/ jueves 8 de agosto de 2019

Dilema azul

El Partido Acción Nacional en la capital y en otros municipios de Puebla tiene un dilema: elegir a sus nuevos dirigentes a través del método democrático de las asambleas o bien, seguir la opción de la designación directa que ha marcado los últimos 10 años al partido y que ha sido interpretado como el yugo de la imposición o dedazo de una era que ya no existe.

Hoy los panistas tienen la oportunidad de revivir un sistema de debate y apasionamiento democrático que dejaron de ejercer hace años, pero también hay posibilidades de impulsar “candidaturas de unidad” que muchos entienden como la tentación de querer seguir dejando el control del partido en manos de la cúpula, de los tlatloanis azules y no en las bases del partido.

En tanto en la capital, la caja de resonancia, hay dos proyectos; uno encabezado por Jesús Zaldívar Benavides a quien han comenzado a distinguirlo como el elegido de los grupos mayoritarios, de los amos y señoríos del partido y el otro, el de Eduardo Alcántara Montiel que es visto como un cuadro valioso por su conocimiento y colmillo como operador, pero al que también le observan carácter rebelde con poco margen para moverlo o manipularlo al gusto de los amos del PAN.

A Jesús, dicen, lo apadrinan varios panistas de abolengo que además son militantes que tienen puesto su interés en candidaturas en 2021. Las lenguas de doble filo afirman que es el candidato de Eduardo Rivera, de Mario Riestra, Jorge Aguilar, Pablo Rodríguez y otros más.

De Eduardo Alcántara también hay supuestos que divulgan que rompió con su tocayo y amigo el ex alcalde Lalo Rivera, y que hasta sería el caballo de Troya para reventar la elección interna y seguir debilitando al partido.

Dilema azul II

Zaldívar ha ofrecido unir al partido porque dice que todos caben. Ha pedido a los militantes que antes de pensar en elecciones es necesario lograr unidad y hacer a un lado etiquetas porque ello sólo les divide. Su bandera es regresar al origen del PAN y por sí fuera poco dice que no es candidato de nadie.

Alcántara sostiene que la elección de la dirigencia no es una disputa interna sino una oportunidad de democratización del partido. Ha dicho que para algunos militantes es difícil afrontar la libertad y democracia interna porque estaban acostumbrados a obedecer. El aspirante a dirigente dijo que hay militantes que nunca han participado en una asamblea y no saben cómo son. Dice que para ganar afuera primero hay que ganar adentro y eso es con elección libre y sin acuerdos entre con los jerarcas sino con los militantes.

Lo cierto es que independientemente de los intereses a los que realmente respondan cada candidato, hoy el PAN -después de muchos años de haber estado sujeto a los designios de su líder máximo que hoy ya no está- podría revivir aquellas añoradas asambleas en las que las planillas se la rajaban en el debate, en las porras, en el trabajo de convencimiento de delegados y negociación para que al final quien ganaba le tendía la mano al otro y así cerraban el trenzón.

Pronto veremos que camino eligieron. De aprobarse que cada uno de los aspirante a la dirigencia municipal del PAN en Puebla, sino hay trabas o descalificaciones previas que dejen afuera a alguno de los contendientes; será el próximo domingo 25 de agosto cuando los militantes irán a esas memorables asambleas panistas de sus años mozos.

Como es costumbre, le recuerdo que tenemos abierto el changarro las 24 horas. Si quiere compartir chismes, ocurrencias y uno que otro tip, siempre son bienvenidos en Twitter @ferabrajan1 y en fabrajan@hotmail.com

El Partido Acción Nacional en la capital y en otros municipios de Puebla tiene un dilema: elegir a sus nuevos dirigentes a través del método democrático de las asambleas o bien, seguir la opción de la designación directa que ha marcado los últimos 10 años al partido y que ha sido interpretado como el yugo de la imposición o dedazo de una era que ya no existe.

Hoy los panistas tienen la oportunidad de revivir un sistema de debate y apasionamiento democrático que dejaron de ejercer hace años, pero también hay posibilidades de impulsar “candidaturas de unidad” que muchos entienden como la tentación de querer seguir dejando el control del partido en manos de la cúpula, de los tlatloanis azules y no en las bases del partido.

En tanto en la capital, la caja de resonancia, hay dos proyectos; uno encabezado por Jesús Zaldívar Benavides a quien han comenzado a distinguirlo como el elegido de los grupos mayoritarios, de los amos y señoríos del partido y el otro, el de Eduardo Alcántara Montiel que es visto como un cuadro valioso por su conocimiento y colmillo como operador, pero al que también le observan carácter rebelde con poco margen para moverlo o manipularlo al gusto de los amos del PAN.

A Jesús, dicen, lo apadrinan varios panistas de abolengo que además son militantes que tienen puesto su interés en candidaturas en 2021. Las lenguas de doble filo afirman que es el candidato de Eduardo Rivera, de Mario Riestra, Jorge Aguilar, Pablo Rodríguez y otros más.

De Eduardo Alcántara también hay supuestos que divulgan que rompió con su tocayo y amigo el ex alcalde Lalo Rivera, y que hasta sería el caballo de Troya para reventar la elección interna y seguir debilitando al partido.

Dilema azul II

Zaldívar ha ofrecido unir al partido porque dice que todos caben. Ha pedido a los militantes que antes de pensar en elecciones es necesario lograr unidad y hacer a un lado etiquetas porque ello sólo les divide. Su bandera es regresar al origen del PAN y por sí fuera poco dice que no es candidato de nadie.

Alcántara sostiene que la elección de la dirigencia no es una disputa interna sino una oportunidad de democratización del partido. Ha dicho que para algunos militantes es difícil afrontar la libertad y democracia interna porque estaban acostumbrados a obedecer. El aspirante a dirigente dijo que hay militantes que nunca han participado en una asamblea y no saben cómo son. Dice que para ganar afuera primero hay que ganar adentro y eso es con elección libre y sin acuerdos entre con los jerarcas sino con los militantes.

Lo cierto es que independientemente de los intereses a los que realmente respondan cada candidato, hoy el PAN -después de muchos años de haber estado sujeto a los designios de su líder máximo que hoy ya no está- podría revivir aquellas añoradas asambleas en las que las planillas se la rajaban en el debate, en las porras, en el trabajo de convencimiento de delegados y negociación para que al final quien ganaba le tendía la mano al otro y así cerraban el trenzón.

Pronto veremos que camino eligieron. De aprobarse que cada uno de los aspirante a la dirigencia municipal del PAN en Puebla, sino hay trabas o descalificaciones previas que dejen afuera a alguno de los contendientes; será el próximo domingo 25 de agosto cuando los militantes irán a esas memorables asambleas panistas de sus años mozos.

Como es costumbre, le recuerdo que tenemos abierto el changarro las 24 horas. Si quiere compartir chismes, ocurrencias y uno que otro tip, siempre son bienvenidos en Twitter @ferabrajan1 y en fabrajan@hotmail.com