Para algunos militantes Genoveva Huerta sigue siendo como un cuchillito de palo para el PAN y para la dirigencia que pretende encabezar Augusta Valentina Díaz de Rivera y Marcos Castro; sin embargo para otros la ex presidenta del albiazul es la heroína de la película que con su estrategia sigue en su defensa por la presidencia del partido.
La reciente impugnación que presentó Huerta Villegas ante el Tribunal Electoral del Estado de Puebla confirma que la elección de la dirigencia vive tiempos extra. Más allá de que si la ex lideresa pueda o no obtener en los tribunales tal posición, la acción jurídica no es una ocurrencia de la diputada federal, sino que es parte de su ruta jurídica y la lógica política en favor del plan y proyecto de su grupo, sus seguidores, sus amigos y de quienes simplemente no compartan la visión de quienes respaldan a Tití y su equipo.
Como en todos los partidos, los grupos buscan y luchan por el control del instituto y todo lo que representa tal posición y en Acción Nacional siempre han sido intensos en sus diferencias internas, pero en este contexto no hay que pasar por alto la visión de otros militantes y liderazgos como el diputado y coordinador de la bancada del PAN en el Congreso del Estado, Eduardo Alcántara Montiel, quien tiene claro que su partido se juega el 2024 en 2022 y por ello sostienen qué si no se logran acuerdos internos, habrá piedras en el zapato azul que le van a pesar a corto y mediano plazo.
Aunque la impugnación de Genoveva le da tiempo extra a ella, los planes de Augusta de comenzar la recomposición del partido y sanar heridas también se frenan y ello detiene las posibilidades de terminar con las diferencias internas que podrían afectar el entorno externo del partido rumbo al no muy lejano 2024, en donde se necesitarán partidos unidos y fuertes para encarar las elecciones por la presidencia del país, además por la gubernatura de Puebla, las alcaldías, el Congreso del Estado, así como la elección de diputados federales y senadores.
En fin, mientras tanto el PAN seguirá en el estira y afloja y los tragos amargos que le ponen mal sabor de boca a la recién electa dirigencia, que aunque cuenta con el apoyo y sufragios de su militancia, por ahora sigue en vilo su legalidad.
Plebiscitos, la tentación para partidos
Una verdadera tentación para los partidos políticos resultan ser las elecciones en las 659 juntas auxiliares del estado a realizarse en las próximas semanas, concretamente el 23 de enero.
Sin embargo, por el bien de la democracia y salud política en esas demarcaciones, pero en estricta observancia de la ley, los partidos deberán mantenerse al margen para no contaminar el ejercicio, ni incurrir en violaciones jurídicas que puedan provocar la anulación de los plebiscitos.
Los comicios en las juntas auxiliares generan amplia expectativa por la cercanía que tienen los candidatos con los electores, pues los postulados son sus vecinos y amigos y ese es el ingrediente que apasiona; por lo que será elemental que los ayuntamientos garanticen una organización pulcra, imparcial y en donde los partidos aplaquen sus tentaciones para no polarizar, ni dividir al respetable.
Sin duda que la intervención con apoyo profesional del Instituto Electoral del Estado (IEE) daría mejor organización y certeza en el ejercicio, además de que vigilaría que los partidos políticos no se involucren; lástima que el IEE se haya negado -con razón jurídica o sin ella, por falta de presupuesto o por ausencia de diálogo con algunos municipios como el de Puebla- a sumarse y colaborar en la organización del proceso.
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