/ viernes 18 de marzo de 2022

Delitos cibernéticos, un reto más para el Estado mexicano

El crecimiento de los delitos financieros, representa una constante amenaza para particulares, empresarios y un innumerable número de empresas. Estos delitos son una forma de robo, estafa o manipulación de información con el fin de adquirir beneficios de forma fraudulenta e ilícita.

La incidencia delictiva se debe principalmente a que en la actualidad se cuenta con mayor conectividad y avance tecnológico, instrumento con él cual la delincuencia organizada incrementa nuevas opciones fraudulentas que, aunado al robo de identidad, les permite obtener datos personales y falsificar sus identidades, para actuar de manera rápida, vulnerando principalmente las tarjetas de débito y crédito, el cual parece ser un detonante imparable de la delincuencia.

Los datos estadísticos oficiales indican que los delincuentes financieros profesionales incrementan sus habilidades y sofisticación de manera acelerada, lo cual constituye uno de los más grandes retos para el gobierno y las instituciones financieras y en general para el Estado mexicano.

La Comisión Nacional de Seguridad de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), en febrero del 2021, contabilizo “al menos 15 millones de ataques cibernéticos, lo cual demuestra que este delito va en aumento a raíz de la pandemia por el Covid-19 en el que la población y las empresas han basado sus operaciones en las redes”.

Por su parte, “La Encuesta Nacional de Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señaló que usuarios de internet en México, cerca de 16 millones de personas, afirmaron que han sufrido algún tipo de acoso cibernético, 9 millones eran mujeres”.

A su vez, los datos publicados en la encuesta nacional de victimización y percepción sobre seguridad pública (ENVIPE) del INEGI, señala, durante el año 2020, se cometieron 27.6 millones de delitos asociados a 21.2 millones de víctimas; el de fraude representó el 19.3%, ubicándose en él 2do lugar, en este se incluyen los fraudes bancarios y al consumidor y; el de extorsión representó 16.9%, ubicado en el 3er lugar, siendo de mayor incidencia en el área rural.

Estimado lector, estas cifras son alarmantes, lo cual muestra que, ante este tipo de delitos, un gran número de habitantes en México hemos sido víctimas, han vulnerado nuestra economía y modificado nuestra forma de vida.

Sin embargo, debo destacar la atención que las instituciones bancarias brindan de manera oportuna cuando se denuncia un hecho como el de los delitos antes mencionados y, del cual recientemente he sido víctima. Particularmente de la atención pronta y oportuna que recibí de Citibanamex.

Lo cual no es casualidad, pues la CONDUSEF señala que, en el comportamiento bancario durante 2021, el 46% de los fraudes se cometieron a tarjetas de crédito y los consumos no reconocidos fueron del orden del 21%. Al respecto ubica a Citibanamex con el 54% como la primera institución bancaria de México, que resuelve de manera satisfactoria a favor del usuario.

Sin duda, la evolución tecnológica ha transformado a la sociedad y su forma de interactuar, da importantes beneficios, pero se han presentado amenazas provenientes de criminales cibernéticos, que pueden poner en riesgo la seguridad y el patrimonio personal, el de las instituciones y el sector gubernamental.

Razón por la cual, el Congreso de la Unión debe expedir leyes que combatan este tipo de delitos y trabajar de manera conjunta con instituciones bancarias y financieras, para que, con acciones y evaluación de riesgos, se establezcan políticas públicas, que permitan detectar, disuadir, investigar y sancionar estas actividades ilícitas.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com


El crecimiento de los delitos financieros, representa una constante amenaza para particulares, empresarios y un innumerable número de empresas. Estos delitos son una forma de robo, estafa o manipulación de información con el fin de adquirir beneficios de forma fraudulenta e ilícita.

La incidencia delictiva se debe principalmente a que en la actualidad se cuenta con mayor conectividad y avance tecnológico, instrumento con él cual la delincuencia organizada incrementa nuevas opciones fraudulentas que, aunado al robo de identidad, les permite obtener datos personales y falsificar sus identidades, para actuar de manera rápida, vulnerando principalmente las tarjetas de débito y crédito, el cual parece ser un detonante imparable de la delincuencia.

Los datos estadísticos oficiales indican que los delincuentes financieros profesionales incrementan sus habilidades y sofisticación de manera acelerada, lo cual constituye uno de los más grandes retos para el gobierno y las instituciones financieras y en general para el Estado mexicano.

La Comisión Nacional de Seguridad de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), en febrero del 2021, contabilizo “al menos 15 millones de ataques cibernéticos, lo cual demuestra que este delito va en aumento a raíz de la pandemia por el Covid-19 en el que la población y las empresas han basado sus operaciones en las redes”.

Por su parte, “La Encuesta Nacional de Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señaló que usuarios de internet en México, cerca de 16 millones de personas, afirmaron que han sufrido algún tipo de acoso cibernético, 9 millones eran mujeres”.

A su vez, los datos publicados en la encuesta nacional de victimización y percepción sobre seguridad pública (ENVIPE) del INEGI, señala, durante el año 2020, se cometieron 27.6 millones de delitos asociados a 21.2 millones de víctimas; el de fraude representó el 19.3%, ubicándose en él 2do lugar, en este se incluyen los fraudes bancarios y al consumidor y; el de extorsión representó 16.9%, ubicado en el 3er lugar, siendo de mayor incidencia en el área rural.

Estimado lector, estas cifras son alarmantes, lo cual muestra que, ante este tipo de delitos, un gran número de habitantes en México hemos sido víctimas, han vulnerado nuestra economía y modificado nuestra forma de vida.

Sin embargo, debo destacar la atención que las instituciones bancarias brindan de manera oportuna cuando se denuncia un hecho como el de los delitos antes mencionados y, del cual recientemente he sido víctima. Particularmente de la atención pronta y oportuna que recibí de Citibanamex.

Lo cual no es casualidad, pues la CONDUSEF señala que, en el comportamiento bancario durante 2021, el 46% de los fraudes se cometieron a tarjetas de crédito y los consumos no reconocidos fueron del orden del 21%. Al respecto ubica a Citibanamex con el 54% como la primera institución bancaria de México, que resuelve de manera satisfactoria a favor del usuario.

Sin duda, la evolución tecnológica ha transformado a la sociedad y su forma de interactuar, da importantes beneficios, pero se han presentado amenazas provenientes de criminales cibernéticos, que pueden poner en riesgo la seguridad y el patrimonio personal, el de las instituciones y el sector gubernamental.

Razón por la cual, el Congreso de la Unión debe expedir leyes que combatan este tipo de delitos y trabajar de manera conjunta con instituciones bancarias y financieras, para que, con acciones y evaluación de riesgos, se establezcan políticas públicas, que permitan detectar, disuadir, investigar y sancionar estas actividades ilícitas.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com