/ martes 3 de agosto de 2021

Consulta: un fracaso rumbo al referéndum

Los resultados de la consulta popular el domingo pasado sí representaron un fracaso para Andrés Manuel López Obrador, pero no para enjuiciar o no a los expresidentes de México, sino de cara a un referéndum que se realizará el próximo año para ver si continúa o no en el poder.

La realidad es que la intención del presidente de México nunca fue enjuiciar a sus antecesores, pues un día antes de la consulta afirmó que si pudiera participar votaría porque no se enjuicie a los ex mandatarios.

La verdad, es que ni siquiera fue a votar a su propia consulta.

Pero lo que debe preocupar seriamente al mandatario no son los temas del pasado, sino el futuro.

Para que la consulta tuviera validez y fuera vinculante, es decir, que se cumpliera la voluntad de lo que el pueblo decidió en las urnas, era necesario la participación del 40 por ciento de los mexicanos inscritos en la lista nominal.

Algo así como 37.4 millones de personas.

Solo acudieron poco más de 7 millones, que representa entre el 7 y 7.7 por ciento de la lista nominal del INE.

En otras palabras, junta más gente un atropellado que la consulta popular en las urnas.

Esto lo que refleja también es una baja participación de sus simpatizantes, pues fueron ellos los principales promotores de esta consulta.

Esto debe causar ruido en Palacio Nacional si tomamos en cuenta que el próximo año se avecina una nueva consulta, pero de mayor calado, pues una de sus promesas de campaña fue hacer una consulta a la mitad de su mandato para ver si continúa o no en el cargo.

Una especie de referéndum.

Ganó con más de 30 millones de votos en 2018; su partido Morena obtuvo 20 millones de votos en la pasada elección intermedia de junio, pero para el 1 de agosto solo salieron a las urnas menos de 7 millones de sus simpatizantes.

Una cifra preocupante, si solo se analiza lo frío de los números.

Otro dato interesante es la votación que aportó Puebla en la consulta.

Casi medio millón de poblanos que representaron el 8.59 por ciento de la lista nominal.

Un porcentaje bajo, pero por encima de la media nacional que fue de 7 por ciento.

Un porcentaje idéntico al de Chiapas y ligeramente abajo de estados como Tabasco, Veracruz, Tlaxcala, Guerrero y Oaxaca, que fueron los más participativos.

Y al mismo tiempo, muy lejos de estados como Nuevo León, Baja California, Sonora, Chihuahua o Tamaulipas, que no alcanzaron el 5 por ciento.

En fin, aún falta mucho por descifrar de este ejercicio inédito que fue la consulta popular.

Un ejercicio que probablemente se repita el próximo año.

Twitter: Juarez_VH

Facebook: Hugo Juárez

Correo: v.hugojuarez.h@gmail.com

Los resultados de la consulta popular el domingo pasado sí representaron un fracaso para Andrés Manuel López Obrador, pero no para enjuiciar o no a los expresidentes de México, sino de cara a un referéndum que se realizará el próximo año para ver si continúa o no en el poder.

La realidad es que la intención del presidente de México nunca fue enjuiciar a sus antecesores, pues un día antes de la consulta afirmó que si pudiera participar votaría porque no se enjuicie a los ex mandatarios.

La verdad, es que ni siquiera fue a votar a su propia consulta.

Pero lo que debe preocupar seriamente al mandatario no son los temas del pasado, sino el futuro.

Para que la consulta tuviera validez y fuera vinculante, es decir, que se cumpliera la voluntad de lo que el pueblo decidió en las urnas, era necesario la participación del 40 por ciento de los mexicanos inscritos en la lista nominal.

Algo así como 37.4 millones de personas.

Solo acudieron poco más de 7 millones, que representa entre el 7 y 7.7 por ciento de la lista nominal del INE.

En otras palabras, junta más gente un atropellado que la consulta popular en las urnas.

Esto lo que refleja también es una baja participación de sus simpatizantes, pues fueron ellos los principales promotores de esta consulta.

Esto debe causar ruido en Palacio Nacional si tomamos en cuenta que el próximo año se avecina una nueva consulta, pero de mayor calado, pues una de sus promesas de campaña fue hacer una consulta a la mitad de su mandato para ver si continúa o no en el cargo.

Una especie de referéndum.

Ganó con más de 30 millones de votos en 2018; su partido Morena obtuvo 20 millones de votos en la pasada elección intermedia de junio, pero para el 1 de agosto solo salieron a las urnas menos de 7 millones de sus simpatizantes.

Una cifra preocupante, si solo se analiza lo frío de los números.

Otro dato interesante es la votación que aportó Puebla en la consulta.

Casi medio millón de poblanos que representaron el 8.59 por ciento de la lista nominal.

Un porcentaje bajo, pero por encima de la media nacional que fue de 7 por ciento.

Un porcentaje idéntico al de Chiapas y ligeramente abajo de estados como Tabasco, Veracruz, Tlaxcala, Guerrero y Oaxaca, que fueron los más participativos.

Y al mismo tiempo, muy lejos de estados como Nuevo León, Baja California, Sonora, Chihuahua o Tamaulipas, que no alcanzaron el 5 por ciento.

En fin, aún falta mucho por descifrar de este ejercicio inédito que fue la consulta popular.

Un ejercicio que probablemente se repita el próximo año.

Twitter: Juarez_VH

Facebook: Hugo Juárez

Correo: v.hugojuarez.h@gmail.com