/ lunes 10 de mayo de 2021

Boicot en la cuatroté

Una, dos o tres manifestaciones de inconformidad por día le habrían resultado normales y hasta comprensibles a la presidenta municipal de Puebla en campaña por la reelección, Claudia Rivera Vivanco, pero que esas protestas de ciudadanos presuntamente inconformes con su ayuntamiento aparezcan de manera regular en los recorridos que realiza en busca del voto le ha parecido más que extraño.

La candidata de Morena y el PT cree que esos habitantes de colonias populares, que la han increpado y le han reclamado por el desempeño de su gobierno en los primeros días de campaña, han sido sembrados, es decir, que han sido enviados justamente para hacerla quedar mal frente a los integrantes de la prensa que cubren sus actos proselitistas con el fin de restarle posibilidades de ganar.

La sospecha de la edil con licencia se basa, principalmente, en el empleo de cartulinas y pancartas en las que se han impreso leyendas muy similares entre sí, para acusarla por incumplimiento de las promesas efectuadas en la elección de 2018 (“Claudia no cumple”) y para pedirle que se retire de los sitios que visita (“fuera, fuera”), de una forma no muy amistosa.

Rivera Vivanco puede tener razón.

De que hay inconformes con su gobierno, y muchos, los hay , pero eso de organizarse o tomarse tiempo para dedicarle algunas consignas por escrito en todos los lugares a los que acude parece otra cosa.

Ahora que sabe usted que Rivera Vivanco y los miembros de su equipo de colaboradores piensan que la campaña reeleccionista es blanco de un intento de boicot, debe saber también que las sospechas apuntan hacia los heridos políticos que dejó la contienda por la candidatura a la presidencia municipal en Morena.

No fue casual que la candidata sembrara la duda sobre el gobernador Miguel Barbosa y el diputado local con licencia, Gabriel Biestro, y les pidiera que se sumen a los intereses políticos y de gobierno de la cuatroté.

“Yo desearía que no”, dijo Claudia Rivera este domingo en conferencia de prensa, ante la posibilidad de que el mandatario estatal y el expresidente del Congreso sean autores intelectuales de una operación para que pierda su partido en la capital.

Hacerlo sería como ayudar “para que regrese el PRIAN”, remató.

Ya sea correcta o equivocada la sospecha de que Barbosa y Biestro se ubican detrás de las protestas que ha padecido en sus primeros días de campaña, la aspirante debe retornar a sus inicios como presidenta municipal de Puebla para recordar un punto negativo de su comunicación personal y desterrarlo de una vez, antes de que le genere los mismos problemas que tuvo en el pasado.

El que se enoja pierde, y es cierto, sobre todo el que se enoja y es exhibido así, molesto, irritado frente a ciudadanos que a primera vista tienen todo el derecho de exigirle resultados a un gobierno al que le pagan con sus impuestos y que está para eso, para trabajar.

Los primeros meses de su administración Claudia Rivera se la pasó enojada con los reporteros que le hacían cuestionamientos incómodos y no se preocupó por ocultar su enfado frente a ellos.

Pensó que todos tenían intenciones malsanas y trató a todos por igual, a menos que le preguntaran cosas de las que sí quería hablar y en el tono que a ella le agradaba.

Rivera Vivanco se puso entonces a la defensiva y se mostró intolerante.

Un político no puede exhibirse así, incapaz de reaccionar de forma asertiva ante la crítica y los cuestionamientos, y menos cuando está de vuelta en campaña para pedir otra vez el apoyo de los electores.

Ese es el riesgo que enfrenta ahora.

La mujer poco o nada tolerante que etiqueta toda crítica por igual reforzará en menos de un mes la idea que ya se tiene acerca de la mayoría de los personajes emanados del movimiento de regeneración nacional, y pagará la factura.

Creer que toda queja en campaña derivará de sus enemigos y reaccionar molesta o retadora ante los cuestionamientos la llevará de vuelta a ese comienzo en la alcaldía y le confirmará a ese gran sector de la población que no quiere a Morena en el gobierno que, en efecto, ya es hora de ir a las urnas para echarlo del poder.

Así que más le valdría enfriar los ánimos y poner una sonrisa incluso en momentos de alta tensión, por su propio bien.

Por cierto, de ser real el boicot, la candidata tendría que estar preocupada por la fuga de información que hay en su equipo.

Alguien de adentro debe estarle pasando la agenda de actividades al enemigo.


DEBATES A DISTANCIA

Cuatro datos que debe usted conocer acerca del eventual debate de candidatos a la presidencia municipal de Puebla del que comenzó a hablarse en medios la semana pasada:

Primero. Es obligación del Instituto Electoral del Estado organizar y convocar a la realización de un debate entre aspirantes al gobierno del estado, nada más.

Segundo. El organismo electoral puede convocar y realizar un encuentro entre candidatos a cualquiera de las 217 presidencias municipales del estado siempre y cuando exista solicitud expresa y formal de parte de alguno de los aspirantes.

Tercero. El fin de semana llegó al consejo municipal electoral de la ciudad de Puebla la primera petición para llevar a cabo un debate entre candidatos a la alcaldía.

Y cuarto. Al seno del consejo general del IEE ya se elabora un proyecto para que los debates entre aspirantes sean en línea, con la respectiva sana distancia entre los candidatos y sus equipos de trabajo para ser coherentes con las medidas de prevención de contagios por coronavirus.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Una, dos o tres manifestaciones de inconformidad por día le habrían resultado normales y hasta comprensibles a la presidenta municipal de Puebla en campaña por la reelección, Claudia Rivera Vivanco, pero que esas protestas de ciudadanos presuntamente inconformes con su ayuntamiento aparezcan de manera regular en los recorridos que realiza en busca del voto le ha parecido más que extraño.

La candidata de Morena y el PT cree que esos habitantes de colonias populares, que la han increpado y le han reclamado por el desempeño de su gobierno en los primeros días de campaña, han sido sembrados, es decir, que han sido enviados justamente para hacerla quedar mal frente a los integrantes de la prensa que cubren sus actos proselitistas con el fin de restarle posibilidades de ganar.

La sospecha de la edil con licencia se basa, principalmente, en el empleo de cartulinas y pancartas en las que se han impreso leyendas muy similares entre sí, para acusarla por incumplimiento de las promesas efectuadas en la elección de 2018 (“Claudia no cumple”) y para pedirle que se retire de los sitios que visita (“fuera, fuera”), de una forma no muy amistosa.

Rivera Vivanco puede tener razón.

De que hay inconformes con su gobierno, y muchos, los hay , pero eso de organizarse o tomarse tiempo para dedicarle algunas consignas por escrito en todos los lugares a los que acude parece otra cosa.

Ahora que sabe usted que Rivera Vivanco y los miembros de su equipo de colaboradores piensan que la campaña reeleccionista es blanco de un intento de boicot, debe saber también que las sospechas apuntan hacia los heridos políticos que dejó la contienda por la candidatura a la presidencia municipal en Morena.

No fue casual que la candidata sembrara la duda sobre el gobernador Miguel Barbosa y el diputado local con licencia, Gabriel Biestro, y les pidiera que se sumen a los intereses políticos y de gobierno de la cuatroté.

“Yo desearía que no”, dijo Claudia Rivera este domingo en conferencia de prensa, ante la posibilidad de que el mandatario estatal y el expresidente del Congreso sean autores intelectuales de una operación para que pierda su partido en la capital.

Hacerlo sería como ayudar “para que regrese el PRIAN”, remató.

Ya sea correcta o equivocada la sospecha de que Barbosa y Biestro se ubican detrás de las protestas que ha padecido en sus primeros días de campaña, la aspirante debe retornar a sus inicios como presidenta municipal de Puebla para recordar un punto negativo de su comunicación personal y desterrarlo de una vez, antes de que le genere los mismos problemas que tuvo en el pasado.

El que se enoja pierde, y es cierto, sobre todo el que se enoja y es exhibido así, molesto, irritado frente a ciudadanos que a primera vista tienen todo el derecho de exigirle resultados a un gobierno al que le pagan con sus impuestos y que está para eso, para trabajar.

Los primeros meses de su administración Claudia Rivera se la pasó enojada con los reporteros que le hacían cuestionamientos incómodos y no se preocupó por ocultar su enfado frente a ellos.

Pensó que todos tenían intenciones malsanas y trató a todos por igual, a menos que le preguntaran cosas de las que sí quería hablar y en el tono que a ella le agradaba.

Rivera Vivanco se puso entonces a la defensiva y se mostró intolerante.

Un político no puede exhibirse así, incapaz de reaccionar de forma asertiva ante la crítica y los cuestionamientos, y menos cuando está de vuelta en campaña para pedir otra vez el apoyo de los electores.

Ese es el riesgo que enfrenta ahora.

La mujer poco o nada tolerante que etiqueta toda crítica por igual reforzará en menos de un mes la idea que ya se tiene acerca de la mayoría de los personajes emanados del movimiento de regeneración nacional, y pagará la factura.

Creer que toda queja en campaña derivará de sus enemigos y reaccionar molesta o retadora ante los cuestionamientos la llevará de vuelta a ese comienzo en la alcaldía y le confirmará a ese gran sector de la población que no quiere a Morena en el gobierno que, en efecto, ya es hora de ir a las urnas para echarlo del poder.

Así que más le valdría enfriar los ánimos y poner una sonrisa incluso en momentos de alta tensión, por su propio bien.

Por cierto, de ser real el boicot, la candidata tendría que estar preocupada por la fuga de información que hay en su equipo.

Alguien de adentro debe estarle pasando la agenda de actividades al enemigo.


DEBATES A DISTANCIA

Cuatro datos que debe usted conocer acerca del eventual debate de candidatos a la presidencia municipal de Puebla del que comenzó a hablarse en medios la semana pasada:

Primero. Es obligación del Instituto Electoral del Estado organizar y convocar a la realización de un debate entre aspirantes al gobierno del estado, nada más.

Segundo. El organismo electoral puede convocar y realizar un encuentro entre candidatos a cualquiera de las 217 presidencias municipales del estado siempre y cuando exista solicitud expresa y formal de parte de alguno de los aspirantes.

Tercero. El fin de semana llegó al consejo municipal electoral de la ciudad de Puebla la primera petición para llevar a cabo un debate entre candidatos a la alcaldía.

Y cuarto. Al seno del consejo general del IEE ya se elabora un proyecto para que los debates entre aspirantes sean en línea, con la respectiva sana distancia entre los candidatos y sus equipos de trabajo para ser coherentes con las medidas de prevención de contagios por coronavirus.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx