/ miércoles 3 de abril de 2019

¿Doger como relevo de Cárdenas?

¿Enrique Doger Guerrero como relevo de Enrique Cárdenas Sánchez?

¿Un ex rector por otro en la elección extraordinaria de gobernador, como abanderado de los partidos PAN, PRD y Movimiento Ciudadano?

Esos fueron cuestionamientos que rondaron entre integrantes de la clase política local después de que trascendiera la reunión que sostuvieron los panistas Genoveva Huerta Villegas y Jorge Aguilar Chedraui con el ex abanderado a gobernador del PRI.

El lunes, la presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN subió a redes sociales una fotografía en la que aparecía con los dos personajes, acompañada de un texto en el que expresaba lo siguiente: “Agradable encuentro con mi amigo @EnriqueDogerG_ y @AguilarChedraui.”

En la imagen aparecían los tres políticos, sentados alrededor de la mesa de un restaurante no identificado.

Las reacciones de los observadores fueron en su mayoría en una sola vía.

Dada la identidad del priista y sus antecedentes como candidato en 2018 y aspirante a gobernador en 2019, se pensó, se creyó y se dijo que el PAN estaba planteándose la seria posibilidad de cambiar de abanderado en el recién comenzado proceso electoral.

Las especulaciones tuvieron sentido y llegaron como efecto colateral de lo mostrado por el ex rector de la UDLAP en su famélico arranque de campaña.

Una candidatura débil obligaba al PAN y sus partidos aliados a buscar un sustituto, razonaron los observadores, y Doger, en apariencia peleado con Luis Miguel Barbosa Huerta y el PRI, era el indicado, concluyeron.

En otro contexto, con un candidato a gobernador competitivo y prometedor, la reacción lógica del respetable habría sido pensar que esa charla de café tuvo como único propósito conseguir la adhesión de Doger Guerrero a la campaña.

Esto último es más cercano a la realidad.

Genoveva Huerta y Jorge Aguilar no buscaron al ex rector de la BUAP y ex presidente municipal de Puebla para ofrecerle la candidatura de Cárdenas.

Los panistas le pidieron, en efecto, que se sumara a la campaña, a cambio de tomarlo en cuenta para futuras contiendas electorales como eventual abanderado del blanquiazul.

La dirigente tiene la encomienda, dictada desde el Comité Ejecutivo Nacional, de trabajar desde ahora con liderazgos internos y externos para preparar al partido con miras a los comicios intermedios de 2021.

Los líderes del panismo le recomendaron platicar sobre ello y concretar acuerdos con tres perfiles internos: Eduardo Rivera Pérez, Mario Riestra Piña y el propio Aguilar Chedraui.

En lo externo le sugirieron entrevistarse con Doger, a quien miran con expectación después de su rompimiento público y estruendoso con el PRI.

Así de claro.

Si quisiera, Doger Guerrero podría brincar en este momento del partido tricolor al blanquiazul.

El ex rector de la BUAP no dio el sí, pero tampoco respondió que no.

Dejó con la duda a sus interlocutores y con el compromiso de volverlos a ver en un futuro cercano.

Ante la adversidad electoral, los dirigentes del panismo parecen haber optado por guardar las armas para una mejor ocasión y trabajar, esta vez, solo por la supervivencia.

GUERRA SUCIA CONTRA BARBOSA

Luis Miguel Barbosa Huerta fue víctima de una andanada tuitera, injustificada, tras publicar una imagen en la que llamaba a los poblanos a la unidad y reconciliación como vías para conseguir la paz.

El candidato a gobernador de Morena acompañó el tuit con una fotografía en la que abrazaba a una mujer a la que no se le veía el rostro, sino solo el cabello, por detrás.

Este hecho bastó para que el panista (o priista, ya no se sabe) Javier Lozano Alarcón diera inicio a una cascada de descalificaciones en contra de Barbosa, por considerar que el morenista había pretendido simular que estrechaba a Martha Erika Alonso Hidalgo, y que se valía de su muerte para hacer proselitismo.

En ese tono, la acusación de Lozano, seguida de un ejército de bots, pareció justificada.

Pero no lo fue.

La mujer no era Martha Erika.

Su cabello teñido de café castaño no era ni remotamente parecido al rubio de la gobernadora fallecida.

Las críticas obligaron, sin embargo, a responder.

Por la noche, Barbosa volvió a subir un mensaje en la red social Twitter.

Ahí aclaró y demostró que quien aparecía en la foto, con él, era Kennya Martínez Ortega, una simpatizante del partido a la que había abrazado durante un mitin.

