/ miércoles 13 de febrero de 2019

Claudia Rivera, un peligro para Morena en campaña

Si entre los colaboradores de Claudia Rivera Vivanco existe preocupación por el evidente distanciamiento de la alcaldesa con Luis Miguel Barbosa Huerta, los operadores del aspirante a mandatario evalúan con cierto temor las consecuencias que podría tener en campaña el cuestionado arranque de la administración municipal.

Todos los escenarios optimistas que pronostican un triunfo aplastante para el candidato a gobernador de Morena, quien quiera que sea, en la próxima elección extraordinaria, se topan con una luz amarilla que apunta en dirección al palacio municipal de Puebla.

El ayuntamiento de Rivera Vivanco, que este viernes cumplirá cuatro meses, ha insatisfecho las expectativas de cambio generadas no solo por ella y su planilla de regidores en campaña, sino por el partido Morena y todos sus candidatos, entre ellos, y en primerísimo lugar, el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador.

Morena conserva en Puebla el arrastre social que le dio el triunfo a la gran mayoría de sus abanderados en los comicios federales y locales de 2018.

Junto con eso, es el partido político ascendido al nivel presidencial y goza de una determinante presencia en los Poderes Ejecutivo y Legislativo del estado, condiciones que le añaden mayores márgenes de ventaja para ir a una contienda electoral cómoda.

Aun así, los creadores de prospectiva política que trabajan para el aspirante más adelantado en esta contienda interna, Luis Miguel Barbosa, observan con atención lo que ocurre en el gobierno municipal de Puebla.

En poco tiempo, Rivera Vivanco se ha hecho de una mala imagen, producto de un mal comienzo en la gestión pública.

Ese es el punto que prendió las señales de advertencia en el cuarto de guerra del aspirante a gobernador.

Las críticas a la administración municipal pueden convertirse en tema de campaña de los candidatos opositores, principalmente del PAN y del PRI, que requerirán un objetivo de contraste, y de ataque, para tratar de escalar en la preferencia de los electores.

Si bien Morena, en su alianza con el PT y el PES, luce imbatible de cara a la próxima elección de gobernador, los manuales de campaña le exigen a ese instituto la anulación de todo tipo de concesiones.

Ir a una contienda con un flanco abierto en el ayuntamiento pondrá al abanderado de Morena en situación de vulnerabilidad, que tendrá que adoptar un discurso defensivo para esquivar los embates de sus adversarios e impedir que le resten simpatías.

Esa parte preocupa a los barbosistas, que no han definido todavía cómo intervenir para enderezar el gobierno de su compañera, quien, además, ha optado por replegarse y aislarse, en lugar de aceptar que las cosas no marchan como ella misma quería y pedir ayuda a quienes sí tienen experiencia en el servicio público.


***

Monserrat Galí Boadella, una mujer de 72 años que es miembro investigador del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP, es la persona que ha sido elegida por el gobernador Guillermo Pacheco Pulido para hacerse cargo de la Cultura en esta administración.

Galí, que nada tiene que ver con el exgobernador José Antonio Gali, goza de una amplia y reconocida trayectoria en el mundo del arte.

Es historiadora del arte por las universidades de Barcelona, Zagreb (Croacia) y México, en donde obtuvo su doctorado.

En la capital del país fue profesora en la Universidad Iberoamericana, en la UNAM y en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Hasta hace unos días coordinaba el posgrado en Historia del Arte de la UNAM, con sede en Puebla, y formaba parte del seminario nacional MUSICAT (Música de las Catedrales), también con sede regional en la entidad.

Como verá usted, ahora sí habrá una conocedora al frente de esta importante responsabilidad en el estado.

Monserrat Galí rendirá protesta esta semana como subsecretaria de Cultura.

Si el presupuesto lo permite, más adelante será secretaria.


***

Un personaje que será ratificado en la Secretaría de Educación Pública es Miguel Robles Bárcena.

El funcionario, que ocupó la secretaría general del CISEN en el gobierno de Enrique Peña Nieto, fue nombrado titular de esa dependencia estatal por la entonces gobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo.

Pacheco Pulido le vio las características necesarias a su perfil para conservarlo en el gobierno.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Si entre los colaboradores de Claudia Rivera Vivanco existe preocupación por el evidente distanciamiento de la alcaldesa con Luis Miguel Barbosa Huerta, los operadores del aspirante a mandatario evalúan con cierto temor las consecuencias que podría tener en campaña el cuestionado arranque de la administración municipal.

Todos los escenarios optimistas que pronostican un triunfo aplastante para el candidato a gobernador de Morena, quien quiera que sea, en la próxima elección extraordinaria, se topan con una luz amarilla que apunta en dirección al palacio municipal de Puebla.

El ayuntamiento de Rivera Vivanco, que este viernes cumplirá cuatro meses, ha insatisfecho las expectativas de cambio generadas no solo por ella y su planilla de regidores en campaña, sino por el partido Morena y todos sus candidatos, entre ellos, y en primerísimo lugar, el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador.

Morena conserva en Puebla el arrastre social que le dio el triunfo a la gran mayoría de sus abanderados en los comicios federales y locales de 2018.

Junto con eso, es el partido político ascendido al nivel presidencial y goza de una determinante presencia en los Poderes Ejecutivo y Legislativo del estado, condiciones que le añaden mayores márgenes de ventaja para ir a una contienda electoral cómoda.

Aun así, los creadores de prospectiva política que trabajan para el aspirante más adelantado en esta contienda interna, Luis Miguel Barbosa, observan con atención lo que ocurre en el gobierno municipal de Puebla.

En poco tiempo, Rivera Vivanco se ha hecho de una mala imagen, producto de un mal comienzo en la gestión pública.

Ese es el punto que prendió las señales de advertencia en el cuarto de guerra del aspirante a gobernador.

Las críticas a la administración municipal pueden convertirse en tema de campaña de los candidatos opositores, principalmente del PAN y del PRI, que requerirán un objetivo de contraste, y de ataque, para tratar de escalar en la preferencia de los electores.

Si bien Morena, en su alianza con el PT y el PES, luce imbatible de cara a la próxima elección de gobernador, los manuales de campaña le exigen a ese instituto la anulación de todo tipo de concesiones.

Ir a una contienda con un flanco abierto en el ayuntamiento pondrá al abanderado de Morena en situación de vulnerabilidad, que tendrá que adoptar un discurso defensivo para esquivar los embates de sus adversarios e impedir que le resten simpatías.

Esa parte preocupa a los barbosistas, que no han definido todavía cómo intervenir para enderezar el gobierno de su compañera, quien, además, ha optado por replegarse y aislarse, en lugar de aceptar que las cosas no marchan como ella misma quería y pedir ayuda a quienes sí tienen experiencia en el servicio público.


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Monserrat Galí Boadella, una mujer de 72 años que es miembro investigador del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP, es la persona que ha sido elegida por el gobernador Guillermo Pacheco Pulido para hacerse cargo de la Cultura en esta administración.

Galí, que nada tiene que ver con el exgobernador José Antonio Gali, goza de una amplia y reconocida trayectoria en el mundo del arte.

Es historiadora del arte por las universidades de Barcelona, Zagreb (Croacia) y México, en donde obtuvo su doctorado.

En la capital del país fue profesora en la Universidad Iberoamericana, en la UNAM y en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Hasta hace unos días coordinaba el posgrado en Historia del Arte de la UNAM, con sede en Puebla, y formaba parte del seminario nacional MUSICAT (Música de las Catedrales), también con sede regional en la entidad.

Como verá usted, ahora sí habrá una conocedora al frente de esta importante responsabilidad en el estado.

Monserrat Galí rendirá protesta esta semana como subsecretaria de Cultura.

Si el presupuesto lo permite, más adelante será secretaria.


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Un personaje que será ratificado en la Secretaría de Educación Pública es Miguel Robles Bárcena.

El funcionario, que ocupó la secretaría general del CISEN en el gobierno de Enrique Peña Nieto, fue nombrado titular de esa dependencia estatal por la entonces gobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo.

Pacheco Pulido le vio las características necesarias a su perfil para conservarlo en el gobierno.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx