/ martes 2 de abril de 2019

Campañas

Inicia la semana y con ella, a tambor batiente y con buenos augurios, las campañas políticas para la elección extraordinaria por la gubernatura de Puebla.

Se trata de la etapa definitiva en la que los tres candidatos oficialmente acreditados se abocarán a captar el interés ciudadano y, en su caso, el voto que los podría llevar a la victoria en una elección inédita, precedida además por un intenso fragor político.

El entorno es ahora bien distinto y eso coadyuva para que la contienda proselitista sea de altura y transcurra en un ambiente ciertamente competido, pero civilizado.

Es previsible que así sea, pero la última palabra la tienen partidos y candidatos; de ellos dependerá el saldo final de la disputa.

Y es que el antecedente del proceso electoral del año pasado dejó claro, como lo expuso en su reciente visita a Puebla el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova Vianello, que no todos los actores políticos actuaron con la responsabilidad debida, lo que provocó una crispación que no se resolvió con la sentencia del TEPJF, y eso permeó en la sociedad poblana.

Hoy el escenario es muy diferente y lo que se espera es que en las campañas que ahora se inician se privilegien las propuestas por encima de las descalificaciones para que en un clima verdaderamente democrático, el ciudadano acuda de manera libre y razonada a ejercer su voto el próximo 2 de junio.

Debe destacarse que en este esfuerzo por llevar las cosas en calma el gobierno estatal de Guillermo Pacheco Pulido ha contribuido con la parte que le corresponde, al propiciar un ambiente de respeto, conciliación y tranquilidad social.

Las heridas de ayer parecen haber sanado.

Así quedó de manifiesto en la víspera durante la visita a Puebla de José Agustín Ortiz Pinchetti, titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (Fepade), a quien le detalló que como parte de las acciones que instruyó a los funcionarios, está el que no brinden información referente a las actividades de gobierno y a omitir criterios que puedan malinterpretarse como una opinión política, además que los integrantes de su gabinete estarán impedidos para hacer referencia de su nombre o el de cualquier funcionario perteneciente a administraciones anteriores.

En ese contexto, el funcionario electoral expresó su coincidencia “en la necesidad de que en Puebla sea la primera elección impecable, limpia y transparente”, y que “la que la autoridad se conduzca con apego a la Ley”.

En este mismo sentido se ha pronunciado el presidente del máximo organismo empresarial poblano, Carlos Montiel Solana, al convocar a los candidatos y las distintas fuerzas políticas a procurar un proceso electoral transparente, evitar la polarización y dejar atrás la violencia que se vivió en la contienda de 2018.

Es en ese marco de tranquilidad y legalidad que los candidatos entraron el pasado domingo a la fase de campañas: van en candidatura común PAN, PRD y MC, con Enrique Cárdenas Sánchez; la Coalición Juntos Haremos Historia, respaldada por Morena, PT y PVEM, Luis Miguel Barbosa Huerta y por el PRI, Alberto Jiménez Merino.

El presidente de la Junta Local en Puebla, Joaquín Rubio Sánchez ha estimado una participación superior al 50 por ciento de la lista nominal, al asegurar que hay condiciones para que la los ciudadanos salgan a votar, aunque confió que fuera aún superior.

“Sería excelente que la ciudadanía mandara una vez más ese mensaje de que se puede poner uno de acuerdo de manera pacífica y poder elegir el futuro que las y los poblanos se merecen", señaló.

Seguramente los temas recurrentes en el discurso de los candidatos versarán sobre el combate a la inseguridad y a la reducción de la desigualdad social, que son indiscutiblemente los temas más sensibles y los de mayor demanda.

Que las campañas tengan un tono propositivo y convincente es el deseo compartido para abrir un nuevo capítulo de trabajo y armonía en el que, más allá de la política, ganemos todos, gane Puebla.

Inicia la semana y con ella, a tambor batiente y con buenos augurios, las campañas políticas para la elección extraordinaria por la gubernatura de Puebla.

Se trata de la etapa definitiva en la que los tres candidatos oficialmente acreditados se abocarán a captar el interés ciudadano y, en su caso, el voto que los podría llevar a la victoria en una elección inédita, precedida además por un intenso fragor político.

El entorno es ahora bien distinto y eso coadyuva para que la contienda proselitista sea de altura y transcurra en un ambiente ciertamente competido, pero civilizado.

Es previsible que así sea, pero la última palabra la tienen partidos y candidatos; de ellos dependerá el saldo final de la disputa.

Y es que el antecedente del proceso electoral del año pasado dejó claro, como lo expuso en su reciente visita a Puebla el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova Vianello, que no todos los actores políticos actuaron con la responsabilidad debida, lo que provocó una crispación que no se resolvió con la sentencia del TEPJF, y eso permeó en la sociedad poblana.

Hoy el escenario es muy diferente y lo que se espera es que en las campañas que ahora se inician se privilegien las propuestas por encima de las descalificaciones para que en un clima verdaderamente democrático, el ciudadano acuda de manera libre y razonada a ejercer su voto el próximo 2 de junio.

Debe destacarse que en este esfuerzo por llevar las cosas en calma el gobierno estatal de Guillermo Pacheco Pulido ha contribuido con la parte que le corresponde, al propiciar un ambiente de respeto, conciliación y tranquilidad social.

Las heridas de ayer parecen haber sanado.

Así quedó de manifiesto en la víspera durante la visita a Puebla de José Agustín Ortiz Pinchetti, titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (Fepade), a quien le detalló que como parte de las acciones que instruyó a los funcionarios, está el que no brinden información referente a las actividades de gobierno y a omitir criterios que puedan malinterpretarse como una opinión política, además que los integrantes de su gabinete estarán impedidos para hacer referencia de su nombre o el de cualquier funcionario perteneciente a administraciones anteriores.

En ese contexto, el funcionario electoral expresó su coincidencia “en la necesidad de que en Puebla sea la primera elección impecable, limpia y transparente”, y que “la que la autoridad se conduzca con apego a la Ley”.

En este mismo sentido se ha pronunciado el presidente del máximo organismo empresarial poblano, Carlos Montiel Solana, al convocar a los candidatos y las distintas fuerzas políticas a procurar un proceso electoral transparente, evitar la polarización y dejar atrás la violencia que se vivió en la contienda de 2018.

Es en ese marco de tranquilidad y legalidad que los candidatos entraron el pasado domingo a la fase de campañas: van en candidatura común PAN, PRD y MC, con Enrique Cárdenas Sánchez; la Coalición Juntos Haremos Historia, respaldada por Morena, PT y PVEM, Luis Miguel Barbosa Huerta y por el PRI, Alberto Jiménez Merino.

El presidente de la Junta Local en Puebla, Joaquín Rubio Sánchez ha estimado una participación superior al 50 por ciento de la lista nominal, al asegurar que hay condiciones para que la los ciudadanos salgan a votar, aunque confió que fuera aún superior.

“Sería excelente que la ciudadanía mandara una vez más ese mensaje de que se puede poner uno de acuerdo de manera pacífica y poder elegir el futuro que las y los poblanos se merecen", señaló.

Seguramente los temas recurrentes en el discurso de los candidatos versarán sobre el combate a la inseguridad y a la reducción de la desigualdad social, que son indiscutiblemente los temas más sensibles y los de mayor demanda.

Que las campañas tengan un tono propositivo y convincente es el deseo compartido para abrir un nuevo capítulo de trabajo y armonía en el que, más allá de la política, ganemos todos, gane Puebla.