/ jueves 16 de julio de 2020

Casique y Lázaro, los dueños del PRI

Dos puntos habrá que destacar esta semana en torno a la vida interna del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y los escasos seguidores que todavía tiene en algunas zonas del estado; porque, aunque usted no lo crea, todavía los tiene.

El primero, sumamente importante para entender el madruguete que concretó el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del partido tricolor, Alejandro Moreno Cárdenas, en Puebla, con el objetivo de impedir que se le alborotara la gallinera con los personajes que aspiraban a tomar las riendas del instituto en el estado, que terminó por imponerse la mano de Javier Casique Zárate en torno a una designación que venía cocinándose desde varios meses atrás.

El PRI actuó sin sorpresas.

Hizo lo de siempre.

Publicó una convocatoria para simular que habría un proceso de selección de presidente del Comité Directivo Estatal y al final optó por la designación directa, sin mayor consulta que la que pueden hacer dos o tres integrantes de la cúpula del partido alrededor de un viejo, pero elegante escritorio en el edificio de Insurgentes Norte.

Eso sucedió de nuevo.

Pese a las críticas en contra, que se apilaron a partir de que trascendió, meses atrás, que Néstor Camarillo Medina asumiría la presidencia del partido, en compañía, se decía entonces, de Karina Romero Alcalá como secretaria general, la designación del ex presidente municipal de Quecholac se concretó sin mayor contratiempo, sin que pasara nada al seno del ex partidazo ni que hubiese una revolución por parte de algún inconforme, lo que viene a ratificar que ese instituto lleva algunos años en una penosa agonía.

Al final no quedó la hija de Blanca Alcalá Ruiz como secretaria general, sino María Isabel Merlo Talavera. Parece que la ex senadora habló con Karina Romero para sugerirle que no aceptara esa posición y que mejor pidiera la Secretaría de Operación Política, una cartera que, según Alcalá, le daría mayor proyección personal. Le respondieron que no, que esa secretaría será para un ex aspirante a presidente salido de las bases.

Lo importante es que tanto Camarillo como Merlo llegaron a donde ahora están gracias al apoyo de Javier Casique Zárate y Lázaro Jiménez Aquino.

El primero, ya sabe usted, además de diputado local y secretario de Acción Electoral del CEN, es amigo personalísimo de Alejandro Moreno; mientras que, el segundo, es, ni más ni menos, que presidente del Instituto Reyes Heroles, ese organismo partidista que en teoría está dedicado a formar los nuevos cuadros del partido.

Así que, si se cuenta usted entre esos escasísimos tricolores que tienen algún interés dentro del partido, condúzcase con Javier Casique y con Lázaro Jiménez, los auténticos líderes, o dueños, de ese instituto político en el estado.

El segundo punto que habrá que resaltar tiene que ver con el papel que el PRI jugará en esta nueva era política en el estado, que se encuentra dominada por Morena y el barbosismo.

El presidente y la secretaria general hicieron su primera aparición pública con esos cargos partidistas el lunes, en conferencia de prensa, y no se atrevieron a tocar ni con el suave pétalo de una flor al gobierno de Luis Miguel Barbosa.

Así que ya imaginará usted por dónde se van a conducir en el proceso electoral del 2021.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Dos puntos habrá que destacar esta semana en torno a la vida interna del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y los escasos seguidores que todavía tiene en algunas zonas del estado; porque, aunque usted no lo crea, todavía los tiene.

El primero, sumamente importante para entender el madruguete que concretó el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del partido tricolor, Alejandro Moreno Cárdenas, en Puebla, con el objetivo de impedir que se le alborotara la gallinera con los personajes que aspiraban a tomar las riendas del instituto en el estado, que terminó por imponerse la mano de Javier Casique Zárate en torno a una designación que venía cocinándose desde varios meses atrás.

El PRI actuó sin sorpresas.

Hizo lo de siempre.

Publicó una convocatoria para simular que habría un proceso de selección de presidente del Comité Directivo Estatal y al final optó por la designación directa, sin mayor consulta que la que pueden hacer dos o tres integrantes de la cúpula del partido alrededor de un viejo, pero elegante escritorio en el edificio de Insurgentes Norte.

Eso sucedió de nuevo.

Pese a las críticas en contra, que se apilaron a partir de que trascendió, meses atrás, que Néstor Camarillo Medina asumiría la presidencia del partido, en compañía, se decía entonces, de Karina Romero Alcalá como secretaria general, la designación del ex presidente municipal de Quecholac se concretó sin mayor contratiempo, sin que pasara nada al seno del ex partidazo ni que hubiese una revolución por parte de algún inconforme, lo que viene a ratificar que ese instituto lleva algunos años en una penosa agonía.

Al final no quedó la hija de Blanca Alcalá Ruiz como secretaria general, sino María Isabel Merlo Talavera. Parece que la ex senadora habló con Karina Romero para sugerirle que no aceptara esa posición y que mejor pidiera la Secretaría de Operación Política, una cartera que, según Alcalá, le daría mayor proyección personal. Le respondieron que no, que esa secretaría será para un ex aspirante a presidente salido de las bases.

Lo importante es que tanto Camarillo como Merlo llegaron a donde ahora están gracias al apoyo de Javier Casique Zárate y Lázaro Jiménez Aquino.

El primero, ya sabe usted, además de diputado local y secretario de Acción Electoral del CEN, es amigo personalísimo de Alejandro Moreno; mientras que, el segundo, es, ni más ni menos, que presidente del Instituto Reyes Heroles, ese organismo partidista que en teoría está dedicado a formar los nuevos cuadros del partido.

Así que, si se cuenta usted entre esos escasísimos tricolores que tienen algún interés dentro del partido, condúzcase con Javier Casique y con Lázaro Jiménez, los auténticos líderes, o dueños, de ese instituto político en el estado.

El segundo punto que habrá que resaltar tiene que ver con el papel que el PRI jugará en esta nueva era política en el estado, que se encuentra dominada por Morena y el barbosismo.

El presidente y la secretaria general hicieron su primera aparición pública con esos cargos partidistas el lunes, en conferencia de prensa, y no se atrevieron a tocar ni con el suave pétalo de una flor al gobierno de Luis Miguel Barbosa.

Así que ya imaginará usted por dónde se van a conducir en el proceso electoral del 2021.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx