperan en los puestos de primer nivel del ayuntamiento.

En poco menos de un mes el gobierno municipal de Rivera Vivanco, el primero de Morena en la capital, cumplirá un año, ¡ya un año!, lo que podría servir de contexto (y de pretexto) para emprender esos enroques que se antojan necesarios.

La llegada al primer tercio de la administración municipal será un buen momento para hacer un alto en el camino, evaluar los resultados y apretar tuercas, lo que significa deshacerse de quienes no han cubierto expectativas y ratificar a quienes sí lo han hecho.

Para entonces nadie dirá que las bajas en el gabinete municipal se habrán dado por indicaciones, más bien sugerencias, del gobernador.

Esa es la mala noticia para los colaboradores de Rivera Vivanco en este aparente estado de reconciliación.

Así tuiteó Barbosa dos horas después de dar el Grito:

“Con la Presidenta Municipal de Puebla @RiveraVivanco_, con quien además de compartir una deliciosa cena con platillos típicos de la región, recuperamos la sana relación entre ambos órdenes de gobierno en la entidad, tan olvidada y desgastada en los últimos años. #VivaMéxico”.

***

En la tarde del 15, el gobernador cambió los planes que tenía y que había comunicado a su equipo de eventos especiales para después de protagonizar la arenga independentista en el balcón de palacio municipal.

Barbosa había acordado con Claudia Rivera descender a la plancha del zócalo una vez que terminara la representación del Grito de Independencia para cenar los tradicionales platillos mexicanos que se venden esa noche, con la gente que asistiera a los conciertos musicales que se llevarían a cabo de manera previa y que se quedara a presenciar la ceremonia en punto de las 11 de la noche.

El gobernador y la presidenta municipal iban a entrarle a las chalupas y los pambazos en plena calle, en medio de la fiesta popular y sus miles de asistentes.

Al final no ocurrió así.

Los políticos emanados de Morena degustaron los antojitos, pero en la planta baja del palacio, donde fueron acompañados por sus familias y colaboradores, por decisión del mandatario estatal.

***

Uno de los hechos que ayudó a distender la relación de Miguel Barbosa con Claudia Rivera fue la salida de Nadia Mayorga Abarca del primer círculo de colaboradores de la presidenta municipal.

Así como la incorporación de Mayorga como secretaria privada de la edil puso de muy mal humor al mandatario, por haber desempeñado esa misma función con Martha Erika Alonso Hidalgo en el DIF estatal, en tiempos de ya sabe usted quién, su salida parece haber servido para relajar las tensiones.

Mayorga Abarca ya no despacha en el ayuntamiento, o por lo menos no junto a Claudia Rivera.

Ese fue un mensaje de buenas intenciones de la presidenta municipal hacia el gobernador, que, cuentan en el equipo de este, ayudó a la publicación de aquel tuit y a que la responsable del gobierno municipal apareciera en rol protagonista durante el desfile cívico-militar del lunes 16, junto al mandatario, su antiguo (¿?) rival.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx