/ viernes 27 de agosto de 2021

Breve recuento de la educación en México

Casi la totalidad de estudiantes han estado en condiciones difíciles, debido a la pandemia del covid-19, ojalá el escenario pueda mejorar con el regreso a clases.

Por supuesto que el regreso a las aulas, preocupa a la mayoría de los mexicanos y docentes, a la fecha no hay una clara definición por parte de la autoridad educativa, para un regreso seguro; pues no todos los profesores, administrativos y personal de apoyo están vacunados, una gran cantidad de escuelas públicas fueron vandalizadas y otras carecen de medios o servicios sanitarios.

A unos días que oficialmente inicie del nuevo ciclo escolar (30 de agosto), considere oportuno, mediante un recuento histórico de la educación en México, abordar el Centenario del Decreto que crea a la Secretaría de Educación Pública, al tiempo de sintetizar su evolución y desarrollo nacional.

Es durante el mandato Constitucional del presidente Álvaro Obregón, que el 25 de julio de 1921, se realiza uno de los acontecimientos más importantes en la vida institucional de México, la emisión del Decreto de Creación de la Secretaría de Educación Pública; publicándose en octubre del mismo año. El Ejecutivo Federal designó como primer secretario al Licenciado José Vasconcelos.

Los historiadores señalan que, desde los tiempos de la época prehispánica, los aztecas impulsaron la educación, con dos tipos de instituciones; con el calmécac adiestraban a sus ejércitos y en el sistema cuicacalli formaban a los sacerdotes. Fue así que, con base en estos dos principios aztecas se dio origen a los primeros sistemas educativos en México y en toda Mesoamérica.

Por su parte, “la civilización maya también tenía un sistema educativo, aunque era más selectivo que el de sus contrapartes aztecas. Los mayas educaban solamente a las clases sociales más altas, a los jefes tribales y a los líderes de guerra”

En consecuencia, los menos pudientes o quienes no tenían relación con la realeza se educaban en casa por sus familias. Este sistema era selectivo y excluyente; es por ello que, en diversas regiones utilizaban jeroglíficos para transcribir ciertas palabras o incluso hechos u acontecimientos, que al final marcaron el rico legado que nos heredaron para poder descifrar su forma de vida.

En la época colonial, los españoles, iniciaron con educación religiosa a través de sacerdotes provenientes del viejo continente, quienes impartían catecismo y promovían el catolicismo. Los blancos tenían una educación más especializada, los criollos peninsulares a prepararse a España, mientras que los criollos nativos se educaban dentro de la misma región. Los menos favorecidos, tenían pocos privilegios, la mayoría no estudiaban, lo cual ocasiono un elevado analfabetismo.

Sin embargo, en lo que era la Nueva España, para popularizar la educación, se decidió involucrar a los jóvenes en la doctrina religiosa, lo cual llevo a formar escuelas especializadas en moral y enseñanza religiosa; creando un nivel de responsabilidad en la sociedad que promulgara la paz dentro de la nación, mediante este mismo modelo aprendían matemáticas y literatura. Posteriormente con otra metodología, se abordaron nuevas asignaturas.

De ahí damos un salto al siglo XIX, donde bajo el mandato de Agustín de Iturbide, (monarca del Primer Imperio Mexicano) considero establecer un sistema educativo en México; pero la falta de recursos impidió su realización, sin embargo, quedaron sentadas las bases y, fue Valentín Gómez Farías, quien realizo las reformas, para hacer pública la educación con su proyecto de 1824.

Durante estas tres etapas, los gobernantes no consideraban la importancia de masificar la educación; en el último periodo, hace casi 300 años es como se empezaron a cimentar las bases de la educación pública en nuestro país. La historia muestra que, los habitantes en nuestro país, nacían con una fatal desilusión y sin oportunidades; pues si eran alfabetizados, no serían pasivos a la explotación a que eran sujetos.

Ante este gran desafío y actualmente, por el covid-19, el confinamiento, la suspensión de clases presenciales y la falta de movilidad, hicieron más evidentes las brechas económicas, provocando una alta deserción escolar; la certeza es que el magisterio ha sido y será el eslabón para construir y seguir transformando un mejor futuro para México y sus habitantes.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com

Casi la totalidad de estudiantes han estado en condiciones difíciles, debido a la pandemia del covid-19, ojalá el escenario pueda mejorar con el regreso a clases.

Por supuesto que el regreso a las aulas, preocupa a la mayoría de los mexicanos y docentes, a la fecha no hay una clara definición por parte de la autoridad educativa, para un regreso seguro; pues no todos los profesores, administrativos y personal de apoyo están vacunados, una gran cantidad de escuelas públicas fueron vandalizadas y otras carecen de medios o servicios sanitarios.

A unos días que oficialmente inicie del nuevo ciclo escolar (30 de agosto), considere oportuno, mediante un recuento histórico de la educación en México, abordar el Centenario del Decreto que crea a la Secretaría de Educación Pública, al tiempo de sintetizar su evolución y desarrollo nacional.

Es durante el mandato Constitucional del presidente Álvaro Obregón, que el 25 de julio de 1921, se realiza uno de los acontecimientos más importantes en la vida institucional de México, la emisión del Decreto de Creación de la Secretaría de Educación Pública; publicándose en octubre del mismo año. El Ejecutivo Federal designó como primer secretario al Licenciado José Vasconcelos.

Los historiadores señalan que, desde los tiempos de la época prehispánica, los aztecas impulsaron la educación, con dos tipos de instituciones; con el calmécac adiestraban a sus ejércitos y en el sistema cuicacalli formaban a los sacerdotes. Fue así que, con base en estos dos principios aztecas se dio origen a los primeros sistemas educativos en México y en toda Mesoamérica.

Por su parte, “la civilización maya también tenía un sistema educativo, aunque era más selectivo que el de sus contrapartes aztecas. Los mayas educaban solamente a las clases sociales más altas, a los jefes tribales y a los líderes de guerra”

En consecuencia, los menos pudientes o quienes no tenían relación con la realeza se educaban en casa por sus familias. Este sistema era selectivo y excluyente; es por ello que, en diversas regiones utilizaban jeroglíficos para transcribir ciertas palabras o incluso hechos u acontecimientos, que al final marcaron el rico legado que nos heredaron para poder descifrar su forma de vida.

En la época colonial, los españoles, iniciaron con educación religiosa a través de sacerdotes provenientes del viejo continente, quienes impartían catecismo y promovían el catolicismo. Los blancos tenían una educación más especializada, los criollos peninsulares a prepararse a España, mientras que los criollos nativos se educaban dentro de la misma región. Los menos favorecidos, tenían pocos privilegios, la mayoría no estudiaban, lo cual ocasiono un elevado analfabetismo.

Sin embargo, en lo que era la Nueva España, para popularizar la educación, se decidió involucrar a los jóvenes en la doctrina religiosa, lo cual llevo a formar escuelas especializadas en moral y enseñanza religiosa; creando un nivel de responsabilidad en la sociedad que promulgara la paz dentro de la nación, mediante este mismo modelo aprendían matemáticas y literatura. Posteriormente con otra metodología, se abordaron nuevas asignaturas.

De ahí damos un salto al siglo XIX, donde bajo el mandato de Agustín de Iturbide, (monarca del Primer Imperio Mexicano) considero establecer un sistema educativo en México; pero la falta de recursos impidió su realización, sin embargo, quedaron sentadas las bases y, fue Valentín Gómez Farías, quien realizo las reformas, para hacer pública la educación con su proyecto de 1824.

Durante estas tres etapas, los gobernantes no consideraban la importancia de masificar la educación; en el último periodo, hace casi 300 años es como se empezaron a cimentar las bases de la educación pública en nuestro país. La historia muestra que, los habitantes en nuestro país, nacían con una fatal desilusión y sin oportunidades; pues si eran alfabetizados, no serían pasivos a la explotación a que eran sujetos.

Ante este gran desafío y actualmente, por el covid-19, el confinamiento, la suspensión de clases presenciales y la falta de movilidad, hicieron más evidentes las brechas económicas, provocando una alta deserción escolar; la certeza es que el magisterio ha sido y será el eslabón para construir y seguir transformando un mejor futuro para México y sus habitantes.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com