/ martes 4 de mayo de 2021

Claudia contra Eduardo inicia la revancha

Pues llegó el día en el que de nueva cuenta, Claudia Rivera Vivanco y Eduardo Rivera Pérez se volverán a enfrentar en una boleta electoral con la intención de regresar por un periodo más a la Presidencia Municipal de Puebla capital.

Cuando se escribe esta columna, faltan unas horas para que arranque formalmente el mes de campaña para que los candidatos a las 217 presidencias municipales y diputaciones locales intenten convencer al electorado de que son los mejores para hacerse de la mayor cantidad de votos.

Y por supuesto que la cereza del pastel, la joya de la corona es Puebla capital y a juzgar de las encuestas (cargadas de uso propagandístico de ambos bandos), habrá una contienda que no se anticipa sencilla o ganada por alguno de los dos grupos encabezados por Morena, por una parte y por el PAN por otra.

En promedio hay un 25 o 30 por ciento de posibles electores que manifiestan no saber por quién votar o de plano prefieren mantenerlo oculto, lo que podría inclinar la balanza hacia cualquiera de las dos ofertas con más posibilidades de ganar.

El voto de castigo hacia el gobierno de Claudia Rivera parece no desfondarla frente al voto de lealtad hacia Morena o muy particularmente hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador por lo que su intento de una elección consecutiva no está descartada.

Como marca Morena, saca a flote a Claudia o si se quiere ver desde la otra perspectiva, Claudia impacta negativamente a Morena pero no lo suficiente para desterrarla del escenario competitivo.

Clau Rivera, como se presentará en campaña, enfrenta un doble reto pues correrá en dos vías: una, la de la propuesta, la estrategia para diferenciarse y minar la percepción negativa frente a su rival; y dos, la de esquivar los obstáculos que le serán colocados por los opositores internos a su campaña donde abiertamente figura el gobernador Miguel Barbosa Huerta y como apéndice el diputado con licencia Gabriel Biestro Medinilla y otros morenistas.

Por el otro lado, Eduardo Rivera Pérez, quien ya gobernó en el periodo 2010-2014, buscará sacudirse su más reciente derrota contra la ola lopezobradorista hace apenas tres años, donde un presunto voto diferenciado solamente alcanzó para que la finada Martha Erika Alonso Hidalgo se hiciera de la gubernatuta y casi todo lo demás se perdiera en Acción Nacional y sus entonces aliados.

Internamente, Rivera Pérez logró sortear las diferencias con otros grupos políticos; el pastel de las candidaturas fue repartido entre las diferentes expresiones por lo que a la mayoría le interesa que existan votos para su candidato porque eso puede atraer votos para sus propias causas. Hasta ahora no observan indicios de simulación o de campañas de brazos caídos como ocurrió en la pasada campaña municipal, pero esto apenas comienza.

Por lo pronto, el pronóstico de esta elección es reservado y a partir de este martes podremos ver cómo vienen las estrategias, las propuestas, los mensajes, los ataques, los contrastes, los desmarques o adhesiones.

Y hasta la próxima.

Pues llegó el día en el que de nueva cuenta, Claudia Rivera Vivanco y Eduardo Rivera Pérez se volverán a enfrentar en una boleta electoral con la intención de regresar por un periodo más a la Presidencia Municipal de Puebla capital.

Cuando se escribe esta columna, faltan unas horas para que arranque formalmente el mes de campaña para que los candidatos a las 217 presidencias municipales y diputaciones locales intenten convencer al electorado de que son los mejores para hacerse de la mayor cantidad de votos.

Y por supuesto que la cereza del pastel, la joya de la corona es Puebla capital y a juzgar de las encuestas (cargadas de uso propagandístico de ambos bandos), habrá una contienda que no se anticipa sencilla o ganada por alguno de los dos grupos encabezados por Morena, por una parte y por el PAN por otra.

En promedio hay un 25 o 30 por ciento de posibles electores que manifiestan no saber por quién votar o de plano prefieren mantenerlo oculto, lo que podría inclinar la balanza hacia cualquiera de las dos ofertas con más posibilidades de ganar.

El voto de castigo hacia el gobierno de Claudia Rivera parece no desfondarla frente al voto de lealtad hacia Morena o muy particularmente hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador por lo que su intento de una elección consecutiva no está descartada.

Como marca Morena, saca a flote a Claudia o si se quiere ver desde la otra perspectiva, Claudia impacta negativamente a Morena pero no lo suficiente para desterrarla del escenario competitivo.

Clau Rivera, como se presentará en campaña, enfrenta un doble reto pues correrá en dos vías: una, la de la propuesta, la estrategia para diferenciarse y minar la percepción negativa frente a su rival; y dos, la de esquivar los obstáculos que le serán colocados por los opositores internos a su campaña donde abiertamente figura el gobernador Miguel Barbosa Huerta y como apéndice el diputado con licencia Gabriel Biestro Medinilla y otros morenistas.

Por el otro lado, Eduardo Rivera Pérez, quien ya gobernó en el periodo 2010-2014, buscará sacudirse su más reciente derrota contra la ola lopezobradorista hace apenas tres años, donde un presunto voto diferenciado solamente alcanzó para que la finada Martha Erika Alonso Hidalgo se hiciera de la gubernatuta y casi todo lo demás se perdiera en Acción Nacional y sus entonces aliados.

Internamente, Rivera Pérez logró sortear las diferencias con otros grupos políticos; el pastel de las candidaturas fue repartido entre las diferentes expresiones por lo que a la mayoría le interesa que existan votos para su candidato porque eso puede atraer votos para sus propias causas. Hasta ahora no observan indicios de simulación o de campañas de brazos caídos como ocurrió en la pasada campaña municipal, pero esto apenas comienza.

Por lo pronto, el pronóstico de esta elección es reservado y a partir de este martes podremos ver cómo vienen las estrategias, las propuestas, los mensajes, los ataques, los contrastes, los desmarques o adhesiones.

Y hasta la próxima.