/ jueves 24 de mayo de 2018

Busca Morena pruebas de fidelidad

A casi un mes del inicio de las campañas locales, partidos políticos y coaliciones afinan las estrategias que mejoren sus niveles de posicionamiento, y eso implica medir el nivel de compromiso y de fidelidad de sus candidatos.

Tal es el caso de Morena, donde empiezan a valorar que el efecto Andrés Manuel López Obrador requiere ser fortalecido para mantener las expectativas de poder ganar en suelo poblano.

Conforme a un análisis interno, se tiene detectado que no todos los abanderados están realizando campaña constante al estar confiados en la figura del contendiente presidencial.

Otro elemento descubierto es que no todos están sumados a cuestionar el papel del morenovallismo y el gobierno en turno. Eso abarca no solamente a candidatos sino también a dirigentes locales y municipales.

Morena, por eso, requiere muestras de fidelidad y compromiso al proyecto.

Están en la mira candidatos que provienen del morenovallismo, como Héctor Alonso Granados y Guillermo Aréchiga Santamaría, quienes aspiran a una curul en la Cámara de Diputados.

Igual pasa con la aspirante a diputada federal del PT pero de la coalición Juntos Haremos Historia, Lizeth Sánchez.

Estos tres ejemplos son vistos con cierto escepticismo y recelo.

Quieren que muestren mayor compromiso y se lancen directamente a cuestionar al morenovallismo, al gobierno actual y, desde luego, a la abanderada a gobernadora de la coalición Por Puebla al Frente, Martha Erika Alonso.

Al interior de Morena saben que esos tres personajes fueron beneficiados desde el anterior sexenio y, por tanto, existen dudas de su compromiso total, porque no han visto expresiones claras y contundentes.

Igual pasa con el coordinador estatal del PT y candidato plurinominal a legislador local, Zeferino Martínez Rodríguez.

Está presente en ruedas de prensa conjuntas con los dirigentes locales de Morena y del Partido Encuentro Social (PES), pero no observan que esté de lleno, metido en defender de la avalancha de cuestionamientos -que ha venido últimamente del PAN- contra el abanderado a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa Huerta.

En otras palabras, no observan a estos cuatro “aliados” estar de lleno en la guerra electoral que se tiene esencialmente en el tema de la gubernatura.

A estos nombres se suman otros más, identificados en el interior del estado.

De ahí que, en los próximos días, se le pedirá, por no decir obligar, a realizar pronunciamientos enérgicos contra el morenovallismo y la aspirante a Casa Puebla, Martha Erika Alonso.

Las muestras de “cariño” deben darse en esta segunda parte de las campañas, sobre todo cuando arrecie la confrontación y la guerra sucia.

**

Al interior de la Canaco Puebla dejó mal sabor de boca el comportamiento final de la reunión sostenida a inicios de mayo con el candidato a gobernador de la coalición Juntos Haremos Historia, Luis Miguel Barbosa Huerta.

¿El motivo?

Fue su negativa de firmar los compromisos que planteó la iniciativa privada en temas como seguridad pública, eficacia de gobierno, inversión turística, simplificación administrativa, mejora regulatoria, entre otros.

Barbosa Huerta no firmó el libro de acuerdos al preferir que lo hiciera uno de los integrantes de su equipo.

Las expectativas de los afiliados de la Canaco, cuentan algunos de los presentes, no fueron las mejores al escuchar al representante de Morena.

Caso contrario fue con Claudia Rivera.

Los empresarios quedaron satisfechos tras escuchar el plan de trabajo de la candidata a la presidencia municipal de Puebla.


Comentarios:

anaconda138@hotmail.com

marcomironc@gmail.com

@Marcomironc

A casi un mes del inicio de las campañas locales, partidos políticos y coaliciones afinan las estrategias que mejoren sus niveles de posicionamiento, y eso implica medir el nivel de compromiso y de fidelidad de sus candidatos.

Tal es el caso de Morena, donde empiezan a valorar que el efecto Andrés Manuel López Obrador requiere ser fortalecido para mantener las expectativas de poder ganar en suelo poblano.

Conforme a un análisis interno, se tiene detectado que no todos los abanderados están realizando campaña constante al estar confiados en la figura del contendiente presidencial.

Otro elemento descubierto es que no todos están sumados a cuestionar el papel del morenovallismo y el gobierno en turno. Eso abarca no solamente a candidatos sino también a dirigentes locales y municipales.

Morena, por eso, requiere muestras de fidelidad y compromiso al proyecto.

Están en la mira candidatos que provienen del morenovallismo, como Héctor Alonso Granados y Guillermo Aréchiga Santamaría, quienes aspiran a una curul en la Cámara de Diputados.

Igual pasa con la aspirante a diputada federal del PT pero de la coalición Juntos Haremos Historia, Lizeth Sánchez.

Estos tres ejemplos son vistos con cierto escepticismo y recelo.

Quieren que muestren mayor compromiso y se lancen directamente a cuestionar al morenovallismo, al gobierno actual y, desde luego, a la abanderada a gobernadora de la coalición Por Puebla al Frente, Martha Erika Alonso.

Al interior de Morena saben que esos tres personajes fueron beneficiados desde el anterior sexenio y, por tanto, existen dudas de su compromiso total, porque no han visto expresiones claras y contundentes.

Igual pasa con el coordinador estatal del PT y candidato plurinominal a legislador local, Zeferino Martínez Rodríguez.

Está presente en ruedas de prensa conjuntas con los dirigentes locales de Morena y del Partido Encuentro Social (PES), pero no observan que esté de lleno, metido en defender de la avalancha de cuestionamientos -que ha venido últimamente del PAN- contra el abanderado a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa Huerta.

En otras palabras, no observan a estos cuatro “aliados” estar de lleno en la guerra electoral que se tiene esencialmente en el tema de la gubernatura.

A estos nombres se suman otros más, identificados en el interior del estado.

De ahí que, en los próximos días, se le pedirá, por no decir obligar, a realizar pronunciamientos enérgicos contra el morenovallismo y la aspirante a Casa Puebla, Martha Erika Alonso.

Las muestras de “cariño” deben darse en esta segunda parte de las campañas, sobre todo cuando arrecie la confrontación y la guerra sucia.

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Al interior de la Canaco Puebla dejó mal sabor de boca el comportamiento final de la reunión sostenida a inicios de mayo con el candidato a gobernador de la coalición Juntos Haremos Historia, Luis Miguel Barbosa Huerta.

¿El motivo?

Fue su negativa de firmar los compromisos que planteó la iniciativa privada en temas como seguridad pública, eficacia de gobierno, inversión turística, simplificación administrativa, mejora regulatoria, entre otros.

Barbosa Huerta no firmó el libro de acuerdos al preferir que lo hiciera uno de los integrantes de su equipo.

Las expectativas de los afiliados de la Canaco, cuentan algunos de los presentes, no fueron las mejores al escuchar al representante de Morena.

Caso contrario fue con Claudia Rivera.

Los empresarios quedaron satisfechos tras escuchar el plan de trabajo de la candidata a la presidencia municipal de Puebla.


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anaconda138@hotmail.com

marcomironc@gmail.com

@Marcomironc