/ sábado 12 de septiembre de 2020

Cuidado con idealizar a los héroes de la historia

Interpretar y analizar los hechos pasados es algo sumamente complejo; quizá esta ciencia social es la más subjetiva que ha existido y debemos ser muy cautelosos al emitir algún juicio de valor, esto con el fin de tener una mejor perspectiva de lo que sucede actualmente y así saber si se están cometiendo los mismos errores de hace décadas o siglos.

En una perspectiva general, se piensa que la historia es una narración de hechos, bajo un orden cronológico y con algún sentido ético, curiosamente ninguna historia oficial establece que hay algo malo en ella, es más, crea una veneración sobre los acontecimientos que dieron lugar a una realidad actual, un ejemplo de ello lo tenemos en la educación cubana, en la cual la figura de Castro es considerada una cuasi deidad, así como se ve en México a Hidalgo o Madero, pero al igual que nuestros hermanos caribeños, podemos estar equivocados o simplemente alejados de una concepción objetiva.

El gran error que se tiene es el anacronismo, es decir, analizar bajo la perspectiva actual los hechos pasados, como cuando se critica al Porfiriato por no tener democracia, cuando en ese entonces a muy pocos les importaban las elecciones y el poder se repartía entre los oligarcas, mediante unos comicios controlados, situación que no es muy distinta a la que vivimos hoy.

También vimos hace unos días la clausura de una agencia de Volkswagen, en la cual se mostraba una fotografía donde aparecía una ceremonia nazi, situación que fue evidenciada en la red, creando alguna inconformidad por algunos internautas, quizá demasiado ignorantes, para no saber que el famoso VW sedán fue una encargo hecho por el mismísimo Adolfo Hitler a Ferdinand Porsche. Son innegables las atrocidades del nacional socialismo, pero es absurdo querer borrar el origen de la armadora.

A veces escuchamos referencias a los denominados héroes, sin embargo, la historia mexicana tiene un gran defecto: el maniqueísmo, es decir, hacer una clasificación de buenos y malos, sin medias tintas, situación que hace cómodo “colgarse” de algún personaje, asumiendo que es un ejemplo a seguir, como quien justifica alguna conducta diciendo que Cristo hacía lo mismo.

Podemos mencionar actos negativos de quien sea, como la que cometió Hidalgo en la Alhóndiga de Granaditas, ordenando una auténtico genocidio en contra de mujeres y niños inocentes. También es innegable que nuestra historia es un relato de intereses particulares y luchas internas, sin noción ética ni proyecto de nación, así como sucede hoy en donde cada quien trabaja para sí, dejando de lado la construcción de un mejor país, precisamente porque México es, en palabras de Monsiváis, un as de fuerzas sociales, políticas y económicas unidas de mala manera. Hidalgo jamás tuvo la idea de un país independiente, es más, él gritaba “Viva Fernando VII”; liberales y conservadores vendieron al país con Estados Unidos y España respectivamente, importándoles solo sus intereses; y así podríamos mencionar a algunos políticos, a quienes les gustaría que hubiera un millón de muertos por covid, con tal de sacar provecho político.

También hay que mencionar que la idea de unidad nacional era muy pobre en el Siglo XIX y lo sigue siendo en el fondo, actualmente, así que antes de pensar que un personaje quería una mejor patria, hay que cuestionarnos a qué México se refería.

No podemos olvidar que todo país necesita honrar o crear a sus héroes, como figuras de alabanza o de culto sobre las cuales depositar un entusiasmo colectivo, esto es normal hasta cierto punto, pero en nuestro país vemos mentiras exageradas y lastimosamente se califican como villanos a los pocos que, mencionados con la debida cautela historiográfica, sí han querido crear una identidad y desarrollo nacional, como fue el caso de Maximiliano y Porfirio Díaz.

Este próximo 15 de septiembre, tengamos un momento de festejo y tranquilidad, aun con todas las circunstancias negativas que vivimos los mexicanos, no olvidemos guardar sana distancia y cuidar a la familia. Hasta la próxima semana.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

Interpretar y analizar los hechos pasados es algo sumamente complejo; quizá esta ciencia social es la más subjetiva que ha existido y debemos ser muy cautelosos al emitir algún juicio de valor, esto con el fin de tener una mejor perspectiva de lo que sucede actualmente y así saber si se están cometiendo los mismos errores de hace décadas o siglos.

En una perspectiva general, se piensa que la historia es una narración de hechos, bajo un orden cronológico y con algún sentido ético, curiosamente ninguna historia oficial establece que hay algo malo en ella, es más, crea una veneración sobre los acontecimientos que dieron lugar a una realidad actual, un ejemplo de ello lo tenemos en la educación cubana, en la cual la figura de Castro es considerada una cuasi deidad, así como se ve en México a Hidalgo o Madero, pero al igual que nuestros hermanos caribeños, podemos estar equivocados o simplemente alejados de una concepción objetiva.

El gran error que se tiene es el anacronismo, es decir, analizar bajo la perspectiva actual los hechos pasados, como cuando se critica al Porfiriato por no tener democracia, cuando en ese entonces a muy pocos les importaban las elecciones y el poder se repartía entre los oligarcas, mediante unos comicios controlados, situación que no es muy distinta a la que vivimos hoy.

También vimos hace unos días la clausura de una agencia de Volkswagen, en la cual se mostraba una fotografía donde aparecía una ceremonia nazi, situación que fue evidenciada en la red, creando alguna inconformidad por algunos internautas, quizá demasiado ignorantes, para no saber que el famoso VW sedán fue una encargo hecho por el mismísimo Adolfo Hitler a Ferdinand Porsche. Son innegables las atrocidades del nacional socialismo, pero es absurdo querer borrar el origen de la armadora.

A veces escuchamos referencias a los denominados héroes, sin embargo, la historia mexicana tiene un gran defecto: el maniqueísmo, es decir, hacer una clasificación de buenos y malos, sin medias tintas, situación que hace cómodo “colgarse” de algún personaje, asumiendo que es un ejemplo a seguir, como quien justifica alguna conducta diciendo que Cristo hacía lo mismo.

Podemos mencionar actos negativos de quien sea, como la que cometió Hidalgo en la Alhóndiga de Granaditas, ordenando una auténtico genocidio en contra de mujeres y niños inocentes. También es innegable que nuestra historia es un relato de intereses particulares y luchas internas, sin noción ética ni proyecto de nación, así como sucede hoy en donde cada quien trabaja para sí, dejando de lado la construcción de un mejor país, precisamente porque México es, en palabras de Monsiváis, un as de fuerzas sociales, políticas y económicas unidas de mala manera. Hidalgo jamás tuvo la idea de un país independiente, es más, él gritaba “Viva Fernando VII”; liberales y conservadores vendieron al país con Estados Unidos y España respectivamente, importándoles solo sus intereses; y así podríamos mencionar a algunos políticos, a quienes les gustaría que hubiera un millón de muertos por covid, con tal de sacar provecho político.

También hay que mencionar que la idea de unidad nacional era muy pobre en el Siglo XIX y lo sigue siendo en el fondo, actualmente, así que antes de pensar que un personaje quería una mejor patria, hay que cuestionarnos a qué México se refería.

No podemos olvidar que todo país necesita honrar o crear a sus héroes, como figuras de alabanza o de culto sobre las cuales depositar un entusiasmo colectivo, esto es normal hasta cierto punto, pero en nuestro país vemos mentiras exageradas y lastimosamente se califican como villanos a los pocos que, mencionados con la debida cautela historiográfica, sí han querido crear una identidad y desarrollo nacional, como fue el caso de Maximiliano y Porfirio Díaz.

Este próximo 15 de septiembre, tengamos un momento de festejo y tranquilidad, aun con todas las circunstancias negativas que vivimos los mexicanos, no olvidemos guardar sana distancia y cuidar a la familia. Hasta la próxima semana.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.