/ sábado 13 de julio de 2019

Día Mundial de las Habilidades de la Juventud

En diciembre de 2014, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución que declara el 15 de julio como el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud. El objetivo es lograr mejores condiciones socioeconómicas para los jóvenes como un medio de hacer frente a los problemas del desempleo.

La resolución expresa preocupación por el elevado número de jóvenes desempleados y reconoce que el fomento de la adquisición de habilidades por los jóvenes mejoraría su capacidad de tomar decisiones con conocimiento de causa en relación con la vida y el trabajo y los empoderaría de manera que puedan acceder al mercado laboral en evolución.

En la actualidad, el creciente desempleo juvenil es uno de los problemas más urgentes con el que se enfrentan las economías y sociedades, tanto de países desarrollados como en desarrollo. Asimismo, las encuestas de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) indican que tanto los empleadores como los jóvenes consideran que muchos graduados están insuficientemente preparados para el mundo laboral por lo que conseguir un trabajo decente representa un desafío considerable.

En nuestro país, según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), 19.7 millones de jóvenes tienen ingresos menores a la línea de bienestar económico (es decir 2 mil 542 pesos mensuales en las ciudades y mil 614 pesos al mes en el campo).

Esta condición convierte a los jóvenes en un sector altamente vulnerable pues se les percibe como amenaza para la cohesión social, excluyéndolos de espacios y oportunidades laborales o educativas, e impidiéndoles el reconocimiento pleno de sus derechos. Por ello, un alto número de jóvenes en el país se mantienen en la pobreza o no pueden ascender socialmente.

La comunidad internacional ha establecido la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la cual requiere un enfoque integrado del desarrollo, que no solo reconozca sino que establezca medidas para la erradicación de la pobreza, la lucha contra la desigualdad, la preservación del planeta, la promoción del crecimiento económico inclusivo y sostenible, el logro del empleo pleno y productivo y de un trabajo decente para todos.

La participación activa de los jóvenes en los esfuerzos de desarrollo sostenible es fundamental para lograr sociedades sostenibles, inclusivas y estables, así como para evitar las peores amenazas para el desarrollo sostenible, incluidos los impactos del cambio climático, el desempleo, la pobreza, la desigualdad de género, los conflictos y la migración.

La enseñanza y la formación son cruciales para cumplir la Agenda 2030. En la agenda Educación 2030 se presta gran atención al desarrollo de competencias técnicas y profesionales, específicamente en lo que se refiere al acceso a una enseñanza y formación técnica y profesional accesible y de calidad.

En este contexto, se espera que la enseñanza y formación técnica y profesional permita responder a múltiples demandas de naturaleza económica, social y ambiental ayudando a los jóvenes a desarrollar las competencias que necesitan para el empleo.

Es fundamental proporcionar la adquisición de competencias para mejorar sus capacidades, y que éstas se ajusten a las nuevas formas de empleo; garantizar que los jóvenes de todo el mundo tengan la oportunidad y las condiciones para acceder a empleos de calidad en economías que se están digitalizando con rapidez.

Se requiere a nivel global que los gobiernos realicen una inversión política, social y económica en los jóvenes que permita reducir la pobreza y elevar el empoderamiento de la juventud, mediante políticas públicas que contribuyan a su desarrollo y que cuenten con la supervisión y seguimiento que permitan determinar que cumplen con su objetivo.


monserrat.publicaciones@gmail.com


En diciembre de 2014, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución que declara el 15 de julio como el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud. El objetivo es lograr mejores condiciones socioeconómicas para los jóvenes como un medio de hacer frente a los problemas del desempleo.

La resolución expresa preocupación por el elevado número de jóvenes desempleados y reconoce que el fomento de la adquisición de habilidades por los jóvenes mejoraría su capacidad de tomar decisiones con conocimiento de causa en relación con la vida y el trabajo y los empoderaría de manera que puedan acceder al mercado laboral en evolución.

En la actualidad, el creciente desempleo juvenil es uno de los problemas más urgentes con el que se enfrentan las economías y sociedades, tanto de países desarrollados como en desarrollo. Asimismo, las encuestas de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) indican que tanto los empleadores como los jóvenes consideran que muchos graduados están insuficientemente preparados para el mundo laboral por lo que conseguir un trabajo decente representa un desafío considerable.

En nuestro país, según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), 19.7 millones de jóvenes tienen ingresos menores a la línea de bienestar económico (es decir 2 mil 542 pesos mensuales en las ciudades y mil 614 pesos al mes en el campo).

Esta condición convierte a los jóvenes en un sector altamente vulnerable pues se les percibe como amenaza para la cohesión social, excluyéndolos de espacios y oportunidades laborales o educativas, e impidiéndoles el reconocimiento pleno de sus derechos. Por ello, un alto número de jóvenes en el país se mantienen en la pobreza o no pueden ascender socialmente.

La comunidad internacional ha establecido la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la cual requiere un enfoque integrado del desarrollo, que no solo reconozca sino que establezca medidas para la erradicación de la pobreza, la lucha contra la desigualdad, la preservación del planeta, la promoción del crecimiento económico inclusivo y sostenible, el logro del empleo pleno y productivo y de un trabajo decente para todos.

La participación activa de los jóvenes en los esfuerzos de desarrollo sostenible es fundamental para lograr sociedades sostenibles, inclusivas y estables, así como para evitar las peores amenazas para el desarrollo sostenible, incluidos los impactos del cambio climático, el desempleo, la pobreza, la desigualdad de género, los conflictos y la migración.

La enseñanza y la formación son cruciales para cumplir la Agenda 2030. En la agenda Educación 2030 se presta gran atención al desarrollo de competencias técnicas y profesionales, específicamente en lo que se refiere al acceso a una enseñanza y formación técnica y profesional accesible y de calidad.

En este contexto, se espera que la enseñanza y formación técnica y profesional permita responder a múltiples demandas de naturaleza económica, social y ambiental ayudando a los jóvenes a desarrollar las competencias que necesitan para el empleo.

Es fundamental proporcionar la adquisición de competencias para mejorar sus capacidades, y que éstas se ajusten a las nuevas formas de empleo; garantizar que los jóvenes de todo el mundo tengan la oportunidad y las condiciones para acceder a empleos de calidad en economías que se están digitalizando con rapidez.

Se requiere a nivel global que los gobiernos realicen una inversión política, social y económica en los jóvenes que permita reducir la pobreza y elevar el empoderamiento de la juventud, mediante políticas públicas que contribuyan a su desarrollo y que cuenten con la supervisión y seguimiento que permitan determinar que cumplen con su objetivo.


monserrat.publicaciones@gmail.com