/ viernes 13 de septiembre de 2019

De baches y otras cosas

¿Cómo estás querida Puebla? Llena de baches y de basura, ¿verdad? Es triste verte así. Nos hemos acostumbrado a vivir y circular en tus calles, llenas de baches, de ruido y de basura. Y aunque no quiero establecer comparaciones, me veo obligado a hacerlo por las circunstancias. El fin de semana pasado estuve en la ciudad de Querétaro.

Al transitar por sus calles no encuentras basura ni grafitis en su centro histórico, ni humo de camiones, ni ruido estridente. Sus monumentos coloniales, sus mansiones, sus joyas arquitectónicas están perfectamente cuidadas y resguardadas, y al transitar por sus calles y avenidas te llama la atención -que no debería ser- que no hay un solo bache, habituados nosotros a irlos sorteando en nuestros caminos citadinos.

¿Qué es lo que pasa contigo, Puebla, en materia de pavimento? Ya nos acostumbramos, y no debe serlo, a vivir en medio de baches y zanjas en tus calles. Aquí he vivido toda mi vida y siempre ha sido lo mismo. Sólo en las administraciones de Moreno Valle y de Gali, dicho sea con verdad, se empezó a introducir el concreto en las principales avenidas y en el periférico, pero solo en esos lugares.

Con las lluvias es un verdadero desafío y peligro transitar. No hay automóvil en Puebla que no tenga problemas de suspensión o de llantas. El bacheo es ya una política pública, hasta te dan un número telefónico para reportar los hoyos en las calles. Recuerdo muy bien que existió un organismo llamado Junta de Mejoramiento Moral y Material del Estado, que prácticamente de lo único que se encargaba era de “bachear”. Así se hizo famosa la “junta de mejoras”, y desde luego muchos se beneficiaron con esa práctica cotidiana.

Y esto es verdad, la razón es ¡CORRUPCIÓN! El “bacheo” es un negocio multimillonario para las administraciones municipales, que destinan millones del presupuesto para bachear y bachear y seguir bacheando, y nunca terminan ni terminarán de hacerlo. Calcule usted, querido lector, ¿cuánto se ha gastado, por lo menos que yo recuerde, desde la administración municipal de Don Eduardo Cué Merlo, a quien le tocó el centenario de la batalla del 5 de mayo en 1962, hasta la actual de Claudia Rivera? ¡57 años!... y seguimos bacheando. ¿Qué no es tiempo ya de ponerle fin a esta inmoralidad y empezar a hacer las cosas bien? La modernidad y sobre todo el señorío de Puebla demandan una ciudad -no solo un centro histórico- digna y con pavimento de concreto, sin grafitis, sin basura, sin humo de camiones y ruido de bocinas y alto parlantes publicitarios. Dejemos de vivir en la mediocridad urbana.

Y algo más a propósito de vialidades, la lateral de la Recta a Cholula lleva meses arreglándose y no se le ve fin a la obra de pavimentación. Ya me imagino el calvario de los negocios y de las familias que ahí viven. Resulta en verdad patético ver a los trabajadores de la obra comiendo a las once de la mañana y trabajando a paso de tortuga en una obra que debió proyectarse en otra forma y con mayor celeridad, trabajando por las noches, para no inoportunar y conflictuar el tránsito de esta vialidad.

Pero parece que esto es normal. El ciudadano tiene que aguantar la desidia, la falta de planeación y el abuso de las autoridades. Nadie se queja y mucho menos ejerce sus derechos ante tribunales por los daños y perjuicios ocasionados. A los poblanos nos falta cultura cívica, y por ello muchas autoridades, sobre todo las municipales, abusan indiscriminadamente.

Gracias Puebla. Escúchame mañana a las 9 de la mañana en mi programa “CONVERSACIONES”, en ABC Radio, 12.80 de AM. Te recuerdo que “LO QUE CUESTA DINERO VALE POCO”

¿Cómo estás querida Puebla? Llena de baches y de basura, ¿verdad? Es triste verte así. Nos hemos acostumbrado a vivir y circular en tus calles, llenas de baches, de ruido y de basura. Y aunque no quiero establecer comparaciones, me veo obligado a hacerlo por las circunstancias. El fin de semana pasado estuve en la ciudad de Querétaro.

Al transitar por sus calles no encuentras basura ni grafitis en su centro histórico, ni humo de camiones, ni ruido estridente. Sus monumentos coloniales, sus mansiones, sus joyas arquitectónicas están perfectamente cuidadas y resguardadas, y al transitar por sus calles y avenidas te llama la atención -que no debería ser- que no hay un solo bache, habituados nosotros a irlos sorteando en nuestros caminos citadinos.

¿Qué es lo que pasa contigo, Puebla, en materia de pavimento? Ya nos acostumbramos, y no debe serlo, a vivir en medio de baches y zanjas en tus calles. Aquí he vivido toda mi vida y siempre ha sido lo mismo. Sólo en las administraciones de Moreno Valle y de Gali, dicho sea con verdad, se empezó a introducir el concreto en las principales avenidas y en el periférico, pero solo en esos lugares.

Con las lluvias es un verdadero desafío y peligro transitar. No hay automóvil en Puebla que no tenga problemas de suspensión o de llantas. El bacheo es ya una política pública, hasta te dan un número telefónico para reportar los hoyos en las calles. Recuerdo muy bien que existió un organismo llamado Junta de Mejoramiento Moral y Material del Estado, que prácticamente de lo único que se encargaba era de “bachear”. Así se hizo famosa la “junta de mejoras”, y desde luego muchos se beneficiaron con esa práctica cotidiana.

Y esto es verdad, la razón es ¡CORRUPCIÓN! El “bacheo” es un negocio multimillonario para las administraciones municipales, que destinan millones del presupuesto para bachear y bachear y seguir bacheando, y nunca terminan ni terminarán de hacerlo. Calcule usted, querido lector, ¿cuánto se ha gastado, por lo menos que yo recuerde, desde la administración municipal de Don Eduardo Cué Merlo, a quien le tocó el centenario de la batalla del 5 de mayo en 1962, hasta la actual de Claudia Rivera? ¡57 años!... y seguimos bacheando. ¿Qué no es tiempo ya de ponerle fin a esta inmoralidad y empezar a hacer las cosas bien? La modernidad y sobre todo el señorío de Puebla demandan una ciudad -no solo un centro histórico- digna y con pavimento de concreto, sin grafitis, sin basura, sin humo de camiones y ruido de bocinas y alto parlantes publicitarios. Dejemos de vivir en la mediocridad urbana.

Y algo más a propósito de vialidades, la lateral de la Recta a Cholula lleva meses arreglándose y no se le ve fin a la obra de pavimentación. Ya me imagino el calvario de los negocios y de las familias que ahí viven. Resulta en verdad patético ver a los trabajadores de la obra comiendo a las once de la mañana y trabajando a paso de tortuga en una obra que debió proyectarse en otra forma y con mayor celeridad, trabajando por las noches, para no inoportunar y conflictuar el tránsito de esta vialidad.

Pero parece que esto es normal. El ciudadano tiene que aguantar la desidia, la falta de planeación y el abuso de las autoridades. Nadie se queja y mucho menos ejerce sus derechos ante tribunales por los daños y perjuicios ocasionados. A los poblanos nos falta cultura cívica, y por ello muchas autoridades, sobre todo las municipales, abusan indiscriminadamente.

Gracias Puebla. Escúchame mañana a las 9 de la mañana en mi programa “CONVERSACIONES”, en ABC Radio, 12.80 de AM. Te recuerdo que “LO QUE CUESTA DINERO VALE POCO”