La semana anterior hablamos del uso de la tecnología en la vida y viabilidad de las empresas; hoy hablaremos del uso de la tecnología para generar las llamadas Smart cities o ciudades inteligentes. Ello en ocasión de que el próximo 26 de abril se celebrará la reunión anual de ciudades inteligentes en Málaga, España.
Frente a este acontecimiento en próximos días el tema dará de qué hablar a nivel internacional dada la relevancia del encuentro que es una iniciativa de la ONU y es convocado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones y por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE).
A reserva de que posterior al evento nos demos oportunidad de hablar sobre las conclusiones del encuentro, es relevante abordar la importancia que tiene el trabajar y avanzar en la utilización de la tecnología para crear más y mejores ciudades inteligentes.
Pero antes, ¿qué es una ciudad inteligente? De acuerdo a la Unión Internacional de Telecomunicaciones, se trata de aquella ciudad que usa las tecnologías de la información y las comunicaciones para hacer que su infraestructura crítica, como sus componentes y servicios públicos, sean interactivos, eficientes y la ciudadanía pueda ser más consciente de ellos.
Es además cuando las inversiones en capital humano y social, y en infraestructura de comunicación, fomentan un desarrollo económico sostenible y una elevada calidad de vida, con una sabia gestión de los recursos naturales a través de un gobierno participativo. Se debe considerar el uso estratégico de infraestructuras y servicios de tecnologías de la información en un proceso de planificación urbana y gestión transparentes que responda a las necesidades sociales y económicas de la comunidad. Es un concepto muy amplio que no debemos de omitir.
Recordemos que el uso de la tecnología entre la población mexicana ha tenido un gran crecimiento y el conocer cuáles son los beneficios permitirá continuar en esta vía. Los cuatro factores de valor, como le llaman los especialistas, que aportan las tecnologías a una ciudad son que la hace sostenible, es decir, reduce costos y optimiza el consumo de recursos; la hace inclusiva y transparente, es decir, genera comunicación directa con la población y opera con información pública; genera riqueza, es decir, genera empleos de alta calidad, innovación, competitividad y crecimiento de los negocios; y está hecha para la ciudadanía, es decir, el uso genera mejor calidad de vida y ofrece acceso rápido a servicios públicos.
Por lo tanto, una ciudad inteligente debe converger en tres aspectos fundamentales: uno, innovación, emprendimiento y generación de actividad económica; dos, educación, conocimiento y detección de talentos, y tres mayor cultura sobre lo digital y desarrollo de economía e infraestructura digital.
Sin duda, un tema relevante sobre el cual estaremos comentando una vez que conozcamos las conclusiones del 3er. encuentro de ciudades inteligentes aunque debemos recordar que en la creación de ciudades inteligentes un elemento fundamental es la integración de todas las personas para generar un crecimiento sostenible y de largo plazo de todos los territorios del planeta.
Twitter@jorgejuraidini
