/ martes 15 de junio de 2021

Constancia de mayoría y de estabilidad política para Puebla

Con la entrega de la constancia de mayoría que acredita a Eduardo Rivera Pérez como alcalde electo de Puebla, todo parece indicar que la situación política que vive el municipio encontrará una estabilidad en los próximos meses luego de algunos años de estire y afloje.

Y es que todo comenzó con la impugnación en aquel 2018 cuando el triunfo le fue dado a Martha Erika Alonso por el TEPJF, posteriormente su muerte en un accidente aéreo y finalmente con una administración municipal que no terminó por estrechar lazos con la administración estatal.

Ahora tras la reunión de Rivera Pérez con el mandatario estatal en Casa Aguayo y la entrega de este documento se vislumbra en Puebla capital una estabilidad que podría verse reflejada en trabajo conjunto y bienestar para la ciudadanía.

Si bien en el pasado el ahora presidente municipal electo de Puebla enfrentó algunos obstáculos al buscar un beneficio para la ciudad, ahora parece que se le presenta la oportunidad de tener un trabajo conjunto que lo deje demostrar de lo que es capaz en pro de sus gobernados.

Por su parte Miguel Barbosa no parece tener mayor interés en meter las manos en la administración municipal sino que por el contrario buscaría acuerdos y trabajo conjunto de cara a los últimos años de su administración.

En lo que a Claudia Rivera se refiere, aunque ha afirmado que existieron irregularidades durante la jornada electoral, parece que desde el primer momento comprendió que el voto popular no le favoreció y está dispuesta a una transición pacífica, aunque por un bien personal no perderá la oportunidad de repetir en alguna que otra ocasión de aquí a octubre que algo falló en las urnas.

Así que no le sorprenda que la relación entre municipio y estado se dé desde ahora entre Eduardo Rivera y Miguel Barbosa a fin de no esperar más para concretar proyectos que comiencen a funcionar desde el 15 de octubre próximo o incluso antes si es que la buena voluntad de Rivera Vivanco y la capacidad de negociar de Rivera Pérez lo permiten.

Sobre la posibilidad de una persecución en contra de la morenista, dependerá de la disposición de esta por el trabajo conjunto durante los próximos cuatro meses, aunque todo parece apuntar a que buscará la vía de los acuerdos y no de la confrontación al tener menos fichas a su favor.

***

Pero este desinterés independientemente de que reconoce que la ciudadanía fue quien eligió, es porque la batalla que parece ahora está por enfrentar la discípula de AMLO cambió de objetivo y de contrincante, pues ahora es por la dirigencia estatal de Morena contra el mismo rival que tuvo que pelear para obtener la candidatura a la alcaldía de Puebla, Gabriel Biestro.

Y es que si se desarrolla de la misma manera que la contienda interna del partido, poco podrá hacer el ex líder del congreso, al tener la aún alcaldesa a muchos perfiles al interior del partido a su favor, en especial a dos de ellos nada más y nada menos que el propio presidente de México y su esposa.

Y es que ambos perfiles terminan sus encargos en la función pública y lo que menos necesitan en este momento es guardarse en la congeladora de cara al 2024, aunque es bien sabido que tampoco sería posible o no en el mismo partido que ambos sigan activos, pues el reflector sólo puede iluminar a uno a la vez.

Por lo que para esta historia sólo se puede esperar un final similar al del proceso interno, que podría causar la molestia de más de uno e incluso destaparía una incógnita no tan complicada de responder, ¿se cambiaría alguno de partido?

Comentarios, quejas y/o sugerencias los espero en el correo luisgpmeza@gmail.com o al Twitter @memop_meza.

Con la entrega de la constancia de mayoría que acredita a Eduardo Rivera Pérez como alcalde electo de Puebla, todo parece indicar que la situación política que vive el municipio encontrará una estabilidad en los próximos meses luego de algunos años de estire y afloje.

Y es que todo comenzó con la impugnación en aquel 2018 cuando el triunfo le fue dado a Martha Erika Alonso por el TEPJF, posteriormente su muerte en un accidente aéreo y finalmente con una administración municipal que no terminó por estrechar lazos con la administración estatal.

Ahora tras la reunión de Rivera Pérez con el mandatario estatal en Casa Aguayo y la entrega de este documento se vislumbra en Puebla capital una estabilidad que podría verse reflejada en trabajo conjunto y bienestar para la ciudadanía.

Si bien en el pasado el ahora presidente municipal electo de Puebla enfrentó algunos obstáculos al buscar un beneficio para la ciudad, ahora parece que se le presenta la oportunidad de tener un trabajo conjunto que lo deje demostrar de lo que es capaz en pro de sus gobernados.

Por su parte Miguel Barbosa no parece tener mayor interés en meter las manos en la administración municipal sino que por el contrario buscaría acuerdos y trabajo conjunto de cara a los últimos años de su administración.

En lo que a Claudia Rivera se refiere, aunque ha afirmado que existieron irregularidades durante la jornada electoral, parece que desde el primer momento comprendió que el voto popular no le favoreció y está dispuesta a una transición pacífica, aunque por un bien personal no perderá la oportunidad de repetir en alguna que otra ocasión de aquí a octubre que algo falló en las urnas.

Así que no le sorprenda que la relación entre municipio y estado se dé desde ahora entre Eduardo Rivera y Miguel Barbosa a fin de no esperar más para concretar proyectos que comiencen a funcionar desde el 15 de octubre próximo o incluso antes si es que la buena voluntad de Rivera Vivanco y la capacidad de negociar de Rivera Pérez lo permiten.

Sobre la posibilidad de una persecución en contra de la morenista, dependerá de la disposición de esta por el trabajo conjunto durante los próximos cuatro meses, aunque todo parece apuntar a que buscará la vía de los acuerdos y no de la confrontación al tener menos fichas a su favor.

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Pero este desinterés independientemente de que reconoce que la ciudadanía fue quien eligió, es porque la batalla que parece ahora está por enfrentar la discípula de AMLO cambió de objetivo y de contrincante, pues ahora es por la dirigencia estatal de Morena contra el mismo rival que tuvo que pelear para obtener la candidatura a la alcaldía de Puebla, Gabriel Biestro.

Y es que si se desarrolla de la misma manera que la contienda interna del partido, poco podrá hacer el ex líder del congreso, al tener la aún alcaldesa a muchos perfiles al interior del partido a su favor, en especial a dos de ellos nada más y nada menos que el propio presidente de México y su esposa.

Y es que ambos perfiles terminan sus encargos en la función pública y lo que menos necesitan en este momento es guardarse en la congeladora de cara al 2024, aunque es bien sabido que tampoco sería posible o no en el mismo partido que ambos sigan activos, pues el reflector sólo puede iluminar a uno a la vez.

Por lo que para esta historia sólo se puede esperar un final similar al del proceso interno, que podría causar la molestia de más de uno e incluso destaparía una incógnita no tan complicada de responder, ¿se cambiaría alguno de partido?

Comentarios, quejas y/o sugerencias los espero en el correo luisgpmeza@gmail.com o al Twitter @memop_meza.