Así desenmascaró a los mentirosos que le hicieron guerra sucia.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

¿Enrique Doger Guerrero como relevo de Enrique Cárdenas Sánchez?

¿Un ex rector por otro en la elección extraordinaria de gobernador, como abanderado de los partidos PAN, PRD y Movimiento Ciudadano?

Esos fueron cuestionamientos que rondaron entre integrantes de la clase política local después de que trascendiera la reunión que sostuvieron los panistas Genoveva Huerta Villegas y Jorge Aguilar Chedraui con el ex abanderado a gobernador del PRI.

El lunes, la presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN subió a redes sociales una fotografía en la que aparecía con los dos personajes, acompañada de un texto en el que expresaba lo siguiente: “Agradable encuentro con mi amigo @EnriqueDogerG_ y @AguilarChedraui.”

En la imagen aparecían los tres políticos, sentados alrededor de la mesa de un restaurante no identificado.

Las reacciones de los observadores fueron en su mayoría en una sola vía.

Dada la identidad del priista y sus antecedentes como candidato en 2018 y aspirante a gobernador en 2019, se pensó, se creyó y se dijo que el PAN estaba planteándose la seria posibilidad de cambiar de abanderado en el recién comenzado proceso electoral.

Las especulaciones tuvieron sentido y llegaron como efecto colateral de lo mostrado por el ex rector de la UDLAP en su famélico arranque de campaña.

Una candidatura débil obligaba al PAN y sus partidos aliados a buscar un sustituto, razonaron los observadores, y Doger, en apariencia peleado con Luis Miguel Barbosa Huerta y el PRI, era el indicado, concluyeron.

En otro contexto, con un candidato a gobernador competitivo y prometedor, la reacción lógica del respetable habría sido pensar que esa charla de café tuvo como único propósito conseguir la adhesión de Doger Guerrero a la campaña.

Esto último es más cercano a la realidad.

Genoveva Huerta y Jorge Aguilar no buscaron al ex rector de la BUAP y ex presidente municipal de Puebla para ofrecerle la candidatura de Cárdenas.

Los panistas le pidieron, en efecto, que se sumara a la campaña, a cambio de tomarlo en cuenta para futuras contiendas electorales como eventual abanderado del blanquiazul.

La dirigente tiene la encomienda, dictada desde el Comité Ejecutivo Nacional, de trabajar desde ahora con liderazgos internos y externos para preparar al partido con miras a los comicios intermedios de 2021.

Los líderes del panismo le recomendaron platicar sobre ello y concretar acuerdos con tres perfiles internos: Eduardo Rivera Pérez, Mario Riestra Piña y el propio Aguilar Chedraui.

En lo externo le sugirieron entrevistarse con Doger, a quien miran con expectación después de su rompimiento público y estruendoso con el PRI.

Así de claro.

Si quisiera, Doger Guerrero podría brincar en este momento del partido tricolor al blanquiazul.

El ex rector de la BUAP no dio el sí, pero tampoco respondió que no.

Dejó con la duda a sus interlocutores y con el compromiso de volverlos a ver en un futuro cercano.

Ante la adversidad electoral, los dirigentes del panismo parecen haber optado por guardar las armas para una mejor ocasión y trabajar, esta vez, solo por la supervivencia.

GUERRA SUCIA CONTRA BARBOSA

Luis Miguel Barbosa Huerta fue víctima de una andanada tuitera, injustificada, tras publicar una imagen en la que llamaba a los poblanos a la unidad y reconciliación como vías para conseguir la paz.

El candidato a gobernador de Morena acompañó el tuit con una fotografía en la que abrazaba a una mujer a la que no se le veía el rostro, sino solo el cabello, por detrás.

Este hecho bastó para que el panista (o priista, ya no se sabe) Javier Lozano Alarcón diera inicio a una cascada de descalificaciones en contra de Barbosa, por considerar que el morenista había pretendido simular que estrechaba a Martha Erika Alonso Hidalgo, y que se valía de su muerte para hacer proselitismo.

En ese tono, la acusación de Lozano, seguida de un ejército de bots, pareció justificada.

Pero no lo fue.

La mujer no era Martha Erika.

Su cabello teñido de café castaño no era ni remotamente parecido al rubio de la gobernadora fallecida.

Las críticas obligaron, sin embargo, a responder.

Por la noche, Barbosa volvió a subir un mensaje en la red social Twitter.

Ahí aclaró y demostró que quien aparecía en la foto, con él, era Kennya Martínez Ortega, una simpatizante del partido a la que había abrazado durante un mitin.

Así desenmascaró a los mentirosos que le hicieron guerra sucia.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx