/ domingo 17 de noviembre de 2019

Discurriendo sobre mareas y tormentas políticas

“Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo.”

Jorge Ruiz de Santayana

Sería bueno hacer un cuadro comparativo (ya no me dio tiempo) acerca de la alternancia del poder en América Latina, de los últimos setenta años. Y es que, hablando de política con otros (¡qué bueno!) en la familia, amigos, viajes, etc., aseguran que nunca la región (Latinoamérica) había estado tan convulsionada. Sostengo que es una constante hitórica de las últimas seis o siete décadas.

Fueron tiempos en que los gobiernos eran más proclives a la derecha oligarca con dictaduras militares pro estadounidense. Por lo que se generaron movimientos sociales que luchaban por la dignidad humana en beneficio –sobre todo- de los obreros y campesinos, procurando que llegara a gobernar la izquierda. Aquel entonces las hostilidades eran más crudas, aunque se tropicalizaban los movimientos.


En el fondo de las luchas sociales se gestaban las revoluciones. Proliferaban las organizaciones revolucionarias -incluso armadas- generando guerrillas que se oponían a los gobiernos dictatoriales de derecha. Por eso había una relación directa entre los movimientos sociales progresistas y los partidos de izquierda donde unos eran más radicales que otros y otros más dialécticos.


Los radicales estaban ligados al pensamiento maoísta, stalinista, o trotskistas, porque estos personales (Mao Tse-tung; Joseph Stalin, León Trotski) vieron que la única forma de lograr el poder era mediante las armas. Así, los dirigentes de estos movimientos sociales revolucionarios pensaban que debía ser igual.


Enumero sólo algunos de estos movimientos para dejar evidencia. En Brasil, el Comando de Liberación Nacional en la década de los 60’s. Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fue un grupo guerrillero peruano de los años 1960. Los montoneros de Argentina, era la resistencia contra la dictadura (1966-1973). El Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) de El Salvador, formado en 1972 posteriormente forma parte del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). El movimiento insurgente colombiano Movimiento 19 de Abril (M-19 desde 1990). El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) es un partido político de Nicaragua, fundado en su origen como una organización política-militar en 1961.


Hay otros movimientos, pero el más importante y que logró un gran resultado revolucionario, de acuerdo a sus propósitos, fue el Movimiento 26 de Julio encabezado por Fidel Castro (1959) que inspiró a otros movimientos. Con el tiempo, ya en el poder lograron un pensamiento más dialéctico que radical.


Aunque sean sólo algunos mencionados, casi todos estos movimientos entraron a la dinámica de la apuesta democrática. Es decir, dejar las guerrillas para llegar y administrar el poder por las vías electores y sí, resultaron triunfadores, pero (aunque no lo crea, probadas las mieles prometidas) volvieron al poder -por las mismas vías- los partidos conservadores.


El caso es que han pasado entre cincuenta y sesenta años (sin aludir mucho más atrás), y aún siguen las luchas por el poder político porque siguen sin resolverse las grandes necesidades estructurales de toda América Latina.


Ahora sí, miren lo que acontece; sigue habiendo alternancias cívicas y drásticas. Esto obedece a que continúan los gobiernos negligentes de izquierda y de derecha.


¿Qué me dice esto? Que la gente, en su mayoría no cree en las ideologías. Que votan (cuando se les acepta el voto) contra los que gobiernan porque actúan diferentes una vez en el gobierno. ¿Le suena?


*Consultor y Asesor en Comunicación Política y Organizacional; jdelrsf@gmail.com; Twitter: @jdelrsf

“Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo.”

Jorge Ruiz de Santayana

Sería bueno hacer un cuadro comparativo (ya no me dio tiempo) acerca de la alternancia del poder en América Latina, de los últimos setenta años. Y es que, hablando de política con otros (¡qué bueno!) en la familia, amigos, viajes, etc., aseguran que nunca la región (Latinoamérica) había estado tan convulsionada. Sostengo que es una constante hitórica de las últimas seis o siete décadas.

Fueron tiempos en que los gobiernos eran más proclives a la derecha oligarca con dictaduras militares pro estadounidense. Por lo que se generaron movimientos sociales que luchaban por la dignidad humana en beneficio –sobre todo- de los obreros y campesinos, procurando que llegara a gobernar la izquierda. Aquel entonces las hostilidades eran más crudas, aunque se tropicalizaban los movimientos.


En el fondo de las luchas sociales se gestaban las revoluciones. Proliferaban las organizaciones revolucionarias -incluso armadas- generando guerrillas que se oponían a los gobiernos dictatoriales de derecha. Por eso había una relación directa entre los movimientos sociales progresistas y los partidos de izquierda donde unos eran más radicales que otros y otros más dialécticos.


Los radicales estaban ligados al pensamiento maoísta, stalinista, o trotskistas, porque estos personales (Mao Tse-tung; Joseph Stalin, León Trotski) vieron que la única forma de lograr el poder era mediante las armas. Así, los dirigentes de estos movimientos sociales revolucionarios pensaban que debía ser igual.


Enumero sólo algunos de estos movimientos para dejar evidencia. En Brasil, el Comando de Liberación Nacional en la década de los 60’s. Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fue un grupo guerrillero peruano de los años 1960. Los montoneros de Argentina, era la resistencia contra la dictadura (1966-1973). El Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) de El Salvador, formado en 1972 posteriormente forma parte del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). El movimiento insurgente colombiano Movimiento 19 de Abril (M-19 desde 1990). El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) es un partido político de Nicaragua, fundado en su origen como una organización política-militar en 1961.


Hay otros movimientos, pero el más importante y que logró un gran resultado revolucionario, de acuerdo a sus propósitos, fue el Movimiento 26 de Julio encabezado por Fidel Castro (1959) que inspiró a otros movimientos. Con el tiempo, ya en el poder lograron un pensamiento más dialéctico que radical.


Aunque sean sólo algunos mencionados, casi todos estos movimientos entraron a la dinámica de la apuesta democrática. Es decir, dejar las guerrillas para llegar y administrar el poder por las vías electores y sí, resultaron triunfadores, pero (aunque no lo crea, probadas las mieles prometidas) volvieron al poder -por las mismas vías- los partidos conservadores.


El caso es que han pasado entre cincuenta y sesenta años (sin aludir mucho más atrás), y aún siguen las luchas por el poder político porque siguen sin resolverse las grandes necesidades estructurales de toda América Latina.


Ahora sí, miren lo que acontece; sigue habiendo alternancias cívicas y drásticas. Esto obedece a que continúan los gobiernos negligentes de izquierda y de derecha.


¿Qué me dice esto? Que la gente, en su mayoría no cree en las ideologías. Que votan (cuando se les acepta el voto) contra los que gobiernan porque actúan diferentes una vez en el gobierno. ¿Le suena?


*Consultor y Asesor en Comunicación Política y Organizacional; jdelrsf@gmail.com; Twitter: @jdelrsf