/ viernes 22 de abril de 2022

Diálogo vs polarización

El diálogo en la democracia representa el mejor instrumento para ejercer un buen gobierno que este consiente en la obtención de resultados que beneficien a la ciudadanía y, dejar de lado acusaciones estériles y sin fundamento las cuales contaminan a la sociedad, limitando su desarrollo.

Por ello, desde el poder ejecutivo, se debe estar consiente que cada mexicano tiene una visión de la realidad y del país que queremos; luego entonces pensar diferente no es traición, porque se actúa y se decide con base en conocimientos, experiencia, formación ética y académica. Por tanto, señalamientos como el de traición a la patria, pueden desencadenar una acción insalvable, que nos llevaría no solo a la descalificación, sino que orillaría a la violencia.

Y ante la propuesta de una reforma de gran calado (como la eléctrica), la gran mayoría de gobernantes han puesto sus propuestas en manos de operadores expertos, conocedores y competentes; para asegurar los votos necesarios, sin exponer o dejar mal parado al ejecutivo federal.

Pero al parecer, el sustento de la actual administración era la nacionalización de CFE, igual a la de 1960, donde la Constitución establecía que correspondían “exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación del servicio público.”

Sin embargo, la invencible alianza de morena y sus aliados, con el resultado de la iniciativa de la Reforma Eléctrica, mostro su fragilidad y, el escenario electoral se les complicó, ante el bloque opositor del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano. Resultado que impactara ahora en la discusión de las reformas que vendrán como la de la guardia nacional y la electoral.

Y tal vez la iniciativa de la Reforma Eléctrica como en muchas otras, la responsabilidad de la operación la decidía solo el presidente López Obrador, por su particular estilo de ejercer el poder; pero cuando el resultado no fuel el que esperaba, decidió culpa a sus opositores, tachándoles de conservadores, vendepatrias y ahora traidores de la nación.

Ante esta iniciativa de reforma constitucional, su apuesta era mayúscula, en primera instancia porque decidió dividir al PRI y en vez de negociar llamaba desde la tribuna de la mañanera a los legisladores priistas a revelarse en vez de realizar una negociación.

Claro es que, si esta apuesta le resultaba favorable, no solo habría obtenido esta reforma constitucional, sino con ello debilitar o incluso destruir al PRI y desactivar la alianza opositora conformada por el PAN - PRI - PRD.

Quienes ahora al haber debilitado a López Obrador en la Cámara de Diputados, incrementan la posibilidad de obtener mejores resultados en las elecciones estatales, para definir una ruta sólida rumbo a las elecciones del 2024.

Por ello, ante este escenario, morena, arreciara sus ataques, pues ahora más que antes el objetivo se centrará en desacreditar de manera permanente al bloque opositor; el cual mostró una total cohesión y, por el bien de todos, esperemos que resista incluso los embates del ejecutivo federal, para frenar el deterioro del país.

Los mexicanos hemos esperado desde el inicio de la presente administración federal, resultados tangibles, que permitieran resolver los graves problemas nacionales, como la crisis económica, la inflación, la desbordada violencia e inseguridad pública; la reestructuración del colapsado sistema de salud pública, frenar la ofensiva y desmedida corrupción, tan solo por citar algunos.

Sin duda, lo que el país requiere, es la concurrencia y participación de todos los mexicanos y de sus sectores productivos, revitalizar la inversión privada; pues el regreso al pasado solo hará crecer la pobreza, provocará mayor deterioro y debilitará el crecimiento económico de nuestro país.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com


El diálogo en la democracia representa el mejor instrumento para ejercer un buen gobierno que este consiente en la obtención de resultados que beneficien a la ciudadanía y, dejar de lado acusaciones estériles y sin fundamento las cuales contaminan a la sociedad, limitando su desarrollo.

Por ello, desde el poder ejecutivo, se debe estar consiente que cada mexicano tiene una visión de la realidad y del país que queremos; luego entonces pensar diferente no es traición, porque se actúa y se decide con base en conocimientos, experiencia, formación ética y académica. Por tanto, señalamientos como el de traición a la patria, pueden desencadenar una acción insalvable, que nos llevaría no solo a la descalificación, sino que orillaría a la violencia.

Y ante la propuesta de una reforma de gran calado (como la eléctrica), la gran mayoría de gobernantes han puesto sus propuestas en manos de operadores expertos, conocedores y competentes; para asegurar los votos necesarios, sin exponer o dejar mal parado al ejecutivo federal.

Pero al parecer, el sustento de la actual administración era la nacionalización de CFE, igual a la de 1960, donde la Constitución establecía que correspondían “exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación del servicio público.”

Sin embargo, la invencible alianza de morena y sus aliados, con el resultado de la iniciativa de la Reforma Eléctrica, mostro su fragilidad y, el escenario electoral se les complicó, ante el bloque opositor del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano. Resultado que impactara ahora en la discusión de las reformas que vendrán como la de la guardia nacional y la electoral.

Y tal vez la iniciativa de la Reforma Eléctrica como en muchas otras, la responsabilidad de la operación la decidía solo el presidente López Obrador, por su particular estilo de ejercer el poder; pero cuando el resultado no fuel el que esperaba, decidió culpa a sus opositores, tachándoles de conservadores, vendepatrias y ahora traidores de la nación.

Ante esta iniciativa de reforma constitucional, su apuesta era mayúscula, en primera instancia porque decidió dividir al PRI y en vez de negociar llamaba desde la tribuna de la mañanera a los legisladores priistas a revelarse en vez de realizar una negociación.

Claro es que, si esta apuesta le resultaba favorable, no solo habría obtenido esta reforma constitucional, sino con ello debilitar o incluso destruir al PRI y desactivar la alianza opositora conformada por el PAN - PRI - PRD.

Quienes ahora al haber debilitado a López Obrador en la Cámara de Diputados, incrementan la posibilidad de obtener mejores resultados en las elecciones estatales, para definir una ruta sólida rumbo a las elecciones del 2024.

Por ello, ante este escenario, morena, arreciara sus ataques, pues ahora más que antes el objetivo se centrará en desacreditar de manera permanente al bloque opositor; el cual mostró una total cohesión y, por el bien de todos, esperemos que resista incluso los embates del ejecutivo federal, para frenar el deterioro del país.

Los mexicanos hemos esperado desde el inicio de la presente administración federal, resultados tangibles, que permitieran resolver los graves problemas nacionales, como la crisis económica, la inflación, la desbordada violencia e inseguridad pública; la reestructuración del colapsado sistema de salud pública, frenar la ofensiva y desmedida corrupción, tan solo por citar algunos.

Sin duda, lo que el país requiere, es la concurrencia y participación de todos los mexicanos y de sus sectores productivos, revitalizar la inversión privada; pues el regreso al pasado solo hará crecer la pobreza, provocará mayor deterioro y debilitará el crecimiento económico de nuestro país.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com