El agarrón registrado el fin de semana entre morenistas en donde el diputado Fernando Sanchez habría recibido un puñetazo de parte de apasionados extremos, es el resultado de las visiones distintas que existen al interior de la 4T poblana y que podría ser un factor de desunión de cara al 2024. Mientras unos decidieron aprobar el aumento al precio del agua potable como una acción responsable a corto, mediano y largo plazo, otros vieron que esa aprobación es un contrasentido a la filosofía de la cuarta transformación.
Los ánimos se calentaron cuando militantes de Morena recriminaron a los legisladores de su propio partido por haber votado a favor del aumento de las tarifas del agua. Pese a los llamados al orden y la civilidad, los morenos andaban encarrilados y su coraje les cegó la razón al grado de protagonizar el bochornoso acto que sólo mostró las visiones opuestas que existen en el partido lopezobradorista.
¿Qué dirá el presidente AMLO ahora que se entere que en Puebla se aprobó el aumento a las tarifas del agua? ¿Estará de acuerdo? ¿Qué pensará el presidente del agarrón entre militantes de su partido en donde las diferencias están fundadas entre lo que algunos creen que debería ser la cuarta transformación, pero que con la citada decisión de aumentar precios, ven un contrasentido? Ya se sabrá oportunamente la reacción.
A propósito del aumento al agua potable a propuesta del Soapap (órgano dependiente del gobierno de Puebla) pese a ser una idea anti popular y que va contra la lógica política de la 4T, al final la decisión fue palomeada y ya nadie chistó.
En medio de los momentos más críticos en materia económica, los aumentos a un servicio tan básico como el agua potable es un riesgo que ha decidido correr la 4T camotera y quiso que sea en 2022 y no en las elecciones del 2024, quizá para esa fecha la herida a las carteras ya haya cicatrizado.
La decisión de aumentar los precios conforme a los índices inflacionarios puede tener una lógica futurista bien razonada, pero también fue la más fácil y por lo tanto se le seguirá cargando la mano a los que siempre pagan. La posibilidad de disparar los ingresos del agua potable sin aumentar los precios era incrementando la base de cobro, hacer que los evasores paguen; pero la falta de una estrategia encaminada a ello hoy llevó a que se aprobara ajustar los precios a la alza, ni modo.
¿Qué hubiera pasado si ese mismo aumento hubiera sido aprobado en tiempos de gobiernos del PRI o del PAN? Seguro que la “izquierda” poblana estaría colgada de la lámpara recriminando la decisión ¿A poco no?
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