/ viernes 29 de julio de 2022

Educación de calidad, motor del desarrollo social

Durante los últimos tiempos hemos sido testigos de un cambio evolutivo y por demás vertiginoso en todos los sentidos, esta misma dinámica de desarrollo nos está llevando a vivir el cambio climático, que pone en riesgo diversas regiones del planeta y a diversas especies incluida la humana.

Sin embargo, no debemos olvidar que el progreso de la humanidad tiene como principal eje de sustento y desarrollo a su sistema educativo y, su confiabilidad debe sustentarse en la mejora continua, con procesos de evaluación e instrumentos que apoyen la toma de decisiones, permitan la transparencia y rendición de cuentas; acciones que servirán para construir políticas públicas educativas que mejoren la eficiencia en los servicios y la calidad de vida.

La pandemia del Covid-19 fue uno de los principales factores que modificó y trasformo la vida de muchos de nosotros y afecto diversas áreas, razón de peso para retomar la ruta del desarrollo educativo; sus consecuencias tuvieron que ver con el rezago, que repercutirán en el futuro inmediato de las nuevas generaciones.

Ante este escenario es importante señalar que el progreso representa algo más que solo buenos deseos, ante lo cual es prioritario que las instituciones deban contar con capacidad económica, técnica, científica y voluntad política, para atender con calidad la demanda social, toda vez que progreso y desarrollo personal va más allá de las metas económicas.

Y una vez más, el progreso debe venir representado por la educación, pues a través de ella es como evolucionamos y aprendemos consistentemente de ella, de nuestros aciertos y errores, al tiempo de enfilarnos hacia metas más altas con la certeza de que con una eficiente preparación podremos alcanzarlas.

Sin embargo y lo cierto es que desde hace varias décadas los obstáculos que enfrenta el sector educativo tienen que ver con la diversidad para evaluar los logros escolares, no solo en nuestro entorno, sino en los ámbitos centrales, donde se toman las decisiones.

Pues al no estandarizarlos y no contar con procesos cuidadosos de elaboración, principalmente en la evaluación de los exámenes escolares en todos los niveles educativos, solo mostraran la particular visión y enfoque de cada docente, lo cual no nos permitirá conocer de manera objetiva el verdadero y certero panorama del rumbo de la educación en México.

La mejora educativa no se dará por decreto y aprobando a todos los estudiantes en cada nivel educativo, sino que debe sustentarse con información veraz y oportuna del desempeño escolar y del resultado de los programas institucionales.

Esto obligará a que la política educativa del presente gobierno, su principal insumo para alcanzar la calidad se sustente en la eficiencia, pertinencia y oportunidad en la entrega de los recursos; la flexibilidad en su manejo y en los mecanismos que logren el equilibrio entre control de los recursos y su uso eficiente.

Ante ello es imperativo para la política educativa del país, instrumente con objetividad, las dificultades que enfrentamos para reactivar el desarrollo económico equilibrado y equitativo, debido a que el principal reto para el actual gobierno es generar empleos productivos y bien remunerados.

Y un gobierno con vocación social debe atender los grandes rezagos y las demandas sociales de manera integral y no aislada, el cual, de paso al desarrollo regional equilibrado, considerando necesariamente los recursos y necesidades en cada rincón del país.

La redefinición de un nuevo modelo educativo debe efectuarse con políticas públicas que impulsen el desarrollo social y generen una nueva cultura democrática, entendida esta como un ejercicio de inteligencia política colectiva donde el recurso fundamental deba ser la utilización permanente del diálogo, la evaluación y la rendición de cuentas.

Al término del presente ciclo escolar es pertinente tomar en consideración estos señalamientos, esperando que con ello se retome el desarrollo de nuestro país.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com


Durante los últimos tiempos hemos sido testigos de un cambio evolutivo y por demás vertiginoso en todos los sentidos, esta misma dinámica de desarrollo nos está llevando a vivir el cambio climático, que pone en riesgo diversas regiones del planeta y a diversas especies incluida la humana.

Sin embargo, no debemos olvidar que el progreso de la humanidad tiene como principal eje de sustento y desarrollo a su sistema educativo y, su confiabilidad debe sustentarse en la mejora continua, con procesos de evaluación e instrumentos que apoyen la toma de decisiones, permitan la transparencia y rendición de cuentas; acciones que servirán para construir políticas públicas educativas que mejoren la eficiencia en los servicios y la calidad de vida.

La pandemia del Covid-19 fue uno de los principales factores que modificó y trasformo la vida de muchos de nosotros y afecto diversas áreas, razón de peso para retomar la ruta del desarrollo educativo; sus consecuencias tuvieron que ver con el rezago, que repercutirán en el futuro inmediato de las nuevas generaciones.

Ante este escenario es importante señalar que el progreso representa algo más que solo buenos deseos, ante lo cual es prioritario que las instituciones deban contar con capacidad económica, técnica, científica y voluntad política, para atender con calidad la demanda social, toda vez que progreso y desarrollo personal va más allá de las metas económicas.

Y una vez más, el progreso debe venir representado por la educación, pues a través de ella es como evolucionamos y aprendemos consistentemente de ella, de nuestros aciertos y errores, al tiempo de enfilarnos hacia metas más altas con la certeza de que con una eficiente preparación podremos alcanzarlas.

Sin embargo y lo cierto es que desde hace varias décadas los obstáculos que enfrenta el sector educativo tienen que ver con la diversidad para evaluar los logros escolares, no solo en nuestro entorno, sino en los ámbitos centrales, donde se toman las decisiones.

Pues al no estandarizarlos y no contar con procesos cuidadosos de elaboración, principalmente en la evaluación de los exámenes escolares en todos los niveles educativos, solo mostraran la particular visión y enfoque de cada docente, lo cual no nos permitirá conocer de manera objetiva el verdadero y certero panorama del rumbo de la educación en México.

La mejora educativa no se dará por decreto y aprobando a todos los estudiantes en cada nivel educativo, sino que debe sustentarse con información veraz y oportuna del desempeño escolar y del resultado de los programas institucionales.

Esto obligará a que la política educativa del presente gobierno, su principal insumo para alcanzar la calidad se sustente en la eficiencia, pertinencia y oportunidad en la entrega de los recursos; la flexibilidad en su manejo y en los mecanismos que logren el equilibrio entre control de los recursos y su uso eficiente.

Ante ello es imperativo para la política educativa del país, instrumente con objetividad, las dificultades que enfrentamos para reactivar el desarrollo económico equilibrado y equitativo, debido a que el principal reto para el actual gobierno es generar empleos productivos y bien remunerados.

Y un gobierno con vocación social debe atender los grandes rezagos y las demandas sociales de manera integral y no aislada, el cual, de paso al desarrollo regional equilibrado, considerando necesariamente los recursos y necesidades en cada rincón del país.

La redefinición de un nuevo modelo educativo debe efectuarse con políticas públicas que impulsen el desarrollo social y generen una nueva cultura democrática, entendida esta como un ejercicio de inteligencia política colectiva donde el recurso fundamental deba ser la utilización permanente del diálogo, la evaluación y la rendición de cuentas.

Al término del presente ciclo escolar es pertinente tomar en consideración estos señalamientos, esperando que con ello se retome el desarrollo de nuestro país.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com