En unos días más, para el 15 de noviembre próximo el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2022 se tiene que aprobar para estar en posibilidad de que se decrete y aplique para el 1 de enero. Aproximadamente el 9 de noviembre la Comisión de Presupuesto del Congreso de Diputados tendría que aprobar el dictamen que se discutirá en el pleno de la Cámara y esa discusión lleva aproximadamente 4 días. En esa discusión está metido el presupuesto para sostener las instituciones que dan vida a nuestra democracia.
Por lo pronto está la propuesta del grupo parlamentario de Morena y los partidos que se han sumado al gobierno federal del presidente vs la de la oposición que forman el PAN, PRI y PRD con su “Presupuesto Alternativo” que busca federalizar el 30% del gasto de seguridad para que se aplique en capacitación y armas de estados y municipios, que los excedentes petroleros se etiqueten para las entidades federativas y que la SHCP no pueda gastar a discreción los recursos.
El papel de los diputados está en ejercicio para que reclamen los recursos para las necesidades de los ciudadanos de las entidades que representan. Es decir, estamos en el ejercicio pleno de la democracia representativa de cara a las políticas de estado, políticas de gobierno y políticas públicas. En este sentido, como se ha debatido y aún se pone a discusión, el trabajo de los representantes en el legislativo es fundamental para que el aparato administrativo funcione y bien.
Claro que los legisladores mexicanos, y todos los representantes públicos, tendrían que ir mejorando en su trabajo, eso es lo que queremos el resto de los ciudadanos, y no solo que lleguen a llenar una curul y a levantar dedos. La crítica debe imponerse, el argumento y el debate inteligente, pero no el insulto y la denostación, como algunos personajes han querido que sea.
Los legisladores tienen en este impase la enorme responsabilidad de analizar y priorizar las necesidades de los municipios, los estados, el país, así como los diputados locales, gobernadores, presidentes municipales, regidores y servidores públicos en general, de ahí que sus retribuciones económicas (sueldos) sean dignas de la trascendencia de sus actos. Por eso, un personaje de estos, el que sea, que pierden la compostura, hacen que nuestra democracia se rebaje a niveles donde la ignorancia gana: de lo sublime a lo ridículo podría llamarse la escena.
Si bien la personalidad de cualquier humano es compleja, en el personaje público es exigible que tenga equilibrio, madurez, temple, en una palabra: inteligencia. Pero, muchas veces duele ser testigos de lo contrario, cubiertos con halos de corrupción y mostrando su verdadero yo. En el caso de la democracia representativa el voto elige, pero en el caso de los puestos directivos de los servidores públicos, llegan no necesariamente por mérito.
Desde que se reformaron las elecciones en nuestro país para que los procesos electorales fueran más profesionales y ciudadanizados, nuestra vida democrática cambió. Pero esto no es gratuito, son pasos históricos al menos desde 1990, cuando inició operaciones el IFE y dejó de operar la Comisión Federal Electoral, dependencia de la secretaría de Gobernación, que se encargaba de organizar las elecciones en México. Al defender su propuesta de presupuesto, el consejero presidente del INE Lorenzo Córdova, recibió insultos y múltiples interrupciones en su comparecencia, como si con gritos de “bájate el sueldo” fueran argumentos críticos de una propuesta. Parece que el “debate crítico e inteligente” no se ha comprendido y mucho menos el papel y la dignidad de un representante legislativo. Así, sí sale cara la democracia.
*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com
