/ lunes 22 de febrero de 2021

Biestro-Cotoñeto, una rivalidad que no se mira de lejos

¿Qué problema podría haber entre el diputado Gabriel Biestro Medinilla y el operador político del gobernador, Eric Cotoñeto Carmona, como para tener que armar una escena en la que se mostraran de lo más contentos y amigables de cara a los representantes de los medios de comunicación?

Esa fue la pregunta que se hizo el grueso de los integrantes de la clase política después del encuentro actuado que estos dos personajes protagonizaron días atrás en un hotel del centro de la ciudad de Puebla, cuando, en esa imperante lógica superficial, no existía novedad alguna en el hecho de que ambos alfiles del mandatario se juntaran para chocarse los puños.

Pero, sí la hubo.

Que Biestro sea el gallo del gobernador Miguel Barbosa para hacerse de la candidatura a la presidencia municipal de Puebla y Cotoñeto el encargado de armar para su jefe el ejército y la estrategia de operación político electoral paralela a Morena no significa, como se podría pensar, que mantengan una buena relación.

De hecho, no han sido para nada camaradas, como se llaman en ese partido, sino todo lo contrario.

Por diferencias que nacieron de un tema tan elemental como la rivalidad por las atenciones, los afectos y el reconocimiento de Barbosa, estos dos políticos coexistieron enfrentados desde la elección de 2018 hasta hace unos días, cuando el gobernador obligó a Cotoñeto a sentarse con Biestro y expresarle su respaldo en público, frente a las cámaras y los micrófonos de los reporteros, en respuesta a la queja del aspirante a edil por los permanentes desplantes de aquel.

Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

El presidente del Congreso le expresó su molestia al inquilino de Casa Aguayo cuando tuvo la certeza de que Cotoñeto no solo no estaba sumado a su proyecto político, sino que alentaba las aspiraciones de personajes distintos a él, dentro y fuera de Morena, para impedir que se hiciera de la candidatura y llegara al palacio municipal.

¿Le suenan Eduardo Rivera Santamaría y José Luis Sánchez Solá?

El primero, homónimo de Eduardo Rivera Pérez, pretendía ser posicionado entre los eventuales electores a partir de una estrategia de confusión con el nombre del virtual candidato panista; mientras que el segundo, exentrenador del Puebla que alquiló sus oficios políticos en el pasado para el priismo de Mario Marín y el panismo de Rafael Moreno Valle, es impulsado en comunión con Alberto Evangelista Aniceto, representante del CEN de Morena, para emerger como una tercera vía.

La queja de Biestro hizo suficiente eco en los oídos del gobernador y ocurrió lo que usted ya sabe.

La realidad es que no fue difícil convencer a Barbosa de lo que sucedía.

Antes de la molestia externada por el diputado local, el mandatario ya había sido testigo de las diferencias que venían sucediéndose entre sus dos aliados, como expone bien una anécdota compartida a este reportero por uno de los colaboradores del nuevo régimen.

A finales del año pasado, Cotoñeto habría ido presuroso con Barbosa para sugerirle que cambiara de perfil para la presidencia municipal de Puebla, debido a que el potencial electoral de Gabriel Biestro no crecía y postularlo representaba un notable riesgo de derrota para el partido lopezobradorista en la capital.

Por supuesto, el operador barbosista habría llegado con encuestas en la mano para fundamentar su exhorto.

No logró nada.

O sí, un fuerte regaño.

Y la afirmación clara y contundente de que, mostraran lo que mostraran esas y todas las encuestas, Biestro sería el candidato del grupo y gozaría del respaldo incondicional de todos, aunque algunos (como él) no quisieran.

Hoy ya todos son amigos y trabajan para el mismo fin.

Se supone.

***

El pastor de los panistas, Francisco Fraile García, podría no tener el camino despejado para convertirse en candidato del PAN a la presidencia municipal de San Andrés Cholula.

Al secretario general del Comité Directivo Estatal de ese partido le ha salido un inteligente y tenaz competidor, y no, no se trata de Raymundo Cuautli Martínez, sino de la exdiputada federal Blanca Jiménez Castillo.

Si bien el partido blanquiazul ha informado que la candidatura de San Andrés deberá recaer en la persona de un hombre, las siempre cambiantes circunstancias políticas y el trabajo de cabildeo de la exlegisladora en ese municipio y en la capital del país podrían alterar lo que ya parecía una definición cantada.

***

En el equipo de precampaña de Eduardo Rivera Pérez no tienen plena certeza de las motivaciones que tuvo el exregidor Carlos Ibáñez Alcocer para ir a la Fiscalía General del Estado y presentar una denuncia contra el aspirante a edil.

Lo que sí saben con exactitud es que Paola Migoya Velázquez anduvo muy entusiasta compartiendo información sobre la denuncia en redes sociales y en grupos de whatsapp, hecho que lleva a revisar quiénes son los aliados de la exaspirante a la alcaldía de Puebla para tratar de dar con el brazo (ni tan) invisible que movió a Ibáñez.


Twitter: @jorgerdzc

¿Qué problema podría haber entre el diputado Gabriel Biestro Medinilla y el operador político del gobernador, Eric Cotoñeto Carmona, como para tener que armar una escena en la que se mostraran de lo más contentos y amigables de cara a los representantes de los medios de comunicación?

Esa fue la pregunta que se hizo el grueso de los integrantes de la clase política después del encuentro actuado que estos dos personajes protagonizaron días atrás en un hotel del centro de la ciudad de Puebla, cuando, en esa imperante lógica superficial, no existía novedad alguna en el hecho de que ambos alfiles del mandatario se juntaran para chocarse los puños.

Pero, sí la hubo.

Que Biestro sea el gallo del gobernador Miguel Barbosa para hacerse de la candidatura a la presidencia municipal de Puebla y Cotoñeto el encargado de armar para su jefe el ejército y la estrategia de operación político electoral paralela a Morena no significa, como se podría pensar, que mantengan una buena relación.

De hecho, no han sido para nada camaradas, como se llaman en ese partido, sino todo lo contrario.

Por diferencias que nacieron de un tema tan elemental como la rivalidad por las atenciones, los afectos y el reconocimiento de Barbosa, estos dos políticos coexistieron enfrentados desde la elección de 2018 hasta hace unos días, cuando el gobernador obligó a Cotoñeto a sentarse con Biestro y expresarle su respaldo en público, frente a las cámaras y los micrófonos de los reporteros, en respuesta a la queja del aspirante a edil por los permanentes desplantes de aquel.

Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

El presidente del Congreso le expresó su molestia al inquilino de Casa Aguayo cuando tuvo la certeza de que Cotoñeto no solo no estaba sumado a su proyecto político, sino que alentaba las aspiraciones de personajes distintos a él, dentro y fuera de Morena, para impedir que se hiciera de la candidatura y llegara al palacio municipal.

¿Le suenan Eduardo Rivera Santamaría y José Luis Sánchez Solá?

El primero, homónimo de Eduardo Rivera Pérez, pretendía ser posicionado entre los eventuales electores a partir de una estrategia de confusión con el nombre del virtual candidato panista; mientras que el segundo, exentrenador del Puebla que alquiló sus oficios políticos en el pasado para el priismo de Mario Marín y el panismo de Rafael Moreno Valle, es impulsado en comunión con Alberto Evangelista Aniceto, representante del CEN de Morena, para emerger como una tercera vía.

La queja de Biestro hizo suficiente eco en los oídos del gobernador y ocurrió lo que usted ya sabe.

La realidad es que no fue difícil convencer a Barbosa de lo que sucedía.

Antes de la molestia externada por el diputado local, el mandatario ya había sido testigo de las diferencias que venían sucediéndose entre sus dos aliados, como expone bien una anécdota compartida a este reportero por uno de los colaboradores del nuevo régimen.

A finales del año pasado, Cotoñeto habría ido presuroso con Barbosa para sugerirle que cambiara de perfil para la presidencia municipal de Puebla, debido a que el potencial electoral de Gabriel Biestro no crecía y postularlo representaba un notable riesgo de derrota para el partido lopezobradorista en la capital.

Por supuesto, el operador barbosista habría llegado con encuestas en la mano para fundamentar su exhorto.

No logró nada.

O sí, un fuerte regaño.

Y la afirmación clara y contundente de que, mostraran lo que mostraran esas y todas las encuestas, Biestro sería el candidato del grupo y gozaría del respaldo incondicional de todos, aunque algunos (como él) no quisieran.

Hoy ya todos son amigos y trabajan para el mismo fin.

Se supone.

***

El pastor de los panistas, Francisco Fraile García, podría no tener el camino despejado para convertirse en candidato del PAN a la presidencia municipal de San Andrés Cholula.

Al secretario general del Comité Directivo Estatal de ese partido le ha salido un inteligente y tenaz competidor, y no, no se trata de Raymundo Cuautli Martínez, sino de la exdiputada federal Blanca Jiménez Castillo.

Si bien el partido blanquiazul ha informado que la candidatura de San Andrés deberá recaer en la persona de un hombre, las siempre cambiantes circunstancias políticas y el trabajo de cabildeo de la exlegisladora en ese municipio y en la capital del país podrían alterar lo que ya parecía una definición cantada.

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En el equipo de precampaña de Eduardo Rivera Pérez no tienen plena certeza de las motivaciones que tuvo el exregidor Carlos Ibáñez Alcocer para ir a la Fiscalía General del Estado y presentar una denuncia contra el aspirante a edil.

Lo que sí saben con exactitud es que Paola Migoya Velázquez anduvo muy entusiasta compartiendo información sobre la denuncia en redes sociales y en grupos de whatsapp, hecho que lleva a revisar quiénes son los aliados de la exaspirante a la alcaldía de Puebla para tratar de dar con el brazo (ni tan) invisible que movió a Ibáñez.


Twitter: @jorgerdzc