/ martes 9 de octubre de 2018

Código de Ética Partidaria

Para el Partido Revolucionario Institucional la política es eminentemente ética. La ética rige a la acción política y al político tanto en su aspecto público como personal. La ética política del PRI está inspirada en los valores y principios que son esencia de la doctrina del partido. Estos valores y principios nos exigen que la acción política dirija sus conductas a la consecución del bien común, practicando la libertad, soberanía, democracia y justicia.

Esta política no solo es posible, sino obligatoria; está regida y conformada por el conocimiento de la realidad social, por normas éticas y por exigencias de generosidad personal. La responsabilidad del político no solo se mide por sus buenas intenciones, sino por sus acciones concretas, por los medios que emplea y por sus resultados. Es por ello que el servidor público miembro del PRI deberá dar cuenta tanto de la eficacia como de la calidad ética de su desempeño.

Esto nos obliga también a actuar en congruencia con nuestros programas de gobierno, que tienen como fin crear las condiciones para el desarrollo integral. Las actuaciones del PRI deberán ser reconocidas por su transparencia, honradez, humanismo, eficiencia y espíritu de servicio.

Es por ello que se estableció el Código de Ética Partidaria como instrumento didáctico a fin de que el servidor público tenga un modelo a seguir en el cumplimiento de su función y para que los ciudadanos puedan vigilar su complimiento y pedir cuentas a quien no lo cumpla.

Las disposiciones del Código de Ética Partidaria son de observancia general y nacional para todos los miembros, militantes, cuadros, dirigentes y simpatizantes del Partido Revolucionario Institucional y su aplicación corresponde a las Comisiones de Justicia Partidaria y a las Defensorías de los Derechos de los Militantes en sus respectivas competencias.

Los principios y valores que establece este Código son:

• Constancia

• Disciplina

• Honestidad

• Lealtad

• Militancia

• Veracidad

• Transparencia

Entonces el priista, en el ejercicio de esa moral, debe ser leal, honesto, responsable y solidario sobre todas las cosas a la república, a las instituciones nacionales, al partido y a las reivindicaciones que este postula en beneficio del pueblo y de la nación, dejando de lado todo propósito de beneficio propio que cause ruptura o desprestigio al partido.

Los militantes, especialmente los candidatos, deben comprometerse a cumplir el Código de Ética Partidaria y a desempeñarse en términos de este: de la estricta observancia de la ley, la preservación de los bienes de la Nación encomendados a su cuidado, la eficiencia en su función -y ratificarlo- y respeto a los intereses de nuestro país.

Siguiendo en esta línea, el partido obliga a que los servidores públicos sean de probada convicción liberal, revolucionaria, nacionalista y estrictos observantes de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de los Documentos Básicos.

El incumplimiento de este dará lugar al procedimiento y a las sanciones que correspondan. Asimismo, el partido tiene la obligación de denunciar al militante que contravenga este Código para que sea sometido al procedimiento estatutario a que haya lugar por la falta cometida.

En resumen, el Código de Ética Partidaria tiene el objetivo de evitar actos ilícitos por parte de candidatos y funcionarios militantes del Partido Revolucionario Institucional.

Nos corresponde a los militantes hacerlo honrar y valer.

Para el Partido Revolucionario Institucional la política es eminentemente ética. La ética rige a la acción política y al político tanto en su aspecto público como personal. La ética política del PRI está inspirada en los valores y principios que son esencia de la doctrina del partido. Estos valores y principios nos exigen que la acción política dirija sus conductas a la consecución del bien común, practicando la libertad, soberanía, democracia y justicia.

Esta política no solo es posible, sino obligatoria; está regida y conformada por el conocimiento de la realidad social, por normas éticas y por exigencias de generosidad personal. La responsabilidad del político no solo se mide por sus buenas intenciones, sino por sus acciones concretas, por los medios que emplea y por sus resultados. Es por ello que el servidor público miembro del PRI deberá dar cuenta tanto de la eficacia como de la calidad ética de su desempeño.

Esto nos obliga también a actuar en congruencia con nuestros programas de gobierno, que tienen como fin crear las condiciones para el desarrollo integral. Las actuaciones del PRI deberán ser reconocidas por su transparencia, honradez, humanismo, eficiencia y espíritu de servicio.

Es por ello que se estableció el Código de Ética Partidaria como instrumento didáctico a fin de que el servidor público tenga un modelo a seguir en el cumplimiento de su función y para que los ciudadanos puedan vigilar su complimiento y pedir cuentas a quien no lo cumpla.

Las disposiciones del Código de Ética Partidaria son de observancia general y nacional para todos los miembros, militantes, cuadros, dirigentes y simpatizantes del Partido Revolucionario Institucional y su aplicación corresponde a las Comisiones de Justicia Partidaria y a las Defensorías de los Derechos de los Militantes en sus respectivas competencias.

Los principios y valores que establece este Código son:

• Constancia

• Disciplina

• Honestidad

• Lealtad

• Militancia

• Veracidad

• Transparencia

Entonces el priista, en el ejercicio de esa moral, debe ser leal, honesto, responsable y solidario sobre todas las cosas a la república, a las instituciones nacionales, al partido y a las reivindicaciones que este postula en beneficio del pueblo y de la nación, dejando de lado todo propósito de beneficio propio que cause ruptura o desprestigio al partido.

Los militantes, especialmente los candidatos, deben comprometerse a cumplir el Código de Ética Partidaria y a desempeñarse en términos de este: de la estricta observancia de la ley, la preservación de los bienes de la Nación encomendados a su cuidado, la eficiencia en su función -y ratificarlo- y respeto a los intereses de nuestro país.

Siguiendo en esta línea, el partido obliga a que los servidores públicos sean de probada convicción liberal, revolucionaria, nacionalista y estrictos observantes de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de los Documentos Básicos.

El incumplimiento de este dará lugar al procedimiento y a las sanciones que correspondan. Asimismo, el partido tiene la obligación de denunciar al militante que contravenga este Código para que sea sometido al procedimiento estatutario a que haya lugar por la falta cometida.

En resumen, el Código de Ética Partidaria tiene el objetivo de evitar actos ilícitos por parte de candidatos y funcionarios militantes del Partido Revolucionario Institucional.

Nos corresponde a los militantes hacerlo honrar y valer.