/ jueves 13 de enero de 2022

¿Dará EU la cara por Ucrania?

Aunque la Guerra Fría parece ser cosa del pasado, las acciones militares de Rusia nos hacen pensar en una intervención armada sin antecedente alguno, ya que precisamente el terreno en disputa está pegado a la tierra de Putin, situación que pone en gran tensión a esa región.


Cuando la Unión Soviética lideraba a los países integrantes del Pacto de Varsovia, parecía impensable que alguna potencia occidental se atreviese a situarse tan cerca del corazón ruso, después de tres décadas del régimen de la caída del régimen socialista, la amenaza es notable y las posibles consecuencias también.

Cuando la bandera de la hoz y el martillo fue retirada del Kremlin, parecía que las diferentes repúblicas que componían la URSS tendrían una buena relación y hasta solidaridad respecto a la Federación Rusa, situación que se dio durante años, sin embargo, esto fue disminuyendo.

También hay que mencionar la gran expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, al grado de admitir a países que se habían alineado al bando soviético durante la Guerra Fría, como es el caso de Polonia, Hungría o República Checa, pero nada tan cerca de Moscú como Ucrania, país que tiene la intención de afiliarse a la OTAN, cuya frontera pega directamente con un país históricamente antagónico a esa organización militar.

Desde luego que esto resulta inadmisible para el hombre fuerte de Rusia, Vladimir Putin, quien ha demostrado diversas ocasiones que no le tiembla la mano cuando se trata de defender a su país o en la lucha contra terroristas.

Tener pegado a un país leal a occidente, apoyado militarmente por EU y con el respaldo de toda esa coalición, representa un gran riesgo que seguramente los rusos no querrán correr.

Hoy en día hay una gran movilización de tanques y tropas en torno a la frontera ruso-ucraniana, situación que causa una gran tensión debido a la fuerza que innegablemente tiene el ejército de la estrella roja. Ahora hay que hacer la pregunta respecto hasta qué punto Estados Unidos llegará con tal de tener a Ucrania dentro de su club de amigos.

Pensar en una guerra nuclear es algo que considero muy alejado, el poder atómico no se ha usado en un ataque desde 1945, no porque algunos no hayan querido, sino porque las consecuencias son bien conocidas y es muy posible que quedara muy poco de este planeta después de una conflagración de esa naturaleza, pero sí puede haber una guerra convencional en la que muchos países tendrían que tomar bando, con lo cual el conflicto alcanzaría una dimensión mayor, con los riesgos y lamentables bajas que esto implica.

Considero que para Rusia sería más grave que su vecino se occidentalizara, respecto a que la OTAN fallara en su intento por afiliar a la ex república soviética, en ese sentido, Putin tendría que arriesgar más respecto a sus contrarios, lo cual debería hacer meditar a EU y sus aliados, porque quizá Ucrania no valga tanto como para arriesgarse a la ofensiva de las segundas fuerzas armadas del mundo.

Al final quizá tengan que consensuar las otrora dos grandes potencias y llegar a un acuerdo, como sucedió en la crisis de los misiles nucleares en Cuba, conflicto que dio como resultado la retirada de los cohetes soviéticos de la isla caribeña, pero también el quitar de proyectiles norteamericanos de Turquía.

Esperemos que esto acabe sin disparo alguno y este episodio sea uno más de todo el conjunto de conflictos que se han suscitado entre norteamericanos y rusos/soviéticos, los cuales seguirán existiendo de alguna y otra manera, situación que nos recuerda como los juegos de poder y la geopolítica solo se guían por el interés de las grandes potencias, recordando también que solo un país que se prepara para la guerra puede garantizar la paz, o al menos su paz.

Hasta la próxima.


Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.


Aunque la Guerra Fría parece ser cosa del pasado, las acciones militares de Rusia nos hacen pensar en una intervención armada sin antecedente alguno, ya que precisamente el terreno en disputa está pegado a la tierra de Putin, situación que pone en gran tensión a esa región.


Cuando la Unión Soviética lideraba a los países integrantes del Pacto de Varsovia, parecía impensable que alguna potencia occidental se atreviese a situarse tan cerca del corazón ruso, después de tres décadas del régimen de la caída del régimen socialista, la amenaza es notable y las posibles consecuencias también.

Cuando la bandera de la hoz y el martillo fue retirada del Kremlin, parecía que las diferentes repúblicas que componían la URSS tendrían una buena relación y hasta solidaridad respecto a la Federación Rusa, situación que se dio durante años, sin embargo, esto fue disminuyendo.

También hay que mencionar la gran expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, al grado de admitir a países que se habían alineado al bando soviético durante la Guerra Fría, como es el caso de Polonia, Hungría o República Checa, pero nada tan cerca de Moscú como Ucrania, país que tiene la intención de afiliarse a la OTAN, cuya frontera pega directamente con un país históricamente antagónico a esa organización militar.

Desde luego que esto resulta inadmisible para el hombre fuerte de Rusia, Vladimir Putin, quien ha demostrado diversas ocasiones que no le tiembla la mano cuando se trata de defender a su país o en la lucha contra terroristas.

Tener pegado a un país leal a occidente, apoyado militarmente por EU y con el respaldo de toda esa coalición, representa un gran riesgo que seguramente los rusos no querrán correr.

Hoy en día hay una gran movilización de tanques y tropas en torno a la frontera ruso-ucraniana, situación que causa una gran tensión debido a la fuerza que innegablemente tiene el ejército de la estrella roja. Ahora hay que hacer la pregunta respecto hasta qué punto Estados Unidos llegará con tal de tener a Ucrania dentro de su club de amigos.

Pensar en una guerra nuclear es algo que considero muy alejado, el poder atómico no se ha usado en un ataque desde 1945, no porque algunos no hayan querido, sino porque las consecuencias son bien conocidas y es muy posible que quedara muy poco de este planeta después de una conflagración de esa naturaleza, pero sí puede haber una guerra convencional en la que muchos países tendrían que tomar bando, con lo cual el conflicto alcanzaría una dimensión mayor, con los riesgos y lamentables bajas que esto implica.

Considero que para Rusia sería más grave que su vecino se occidentalizara, respecto a que la OTAN fallara en su intento por afiliar a la ex república soviética, en ese sentido, Putin tendría que arriesgar más respecto a sus contrarios, lo cual debería hacer meditar a EU y sus aliados, porque quizá Ucrania no valga tanto como para arriesgarse a la ofensiva de las segundas fuerzas armadas del mundo.

Al final quizá tengan que consensuar las otrora dos grandes potencias y llegar a un acuerdo, como sucedió en la crisis de los misiles nucleares en Cuba, conflicto que dio como resultado la retirada de los cohetes soviéticos de la isla caribeña, pero también el quitar de proyectiles norteamericanos de Turquía.

Esperemos que esto acabe sin disparo alguno y este episodio sea uno más de todo el conjunto de conflictos que se han suscitado entre norteamericanos y rusos/soviéticos, los cuales seguirán existiendo de alguna y otra manera, situación que nos recuerda como los juegos de poder y la geopolítica solo se guían por el interés de las grandes potencias, recordando también que solo un país que se prepara para la guerra puede garantizar la paz, o al menos su paz.

Hasta la próxima.


Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.