Si vio con extrañeza que el gobernador Miguel Barbosa recibiera inmediatamente después del proceso electoral al senador Alejandro Armenta Mier y luego al presidente municipal electo de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, para empezar lo que parece ser un nuevo ejercicio de comunicación política, agárrese, porque este viernes será anfitrión de la dirigente estatal del PAN, Genoveva Huerta Villegas.
Una vez concluidos los comicios, Barbosa dio la nota al sostener un encuentro privado con Armenta, quien ha estado enfrentado con el gobernador en distintos episodios de la vida política del estado y es un abierto aspirante a la sucesión de 2024, como militante de Morena.
Después de eso, el mandatario sorprendió con la visita de Rivera Pérez a Casa Aguayo.
Con el futuro edil ofreció trabajar de la mano en beneficio de los habitantes del municipio de Puebla.
Una semana después de realizar y difundir las dos reuniones, Barbosa pasó a entrevistarse con los diputados locales electos.
De a uno, ha comenzado a reunirse con los legisladores emanados de la coalición Juntos Hacemos Historia y lo ha hecho público a través de sus redes sociales.
Este jueves durante la conferencia de prensa mañanera explicó que las pláticas personales con autoridades electas obedecen a una nueva etapa en el estado, encaminada a hacer “buena política” de cara a los próximos tres años.
Luego anunció que va a conversar también con diputados federales y el resto de los alcaldes que ganaron las elecciones del pasado 6 de junio, de preferencia con quienes no tienen impugnaciones pendientes en contra.
Lo que no dijo fue que ese nuevo estilo de hacer política incluirá charlas privadas con los dirigentes de los partidos, y mucho menos que pensaba comenzar con la presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN, quien ha sido, dentro del blanquiazul, el personaje más crítico de la administración estatal, por lo menos en el primer año de gobierno.
Antes de que el proceso electoral arrancara en forma y de que tocara el turno de abanderar la lucha y la estridencia política a los candidatos a los diferentes puestos de elección popular, Genoveva Huerta fue quien encabezó la discusión pública desde la trinchera del PAN y en general de toda la oposición.
Tantos fueron los señalamientos en contra del gobierno de Barbosa que en más de una ocasión el mandatario se vio obligado a responderle de manera directa a la dirigente blanquiazul, sin rodeos.
Parece que esa guerra de palabras quedó solo en eso y que ha sido olvidada por el Ejecutivo para dar paso a un interesante periodo de pacificación.
Huerta Villegas acudirá a primera hora de este viernes a Casa Aguayo, invitada por el gobernador, para hablar, seguramente, de “buena política”.
No espere usted que el gobernador y la líder del PAN terminen como camaradas y amigos, porque pertenecen a dos partidos antagónicos, pero este acercamiento podría representar el inicio de una tregua necesaria para los poblanos, antes de que vuelva a surgir el enfrentamiento en el contexto de las elecciones locales del 2024.
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