/ sábado 27 de julio de 2019

¿Beneficia que los usuarios califiquen todos los servicios?

Indudablemente el tener opiniones variadas puede ayudar tomar mejores decisiones en cuanto a la contratación y mejoramiento de los servicios, sin embargo, hay que tener cuidado con el volumen que llega a alcanzar esto, ya que en un mar de comentarios se pierde el sentido de estos.

La otra vez me encontraba en una farmacia, con un dolor de cabeza después de una ardua jornada, ya había pedido mis medicamentos, pero no me podían cobrar hasta que contestara una encuesta, lo cual retrasaba mi llegada a mi domicilio. De igual manera, he acudido a una serie de lugares, para después ver en mi teléfono un cuestionario acerca de lo que nos pareció el servicio. De igual manera pasa con toda una serie de productos y servicios.

Ahora bien, hay quienes pueden experimentar un sentimiento de importancia al ser tomados en cuenta por las diversas empresas, pero me surge la duda si esto realmente mejora las cosas o se queda como un comentario más dentro de un océano lleno de estos.

Actualmente hay una facilidad enorme para poder proferir lo que sea en las redes, cualquier persona se siente experta en múltiples temas y emite una expresión, sin embargo, recordemos la falsedad que existe en los contenidos informáticos y el bajo nivel intelectual que hay en buena parte de los usuarios.

Bien decía Umberto Eco que las redes sociales le dan voz a una legión de idiotas, situación que puede sonar ofensiva, pero que encierra algo de verdad. Por ejemplo, veamos cualquier noticia o publicidad, al menos en el caso mexicano, en ellas encontramos opiniones diversas, llenas de groserías y faltas de ortografía. Es entonces que la desconfianza aparece en un collage que evidencia todo, menos un juicio crítico y bien fundado.

Me llama la atención el caso de quienes tratan de compensar la baja autoestima mediante la emisión de opiniones, es decir, se sienten tan poquito que les encanta que les pidan una calificación para tal o cual producto o servicio, como forma de sentirse importantes o influyentes. Esto también podría aplicar para quien desea tener miles de seguidores o quien desea la aprobación colectiva en las redes sociales, como es el caso de algunas damas que muestran fotos atractivas, sin tener ninguna intención de vincularse afectiva o sexualmente con sus seguidores, pero con la necesidad de tener esa especie de “perreo cibernético”, en palabras del escritor Enrique Serna.

También me pregunto ¿Quién califica a los que califican? Por ejemplo, tenemos una ciudadanía que, en buena parte, hace juicios de todo y exige mucho de los gobiernos, pero sería interesante reflexionar acerca de lo que hacen esos individuos para mejorar la situación del país.

Al final, tenemos una situación negativa, además diversos productos y servicios que distan mucho de ser los óptimos, es entonces que nos cuestionamos para qué sirven tantas encuestas, quizá para contribuir a la enorme simulación que hay en México respecto a múltiples temas, lo cual hace que sigamos viviendo en una situación criticable, pero eso sí, con mucha publicidad de que se están haciendo esfuerzos, cuando en la realidad no se está haciendo algo efectivo, al estilo del más puro gatopardismo.

En fin, cada quien es libre de contestar la encuesta que sea y de emitir el comentario que más le parezca, no obstante, hay que ver que estas prácticas pueden obedecer más a un factor psicológico orientado a la mercadotecnia, que a un intento serio de mejorar la calidad de algo que se está ofertando. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

Indudablemente el tener opiniones variadas puede ayudar tomar mejores decisiones en cuanto a la contratación y mejoramiento de los servicios, sin embargo, hay que tener cuidado con el volumen que llega a alcanzar esto, ya que en un mar de comentarios se pierde el sentido de estos.

La otra vez me encontraba en una farmacia, con un dolor de cabeza después de una ardua jornada, ya había pedido mis medicamentos, pero no me podían cobrar hasta que contestara una encuesta, lo cual retrasaba mi llegada a mi domicilio. De igual manera, he acudido a una serie de lugares, para después ver en mi teléfono un cuestionario acerca de lo que nos pareció el servicio. De igual manera pasa con toda una serie de productos y servicios.

Ahora bien, hay quienes pueden experimentar un sentimiento de importancia al ser tomados en cuenta por las diversas empresas, pero me surge la duda si esto realmente mejora las cosas o se queda como un comentario más dentro de un océano lleno de estos.

Actualmente hay una facilidad enorme para poder proferir lo que sea en las redes, cualquier persona se siente experta en múltiples temas y emite una expresión, sin embargo, recordemos la falsedad que existe en los contenidos informáticos y el bajo nivel intelectual que hay en buena parte de los usuarios.

Bien decía Umberto Eco que las redes sociales le dan voz a una legión de idiotas, situación que puede sonar ofensiva, pero que encierra algo de verdad. Por ejemplo, veamos cualquier noticia o publicidad, al menos en el caso mexicano, en ellas encontramos opiniones diversas, llenas de groserías y faltas de ortografía. Es entonces que la desconfianza aparece en un collage que evidencia todo, menos un juicio crítico y bien fundado.

Me llama la atención el caso de quienes tratan de compensar la baja autoestima mediante la emisión de opiniones, es decir, se sienten tan poquito que les encanta que les pidan una calificación para tal o cual producto o servicio, como forma de sentirse importantes o influyentes. Esto también podría aplicar para quien desea tener miles de seguidores o quien desea la aprobación colectiva en las redes sociales, como es el caso de algunas damas que muestran fotos atractivas, sin tener ninguna intención de vincularse afectiva o sexualmente con sus seguidores, pero con la necesidad de tener esa especie de “perreo cibernético”, en palabras del escritor Enrique Serna.

También me pregunto ¿Quién califica a los que califican? Por ejemplo, tenemos una ciudadanía que, en buena parte, hace juicios de todo y exige mucho de los gobiernos, pero sería interesante reflexionar acerca de lo que hacen esos individuos para mejorar la situación del país.

Al final, tenemos una situación negativa, además diversos productos y servicios que distan mucho de ser los óptimos, es entonces que nos cuestionamos para qué sirven tantas encuestas, quizá para contribuir a la enorme simulación que hay en México respecto a múltiples temas, lo cual hace que sigamos viviendo en una situación criticable, pero eso sí, con mucha publicidad de que se están haciendo esfuerzos, cuando en la realidad no se está haciendo algo efectivo, al estilo del más puro gatopardismo.

En fin, cada quien es libre de contestar la encuesta que sea y de emitir el comentario que más le parezca, no obstante, hay que ver que estas prácticas pueden obedecer más a un factor psicológico orientado a la mercadotecnia, que a un intento serio de mejorar la calidad de algo que se está ofertando. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.